Una cirugía combinada por laparoscopia para curar una diabetes tipo II y una pancreatitis crónica fue practicada el pasado viernes, durante cinco horas y con éxito, en el hospital Ruber Internacional de Madrid

La intervención fue realizada por el doctor Carlos Ballesta a un hombre de 40 años que sufrió una pancreatitis hace una década y que ha destruido dos tercios de su páncreas, originándole un dolor crónico invalidante cada vez más resistente a los tratamientos analgésicos.
La operación duró cinco horas, resultó un éxito y el paciente evoluciona favorablemente, han informado a Efe fuentes del hospital.
Laparoscopia
El doctor Ballesta López es uno de los impulsores de la cirugía laparoscópica, un procedimiento quirúrgico que se realiza a través de cuatro o cinco incisiones de pocos milímetros de longitud, una alternativa mínimamente invasiva a la cirugía abierta tradicional.

Esta técnica produce menos dolor, no altera la inmunidad, no deja cicatrices y requiere una estancia hospitalaria de 48-72 horas, según ha explicado a Efe el doctor Ballesta, jefe de la Unidad de Cirugía de la Obesidad y Diabetes del Ruber Internacional.
El paciente, que ha recibido el alta médica esta mañana, manifestó a Efe antes de la intervención la esperanza de que su calidad de vida mejore “infinitamente, si todo va bien” porque, ha dicho, “no tener dolor diario y continuo ya es más que suficiente”.
La cirugía
El médico explicó antes de la intervención: “Hemos dividido el páncreas con unas máquinas especiales sin dañar ninguna estructura para cortar y retirar la parte enferma, y como la cabeza está sana, seguirá segregando insulina”.
“El siguiente objetivo -añadió- es hacer una modificación del tracto digestivo de los alimentos para que se cure la diabetes mediante un by-pass“.
Tal y como ha ilustrado el cirujano, cuando los alimentos van recorriendo el tubo digestivo, el páncreas recibe señales para segregar insulina en tres fases concretas: en la primera parte del estómago, al pasar por el duodeno y durante el primer metro y medio de intestino delgado.
“Se trata de subir una parte del intestino al estómago para que los alimentos no pasen por la segunda y la tercera señal”, informó.

De esta manera, el páncreas solo segregará insulina cuando los alimentos lleguen a la primera parte del estómago.
Como el páncreas y el hígado desempeñan funciones muy importantes, “dejamos todo el tracto digestivo íntegro para que lleguen los jugos biliares al punto donde se produce la digestión”, precisó.
Así se ofrece solución a dos problemas en una misma intervención: el dolor crónico y la diabetes.
“En el siglo pasado hubo dos grandes avances en Medicina: la laparoscopia y los trasplantes. El próximo avance será la cura de la diabetes durante los próximos 25 años”, ha pronosticado el doctor Ballesta.
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