Las legislaturas en el Congreso de los Diputados son de infarto, pero sus señorías parecen bastantes inmunes a esta dolencia: más jóvenes que antaño, se cuidan más y hacen más deporte… pero no se libran de los resfriados. EFEsalud ha entrevistado al doctor Pedro Górgolas Hernández- Mora, facultativo de la Cámara Baja desde 1990, año en el que consiguió la plaza por concurso de méritos

Como un médico de pueblo, así es como se siente Górgolas en el hemiciclo del Congreso de los Diputados: “Al final, con el paso del tiempo me siento como un médico de pueblo: Yo venía de un hospital y esto es una medicina distinta, menos interesante desde el punto de vista médico, pero ganas en cercanía y otras cosas, acabas conociendo de forma muy personal al paciente y tiene sus compensaciones….”
Entre diputados, letrados, ujieres, periodistas, policías, administrativos, personal de limpieza y mantenimiento, funcionarios y visitantes, el Congreso tiene una población de unas 2.000 personas, y asegura que la gran mayoría, incluidos los políticos, acude al servicio médico del hemiciclo (compuesto por tres médicos y tres enfermeras) por resfriados, afonías, alergias, gastroenteritis, y algún desmayo que otro …
En todo este tiempo, este médico del Congreso de los Diputados ha atendido apenas “algunos infartos”, pero ninguno de diputados y sí de policías y periodistas.
Para empezar, explica, los diputados de hoy no son tan mayores como los de antaño y rondan una media de 40 años. Se cuidan más y fuman menos, practican más deporte y están más atentos a su salud y sus hábitos:”Se controlan más la tensión, se miden los niveles de colesterol…Están más a tono con la época en que vivimos”.
Una época con la que él personalmente se siente a gusto, porque es de la opinión de que la mejor época en la que uno puede estar es en la que te ha tocado vivir …” y no se puede decir, sobre todo hoy en día, que no sea apasionante”.
Pero como médico del Congreso refiere que ha tenido pocos sobresaltos, ni siquiera un parto.
De entre las personalidades extranjeras que han visitado el hemiciclo, solo recuerda que tuvo que asistir por un problema menor a un miembro de la delegación francesa del entonces presidente Nicolás Sarkozy.
¿Y caídas aparatosas?
Caídas muchas, principalmente afectan a los trabajadores de mantenimiento. Entre este personal recuerda algún incidente más o menos serio. De media, el servicio médico atiende diariamente a entre 30 y 40 personas. Y a lo largo de tantos años, añade, “siempre hay mareos, hipotensiones o cuadros de vértigo”.
EFEsalud ha echado mano de hemeroteca para encontrar, no muchos, los citados mareos.
Entre los más recientes figura el que padeció el diputado de Compromís-Equo, Joan Baldoví, en pleno debate del Estado de la Nación, en febrero de 2015, cuando estaba interviniendo en la tribuna de oradores.
En ese momento, Baldoví mostraba desde la tribuna “el abecedario de los olvidos” en los que, a su juicio, había incurrido el día anterior el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
El diputado valenciano se indispuso al llegar a la letra “e” (emigración) tras citar la “a” (amnistía fiscal), la “b” (Bárcenas, caja b, tarjetas black y Bankia), la “c” (corrupción) y la “d” (desahucios, deuda pública, desigualdad y dependencia).
Los diputados, considera Górgolas, son personas preparadas para la función que desempeñan y desde fuera se puede percibir más tensión de la que realmente existe.
El Golpe en el Congreso de los Diputados

EFE/Manuel B. Parriopedro
De hecho para encontrar “heridos de guerra” en nuestra democracia reciente hay que echar marcha atrás en el tiempo. La fecha no es otra que el 23 de febrero de 1981 en la que se registró un numero histórico de “pacientes” cuando el teniente coronel Antonio Tejero entró armado en el hemiciclo para dar un golpe de Estado.
Las crónicas de la época refieren que tras el tiroteo y una vez restablecida “cierta calma”, algunos comenzaron a sentirse indispuestos, como el diputado de Unión del Pueblo Canario Fernando Sagaseta quien pidió los servicios del entonces médico de la cámara, el doctor Pinto.
El facultativo no pudo asistirle de inmediato porque se encontraba siguiendo el debate desde la tribuna de Prensa, y la puerta de salida estaba cerrada.
Otros siete diputados: Asunción Cruañes, Gabriel Cisneros, José Antonio Trilla, Faustino Múñoz, José Rodríguez, Francisco Javier Sanz y Francisco Vázquez también tuvieron que recibir asistencia por parte de los también diputados y doctores Donato Fuejo y Carlos Gila, así como por la médico Carmen Echave, que estaba en la tribuna de invitados y atendió a varios de ellos.
La mayoría sufrieron contusiones o heridas a causa del tiroteo inicial, del rebote de los casquillos o del desprendimiento de cristales y escayola.
Médico y voluntario

Pedro Górgolas accede a ser fotografiado dentro del consultorio junto al retrato del dramaturgo español Valle Inclán y relata a EFEsalud que los viernes por la tarde ayuda como voluntario en la ONG Karibu, que da asistencia a los inmigrantes sin papeles del Africa Subsahariana que llegan a España después de recorrer miles y miles de kilómetros, atravesar un sinfín de desiertos y cruzar el océano .
Hace 18 años que Górgolas trabaja con Karibú. Siempre quiso ir a África y como al final no pudo, “empecé a colaborar en el gabinete médico de esta ONG, donde el perfil medio es el de una persona joven de unos 19 años, sin estudios universitarios, “muy vitalista y emprendedora y con muchas ganas de mejorar su calidad de vida”.
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