La crisis económica también ha llegado a las organizaciones humanitarias que ofrecen asistencia sanitaria y social a poblaciones en riesgo. El decrecimiento de los fondos públicos hace tambalear la cooperación internacional, mientras la solidaridad privada crece, aunque suele mirar hacia los problemas nacionales

Jaime Gregori, director de Captación de Fondos de Cruz Roja España, explica que los objetivos de déficit que deben cumplir las diferentes administraciones públicas está provocando una reducción de las subvenciones, en especial las destinadas a la cooperación internacional.
“Sin embargo, la captación de fondos privados queda compensada por una mayor solidaridad de la sociedad española, sobre todo destinada a la actividad en nuestro país”, apunta el responsable financiero de Cruz Roja.
De los 530.000.000 millones de euros de ingresos de 2012 de Cruz Roja Española, 169.600.000 (un 32%) procede de la financiación privada (1,6 millones de euros más que en 2011); 148.400.000 (un 28%) provienen de subvenciones públicas (casi 31 millones menos que en 2011) y 212.000.000 corresponden a la facturación de servicios,la mayoría al sector público, (cifra similar a la de 2011).
Desde 2008 a 2012, en plena crisis económica, Cruz Roja España ha pasado de atender de 900.000 a 2.400.000 personas en situación de vulnerabilidad y a lanzar un llamamiento a la sociedad española para poder hacer frente a tantas demandas de ayuda dentro del país. Es la primera vez que se hace una llamada de este tipo para España, antes la ayuda era para la cooperación internacional.
Los españoles se movilizan rápido y, sensibilizados por la situación de familias víctimas del paro, desahucios o quiebra de negocios, la solidaridad “mira hacia dentro, hacia los problemas de España, más que hacia fuera” y esto tiene consecuencias en la ayuda humanitaria al exterior, apostilla Jaime Gregori.

Desde Médicos Sin Fronteras (MSF), su director financiero, Andreu Maldonado, destaca la importante labor “nacional” que hacen organizaciones como Cáritas o el Banco de Alimentos y “si las personas solo pueden donar a una organización, lo hacen a las que son más cercanas y más visibilidad de acción tienen. Pero que haya necesidades aquí, no quiere decir que no haya fuera”.
El representante de MSF asegura que “cuando la crisis empieza a apretar fuerte, algunos bandos se están radicalizando y la ayuda en el exterior la convierten en un caballo de batalla político. Confiamos en que no se antepongan las necesidades del parado de larga duración español con las del refugiados de Sudán. No es un diálogo positivo para nadie, las dos son necesidades distintas y a las dos hay que dar respuestas. Es una cuestión política de dotación de recursos”.
La cooperación internacional, otra víctima de la crisis
María Alcázar está al frente de uno de los departamentos más afectados por la crisis, la Cooperación Internacional de Cruz Roja España. “Si la media en el presupuesto de Cruz Roja España ha bajado un 10%, en cooperación internacional es de casi un 40%”, apunta.
Precisa que esa reducción también es consecuencia del efecto que el terremoto de Haití de 2010 tuvo en el presupuesto de ese ejercicio y del 2011, por encima de la media. Por tanto, “si comparamos el presupuesto de 2013 con el de 2009 la caída ronda el 25%”.
El recorte de subvenciones públicas es lo que afecta directamente a la cooperación internacional y “nuestro temor es que para el 2014 la caída sea mayor porque todavía gestionamos proyectos plurianuales aprobados hace años y que ya terminan”, indica Alcázar.
Otra preocupación añadida: “la crisis está haciendo perder mucho trabajo en prevención. No podemos evitar que ocurra un terremoto, pero sí apoyar a una población para que esté mejor preparada para cuando suceda”.
Y también intranquilizan los desastres o emergencias “silenciosas”, aquellos que tienen poca repercusión mediática, lamentablemente la abrumadora mayoría.
¿Peligra la respuesta ante emergencias?
También en Médicos Sin Fronteras causa inquietud la capacidad de respuesta ante emergencias si se prolonga la crisis económica. Andréu Maldonado, director financiero de esta organización, subraya que “cada vez hay menos recursos y eso significa que la respuesta a las crisis se va a concentrar en menos organizaciones que van a tener más presión para responder”.
Médicos Sin Fronteras (MSF) es una organización independiente que presta ayuda a la sociedad civil y les ayuda a superar el periodo de emergencia para que, una vez pasado, decidan sobre su futuro, además de prestar testimonio sobre la situación de las poblaciones.
La sección española de esta organización humanitaria internacional trabaja actualmente en 38 proyectos en 19 países, con 420 cooperantes españoles expatriados, la mayoría personal sanitario, y 3.600 trabajadores locales contratados en los países donde están presentes.
Los ingresos de Médicos Sin Fronteras España proceden mayoritariamente de los fondos privados. De los 100 millones de euros ingresados en 2012, 45 proceden de socios, 18 de donaciones, 28 de otras secciones o países de MSF (por el sistema establecido de trasvase) y tan solo un 8,5 proceden de financiación pública institucional.
La reducción de ingresos respecto a 2011 es de un 10% ya que bajaron los donativos al no haber el año pasado “crisis mediáticas”, también bajaron los trasvases de las otras secciones de MSF y, por supuesto, se produjo una disminución “significativa” de la aportación institucional.
“Como en España se nos han secado las fuentes, el esfuerzo se centra en buscar fuera” y por eso acuden a la financiación europea, a las agencias de cooperación nórdicas y a la financiación de gobiernos como el alemán o canadiense.
El dinero público se agota
La organización Médicos del Mundo se afana asimismo en buscar financiación privada. Sus vías de ingresos para destinar a la cooperación internacional proceden en “un 90% de acuerdos económicos con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo a 3 ó 4 años”, explica el presidente de Médicos del Mundo España, Álvaro González.

“Se trata de cinco convenios de más de 7 millones de euros anuales y eso lo han parado. No han sacado una nueva convocatoria de convenios. Tenemos los convenios que ya estaban en marcha, es decir, los que se firmaron en 2011 y que tienen una vida media de 3 ó 4 años. Los que firmamos en 2009 y que se agotaron en 2012, no los han vuelto a sacar a concurso”, señala el responsable de esta organización humanitaria.
“Esto pone en evidencia que cuando estamos en una época boyante se puede dedicar dinero a ayuda y que cuando no es así, no se entiende la cooperación internacional como una perspectiva de desarrollo global, de equilibrio entre el norte más rico y el sur menos desarrollado, sino que es una dádiva que ahora cortamos o ponemos en función de la situación económica”, indica el representante de esta ONG que ahora trabaja en 28 proyectos en 19 países.
Los socios solidarios
Cruz Roja, Médicos Sin Fronteras y Médicos del Mundo vuelven sus miradas a las donaciones privadas de particulares, empresas, fundaciones… Pero también miran agradecidos a sus socios. Una parte de ellos, inevitablemente, tienen que ajustar sus economías por el impacto de la crisis y tienen que darse de baja, pero siguen creciendo aunque sea un ritmo más lento. Otra vez asoma la solidaridad española.
“Este es un mensaje positivo: prevemos un aumento en el número de socios. La gente sigue siendo solidaria, incluso más que antes, pero pueden aportar menos cantidad”, afirma Andreu Maldonado de Médicos Sin Fronteras que cerró 2012 con 301.000 socios y espera incrementar más de 6.000 a final de este año descontando ya las bajas.
La donación media a MSF está en torno a los 145 euros al año. “Cada uno aporta lo que quiere y en la frecuencia que quiere. La tendencia son 10/12 euros al mes”, apunta el director financiero quien considera que la donación en España todavía está por debajo de otros países europeos.
Con él coincide, Jaime Gregori, de Cruz Roja Española, al señalar que “la donación en España es un mercado joven que todavía tiene mucho recorrido. En España colaboran con las ONG un 15% de la población, cuando en países de nuestro entorno están en tasas del 40/50%”.
Cruz Roja España pasó de 1.050.000 socios en 2011 a 1.096.000 en 2012. Y además cuenta con otro valor humano, los voluntarios, unos 200.000 (cifra similar a la de los últimos años) que no perciben remuneración alguna por la labor social que realizan.
Médicos del Mundo distingue entre socios colaboradores (particulares y empresas) que suman más de 100.000 y aquellos que participan con su voz y voto en la organización.
Los voluntarios que trabajan para Médicos Sin Fronteras o Médicos del Mundo son personal profesional que ha pasado un proceso de selección y una cualificación profesional, sobre todo en médicos y enfermeros. Cuando participan en los proyectos lo hacen con un contrato de trabajo temporal.
Estas organizaciones no han observado que la cooperación humanitaria se haya convertido en una alternativa al paro, aunque llegan más currículos. No siempre es fácil cumplir con el perfil: se requiere experiencia, vocación y una madera especial para trabajar en catástrofes, conflictos bélicos o en otras situaciones de riesgo.
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