¿Cuál es la razón fundamental para determinar si una mujer dará a luz a su bebé mediante cesárea, o no?, preguntamos a la doctora Carmen Sala Salmerón, ginecóloga y obstetra de la Clínica Gine-3 de Barcelona, quien nos responde de forma clara, contundente y cariñosa: “Cuando indicamos un parto por cesárea nuestro pensamiento busca exclusivamente …
Cesárea, cuando beneficia a la madre y al bebé
¿Cuál es la razón fundamental para determinar si una mujer dará a luz a su bebé mediante cesárea, o no?, preguntamos a la doctora Carmen Sala Salmerón, ginecóloga y obstetra de la Clínica Gine-3 de Barcelona, quien nos responde de forma clara, contundente y cariñosa: “Cuando indicamos un parto por cesárea nuestro pensamiento busca exclusivamente el bienestar de la madre y el feto; aunque no es fácil decidir lo que es mejor para ambos”.
¿Y entonces, por qué han aumentado tanto el número como la frecuencia de las cesáreas?
“Son varias las causas: cada vez más mujeres se quedan embarazadas a edades tardías y, además, pueden presentar patologías asociadas como hipertensión, diabetes o útero con miomas; gestaciones inducidas a través de técnicas de reproducción asistida, que a su vez propician embarazos gemelares; cesáreas voluntarias a petición de la madre o impulsadas por el estrés familiar a las puertas del paritorio; y, finalmente, el actual bajo número de hij@s por unidad familiar”, relaciona.
¿Qué es una cesárea?
Según la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), una cesárea, con anestesia regional o general, es el nacimiento de un bebé a través de una incisión quirúrgica en el abdomen y el útero materno, ya sea en mujeres primerizas o en embarazadas que hayan tenido algún descendiente mediante un parto vaginal o mediante otra cesárea.
Esta técnica se convertirá en la única solución posible para extraer al feto del útero materno en situaciones de riesgo, por lo que su práctica debería limitarse a la consideración clínica de los expertos y expertas: alteraciones de la posición fetal, gestaciones múltiples, obstrucciones en el canal del parto o por alguna enfermedad previa de la madre.
También, durante el parto, por un problema de dilatación; por una pérdida del bienestar fetal, ya sea aguda, como una comprensión del cordón umbilical, o crónica, como un crecimiento retardado -disminución patológica del ritmo de crecimiento del feto-, o bien por anomalías congénitas, como un defecto del tubo neural -embrión del sistema nervioso central-.
Además, l@s especialistas pueden encontrarse ante situaciones de máximo peligro, como el cese brusco del paso de oxígeno al feto debido a un desprendimiento de placenta. La extracción tendrá que ser inmediata con el fin de evitar daños, especialmente en el cerebro.
Cesáreas por hábitos vivenciales
En los países de la OCDE, y durante el año 2013, aproximadamente 1 de cada 4 nacimientos se realizó mediante cesárea, mientras que en el año 2000 fueron 1 de cada 5 nacimientos. En todo el mundo, alrededor del 15% de los nacimientos ocurren por cesárea (en países más desarrollados económicamente un 20%-22% y en países desfavorecidos en torno al 2%, según la SEGO).
La OMS recomienda una tasa ideal de cesáreas que se sitúe en una horquilla que vaya del 10% al 15% de nacimientos y aconseja evitar las cesáreas innecesarias.
Para la doctora Carmen Sala, apuntadas las causas generales de cesáreas más comunes, es necesario añadir otras razones que aumentan el número y la frecuencia de las cesáreas, no menos valiosas desde el punto de vista de las circunstancias existenciales de cada mujer, más aún en los países desarrollados:
Embarazos mucho más tardíos… “De hecho, a finales del siglo XX decíamos que una mujer que deseaba tener hijos a los 35 años era primíparañosa y ahora decimos que es una valiente“, comenta la ginecóloga.
“La gran mayoría de las mujeres desean o planean tener hijos hasta más allá de los cuarenta para ampliar o formar una familia. A esas edades conservan, en general, una presencia física espléndida; parecen chicas de treinta y tantos. Además, están bien cuidadas, poseen un trabajo estable y una posición económica consolidada”, razona.
“Las mujeres que se quedan embarazadas alrededor de los cuarenta y tantos años de edad suelen presentar, por contra, cierta propensión a la hipertensión y diabetes, úteros con miomas o riesgo de tromboembolismo -continúa-, lo que puede ser un factor más que indique la cesárea”.
Embarazos a través de técnicas de reproducción asistida… “Entre un 20% y un 25% de los embarazos se producen por fecundación in vitro (FIV). Las mujeres que lo necesitan realizan tantos intentos como sean imprescindibles para llegar a conseguir su objetivo. Es su esperanza de cumplir su sueño. Pero, una vez que se alcanza, este tipo de embarazo no los podemos clasificar, curiosamente, de alto riesgo”, subraya.
Embarazos gemelares… “Muchos de ellos son consecuencia de las técnicas de reproducción asistida, y quiero recordar que este tipo de embarazos siempre han sido catalogados de alto riesgo”.
Presión familiar… “Hoy en día es difícil que una mujer pueda estar hasta 6 u 8 horas de parto… vamos, que si entras en la sala de parto y la mujer lleva 10 horas pariendo la presión de la familia aumenta a cada instante: ¡pero cómo puede llevar tantas horas de parto, doctora; a ver si le va a pasar algo raro! ¿Por qué no le hace usted una cesárea?”.
Baja natalidad… “Antes, las mujeres solían tener muchos hijos e hijas y practicar una cesárea, entonces, condicionaba el número de hijos que pudieran tener en el futuro inmediato. A día de hoy es difícil encontrar a una familia con tres o más hijos… y tres cesáreas sí se pueden hacer en las condiciones sanitarias actuales”, explica.
Cesáreas a la carta… “Una mujer, ya sea por motivos personales, familiares o de cualquier otra índole, me solicita una cesárea voluntaria y yo, ginecóloga o ginecólogo, se la acepto”.

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