Hemos conocido casos como el de Angelina Jolie o Anastasia pero nuestra propuesta va más allá. EFEsalud os muestra, en tres entregas, la historia al completo de Beatriz, madre de familia de 38 años que ya sabe lo que es padecer un cáncer y que mira de cara a la vida tras conocer los datos de un estudio genético. Le espera una mastectomía preventiva y una extirpación de ovarios en el Hospital de La Paz y quiere compartirlo. El primer capítulo de una historia vital

Beatriz, la historia de una mastectomía preventiva

Beatriz, la historia de una mastectomía preventiva

  • 10 de octubre, 2013
  • Redacción EFESALUD

Beatriz tiene 38 años, está casada y tiene una hija. A pesar de su juventud ya sabe lo que es tener un cáncer de mama. A las pocas semanas de una revisión ginecológica, en la que no le habían detectado alteración alguna, se encontró un pequeño bulto en el pecho.

“No piensas que vas a tener un cáncer. Dejé un tiempo para ver si se disolvía; no me dolía. Fui a la doctora de cabecera, me hicieron una ecografía y en ese momento supe que era un cáncer de mama”, nos cuenta serena nuestra protagonista.

Apenas mes y medio después Beatriz estaba operada. Ahora se enfrentaba al camino que tantas mujeres recorren de recuperación, incertidumbre y miedos.

“La quimio es dura, te salen llagas. Mata lo malo pero también lo bueno. Lo del pelo no lo llevé mal; me ponía mi peluca, ya no por mi misma, pero sí por la niña, para que ella físicamente no me viera muy deteriorada”.

“Lo cierto es que no pensé demasiado en el aspecto físico. Quería ponerme bien, recuperarme y estar al cien por cien y disfrutar de la vida”, asegura Beatriz.

Vivir una situación de este tipo remueve la existencia de cualquiera y la escala de los problemas diarios se derrumba y se clasifica en un orden muy diferente al primario. Beatriz quería ver crecer a su hija y tenía claro que el cáncer no iba a poder con ella.

“Estando en la habitación de La Paz, cuando me pude levantar, miraba por la ventana y veía pasar a cada uno en su micromundo y pensaba, lo que daría yo estar ahí abajo”, afirma nuestra protagonista.

Estudio genético

Beatriz está curada del cáncer; las revisiones son constantes y pronto le proponen hacerse un estudio genético que no trajo buenas noticias, tenía una mutación genética y por tanto un porcentaje altísimo de tener, de nuevo cáncer de mama o de ovarios.

Beatriz juega con “Rosco” durante la entrevista con Mariola Agujetas. EFE / GRB

“Me moría de miedo, me eché a llorar; la doctora me decía, ya te ha pasado, no vas a tener tanta mala suerte. Me tranquilizó y me explicó la importancia de esperar un poco. No es igual dejar de generar estrógenos, que es importante por los huesos o la piel con esta edad, como esperar uno o dos años. Lo que te provocan es una menopausia adelantada”, afirma Beatriz.

Nuestra protagonista tenía poco que pensar, lo tenía decidido. Los marcadores tumorales altos de su última revisión rubricaron la fecha de la operación.

“Yo sé que voy a descansar, llevo un año y medio. Estoy muy cansada de estar constantemente con ello en la cabeza. Antes de saberlo no lo pensaba pero desde que me dieron los resultados del estudio genético no me lo podía quitar de la cabeza”, nos cuenta con rotundidad.

Operación global

Tan solo un 30% de las mujeres que pierden un pecho por motivo del cáncer se someten a una operación de reconstrucción de la mama y menos aún, se realizan una reconstrucción inmediata, en la misma operación.

En el madrileño Hospital de La Paz, donde van a operar a nuestra protagonista, este tipo de operaciones se realizan con carácter multidisciplinar. En el momento que aparece un caso de cáncer de mama, los médicos estudian el tipo de dolencia, las posibilidades de reconstrucción de la misma y los especialistas ginecológicos, oncológicos y plásticos trabajan codo con codo para ofrecer una solución global a la paciente.

Después de este estudio, las posibilidades abiertas son múltiples y la paciente es quien debe decidir, primero, si quiere ser intervenida y segundo, a que tipo de intervención quiere someterse.

“Ya me lo habían explicado, te van diciendo poco a poco: debes operarte, es vital que te lo quites porque en cualquier momento se te puede reproducir; el peligroso no es el de mama, sino el de ovario, cuando nos damos cuenta es tarde”, afirma Beatriz.

Había poco que pensar. Beatriz quiere estar aquí y ver crecer a su hija, por eso la decisión final engloba una mastectomía preventiva en la mama izquierda, una extirpación de los ovarios y las trompas y un cambio de la prótesis de la mama derecha anteriormente mastectomizada.

Miedos, apoyos y por qué no, mostrarlo al mundo

Estar rodeado de confianza, apoyo y poder agarrar tu entorno es vital para cualquier paciente. Curarse es, sin duda, lo fundamental pero el cáncer de mama está repleto de otras connotaciones que tienen que ver con el físico, con la posibilidad de perder un pecho, con el miedo a que cambien las relaciones íntimas o la percepción que tienes de ti misma.

Beatriz pisa ese terreno con la misma firmeza que nos ha mostrado desde el primer minuto.

Retrato de Beatriz

“Oscar (su marido) me ha hecho sentir mejor que antes. Él ha sido fundamental para mi autoestima que sigue siendo la misma. Es complicado explicarlo; me ha hecho sentir que estoy igual de atractiva. Tengo miedo por mis huesos, si se van a degenerar muy rápido; eso es lo que tengo en la cabeza, el después. Supongo que haciendo deporte, teniendo cuidado con la alimentación… estaré bien”, afirma Beatriz.

Esta seguridad, en todos los aspectos, ha empujado a Beatriz a realizar un acto de generosidad que, aunque ella no lo reconozca como tal, así lo calificamos en EFEsalud: dejarnos entrar en su casa, en el quirófano y en definitiva, en su vida en un momento tan delicado.

“Escuchar a una persona que tiene una enfermedad que la estás padeciendo tú, o que la has padecido, ver a la persona que te transmite esa positividad, creo que es bueno. A veces he visto algún vídeo de mujeres que han padecido cáncer de mama; te alienta, te da un empujoncito, ves que no eres la única”, asegura Beatriz.

Esta es su historia, tan solo la previa de dos capítulos más. El próximo reportaje os lo contaremos desde el quirófano.