Cinco mujeres referentes y líderes en el mundo de la salud defienden el feminismo y la igualdad: la directora general de la ONT, Beatriz Domínguez-Gil; la mejor médica de familia del mundo, Verónica Casado; la oncóloga Ana Lluch; la ginecóloga Francisca Molina; y la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo

La profesión sanitaria tiene una presencia mayoritariamente femenina, pese a ello, tan solo el 20 por ciento de los altos cargos sanitarios están ocupados por mujeres.
María Luisa Carcedo, ministra de Sanidad; Verónica Casado, la mejor médica de familia del mundo; Beatriz Domínguez-Gil, directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT); Ana Lluch, oncóloga de referencia especializada en cáncer de mama; y Francisca Molina, especialista en ecografía obstétrica y cirugía fetal, hablan en el Día Internacional de la Mujer de su experiencia, ofrecen su análisis y defienden el impulso de la igualdad real entre los profesionales de la salud y la sanidad.
EFEsalud recoge la visión de estas cinco mujeres, que han pasado por nuestro programa de radio, “El Bisturí”, y por el proyecto de EFE ‘ROSTROS 8M’, una serie de entrevistas hechas a mujeres políticas, escritoras, empresarias, defensoras de los Derechos Humanos, cantantes o artistas que dan voz, ponen rostro a la situación de la mujer en el mundo y hablan de sororidad.

María Luisa Carcedo: los cuidados y las tareas del hogar no son inherentes a las mujeres
La ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, que viene de una generación donde “el destino natural de las mujeres era ser ama de casa”, asegura que el movimiento feminista ha contribuido a diluir y a eliminar los muros que contenían la división de roles.
Para lograr el camino hacia la igualdad, defiende que es imprescindible:
- La corresponsabilidad en los cuidados y las tareas del hogar.
- El convencimiento de que eso no es algo inherente a la condición femenina.
“Debe existir una corresponsabilidad plena que nos permita liberarnos de todas esas tareas que las mujeres asumimos de forma inconsciente y que nos restan potencial en otros ámbitos”. Solo así, las mujeres dejarán de imponerse esa ‘auto-obligación’ que “nos resta mucha energía y nos exige mayor esfuerzo para lograr las metas”.
Verónica Casado: la mejor médica de familia del mundo pide más mujeres en cargos de poder
La doctora Verónica Casado, nombrada mejor médica de familia del mundo por la organización mundial de esta especialidad, cree que la feminización de la sanidad ha permitido una mirada diferente, nueva y complementaria y aunque nunca se ha sentido discriminada por su sexo, no concibe la desigualdad latente a la hora de acceder a puestos en los que se toman las decisiones.
Por ejemplo, durante el tiempo que fue Presidenta de la Comisión Nacional de la Especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria (11 años) y Vicepresidenta del Consejo Nacional de Especialidades en Ciencias de la Salud (7 años), no sintió que la notoria presencia de mujeres en el sector se viera reflejada en el número de mujeres en puestos de poder. “De las 47 especialidades, había cuatro o cinco mujeres” ocupando estos cargos, recuerda.
Para lograr el camino hacia la igualdad, defiende que es imprescindible:
- Conciliación laboral.
- Igualdad de oportunidades y de sueldos.
Beatriz Domínguez-Gil: “Nos vienes muy bien para este Comité por ser mujer”
La doctora Beatriz Domínguez-Gil es especialista en nefrología y Directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). Es, también, una mujer que no ha renunciado nunca a nada en su vida.
“Me llama la atención porque creo que si fuera un hombre nunca me preguntarían ni a qué he renunciado ni qué obstáculos me he encontrado en la vida”, responde.
Aunque no se ha encontrado con ningún obstáculo que haya frenado su desarrollo profesional, en su día a día, sí que le ponen alguna zancadilla por ser mujer. Con un sencillo ejemplo, ilustra el tratamiento desigual e inconsciente que a veces reciben las mujeres de su sector en comparación con sus compañeros de profesión.
En una entrevista reciente que hizo, presentaron a la directora general de la ONT por su nombre de pila y sin hacer mención a ninguno de sus títulos, algo que no le ocurrió a su compañero. Los dos ejercían el mismo puesto, pero él era el “eminente Doctor Rafael Matesanz” y ella “Beatriz, una mujer dulce, que sucedía en el cargo al eminente Doctor.”
De vez en cuando, a la doctora también le dicen “nos vienes muy bien para este Comité por ser mujer”. Aquí, entraría en juego el eterno debate sobre las cuotas de género. “Yo me pregunto si esa necesidad de introducir mujeres por obligación nos hace realmente un favor a las mujeres” se cuestiona Beatriz Domínguez-Gil, quien defiende que “a las personas se les evalúe como personas y profesionales, con independencia de su sexo.”
Ana Lluch: una mujer tiene que esforzarse el triple para lograr un alto cargo
Ana Lluch, una de las mejores oncólogas de España, catedrática de Medicina en la Universitat de València y jefa del servicio de Hematología y Oncología del Hospital Clínico de Valencia, se define como “radicalmente defensora de la igualdad”.
Una igualdad para la que, dice, queda un largo camino por recorrer y en el que pide la implicación de los hombres porque considera que, como sociedad, tenemos que ser conscientes de que se trata de una lucha en la que nos necesitamos todos.
“El feminismo me ha ayudado a visibilizar las discriminaciones que estaban enmascaradas bajo múltiples disfraces o falacias”, cuenta la doctora. La desigualdad es más palpable en los cargos de mayor responsabilidad, donde la mujer, para acceder a ellos, “tiene que esforzarse muchísimo más para poder demostrar que es capaz de asumirlo.”
Considera imprescindible adaptar “verdaderamente” los horarios laborales para hombres y mujeres para que la conciliación familiar no sea sólo a costa de una de las partes.
La doctora explica que, personalmente, ha sido capaz de desarrollar su profesión con plenitud gracias a que su pareja y ella asumen por igual los compromisos familiares y esto no debería ser una excepción. “Debería ser la norma socialmente asumida por todos”, matiza.
Francisca Molina: ‘la valía’ es una cuestión de capacidades, no de sexo
Francisca Molina, especialista en ecografía obstétrica y cirugía fetal, es responsable de la Unidad de Medicina fetal del Hospital Universitario San Cecilio en Granada y una de las pocas profesionales capaces de operar a un feto antes de que nazca.
Pone el foco en la necesidad de adoptar actitudes igualitarias a la hora de asumir puestos de responsabilidad. “La valía para el acceso a estos puestos debería demostrarse por las capacidades y no por sexo”, opina la ginecóloga.
Explica que aunque mujeres y hombres tengan las mismas responsabilidades, capacidades y preparación, “cuando miramos los puestos de responsabilidad todavía no existe paridad”.
Aunque su discurso sigue la misma línea que el de sus compañeras, Francisca Molina pone especial atención en la importancia de poner a mujeres en puestos de responsabilidad por su valía y no por el simple hecho de ser mujeres. De lo contrario, nos estaríamos haciendo un flaco favor a nosotras mismas.
Recalca, también, la importancia de la conciliación laboral, pues sin esta, la maternidad podría suponer un “gran parón” en la carrera laboral de una mujer.
Debe estar conectado para enviar un comentario.