España es un país soleado con una nutrición adecuada, pero una parte de su población presenta un déficit de Vitamina D, la conocida como la vitamina del sol. Es más, hay países del norte de Europa donde este problema es mucho menor. Entonces, ¿qué está pasando?

Los dos especialistas consultados por EFEsalud descartan hablar de epidemia, pero no hay consenso médico a la hora de determinar si es amplia o restringida la población con déficit de Vitamina D en España.
El doctor Francisco Vargas Negrín, especialista en medicina familiar y comunitaria y integrante del grupo de trabajo de enfermedades reumáticas de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC) considera que hay “mucha población” sin niveles adecuados.
El doctor José Manuel Fernández, coordinador del grupo de trabajo de Nutrición de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) afirma: “Se circunscribe más a determinados grupos poblaciones”.
En cualquier caso, mucha o poca la población afectada, se constata déficit de vitamina D en el país del sol, y el doctor Vargas Negrín lo explica así.
Hasta hace 10 años la vitamina D, fundamental para los huesos, músculos y el sistema inmunológico, no se medía con tanta facilidad ni frecuencia como ahora.
Se trataba de una prueba que se pedía excepcionalmente a algunos pacientes y hoy es una prueba fácil y accesible, que se pide con más asiduidad.
Esta facilidad y frecuencia, considera Negrín, ha permitido a los facultativos “detectar algo que ya se sabia por estudios poblacionales, y es que a pesar de vivir en un país soleado, con una nutrición adecuada, tenemos mucha población con niveles bajos de vitamina D en sangre”.
“Curiosamente porque la vitamina D la producimos cuando nos exponemos al sol entonces, si somos un país soleado, ahí viene la incongruencia de por qué no generamos la vitamina D que deberíamos”, apunta.
Según el especialista, por un lado nos encontramos con algo que ya estaba ocurriendo antes pero que no se detectaba y ahora por la facilidad de la prueba ha aflorado la cantidad de personas, incluso en Canarias “y en jóvenes, que no tienen los niveles adecuados”.
Niveles adecuados de vitamina D
Explica Negrín que la vitamina D es una vitamina que se comporta como una hormona, tal es su relevancia que funciona manejando el calcio que absorbemos de los alimentos y del sol y los fija en los huesos, pero también interviene en la construcción de los músculos y la fuerza muscular, y en el sistema inmunológico.
Los niveles adecuados son más de 30 nanogramos por mililitro de sangre; por debajo de 10 es un déficit grave, y hay una zona intermedia, de 20 a 30, donde el déficit es moderado.

El moderado es el que más se registra de media, pero hay grupos poblacionales de personas que no salen a la calle y/o viven en residencias y que tienen un déficit grave, precisamente porque no les da el sol.
En cuanto al resto de la población está, entre otros, el uso de cremas de alta protección para evitar el cáncer de piel. Ello no quiere decir, advierte, que se dejen de usar.
“Sorprendentemente, en países del norte de Europa, donde se podía esperar un mayor déficit por estar fuera de la latitud en la que está España, hay niveles mejores porque han suplementado la leche y otros alimentos con vitamina D para compensar la carencia de sol”.
Flora intestinal
Un mal estado de la flora intestinal puede también influir en una falta de vitamina D.
La microbiota intestinal o flora es el conjunto de bacterias que hay en nuestro intestino, y sino está bien compensada provoca que se digieran mal los alimentos, con lo que no se absorbe o absorbe peor la vitamina D de aquellos que los contienen.
La flora intestinal puede por ello influir también en este déficit y si el paciente ha tenido además un proceso de diarrea o alteraciones intestinales, pues la función de absorción se altera.
Pero, concluye Negrín, una buena alimentación con alimentos ricos en vitamina D no serán suficientes para compensar un déficit de esta vitamina, por lo que hay que complementar con otras fórmulas, como la farmacológica o los alimentos suplementados.
Síntomas de déficit de vitamina D
Muchas veces no hay ningún signo, hay personas con falta de esta vitamina que no se quejan específicamente de nada, no refieren nada en particular y el facultativo lo encuentra porque pide un análisis de sangre especifico.
Los pacientes que sí tienen síntomas presentan debilidad muscular, problemas osteomusculares, y fragilidad del hueso, “porque el cuerpo necesita calcio y al no tenerlo empieza a robarlo del hueso”.
También se puede presentar fatiga, cansancio crónico, dolores musculares.

Qué hacer
En opinión de Negrín, necesitamos aproximadamente un paseo diario al sol de 15 a 20 minutos con cara brazos y piernas al aire para alcanzar un nivel óptimo de Vitamina D o por lo menos compensar la falta que tenemos.
El problema es que las exposiciones prolongadas aumentan el riesgo de cáncer de piel, y una de las fórmulas que se ha encontrado para esquivar este último peligro es ponerse crema, pero eso lleva a que al efecto rebote de los rayos ultravioletas, tan necesarios para la fabricación de esta vitamina, no permitan sintetizar la vitamina D.
Como alternativas, el doctor Negrín propone llevar una vida sana y equilibrada, comer de todo, y paseos al sol de 15/20 minutos diarios, así como complementos de la citada vitamina si hiciera falta.
Vitamina liposoluble
La vitamina D es una vitamina liposoluble, lo que significa que se disuelve en grasa, igual que la A o la K.
Así se puede administrar como complemento a través de alimentos, como la leche, o farmacológicamente en gotas, ampollas o cápsulas.
De acuerdo con el especialista para recuperar los niveles adecuados de vitamina D y si la falta es muy acentuada, de media, se necesitaría tomar una cápsula semanal durante ocho semanas, a partir de entonces una cada quince días y luego una vez al mes para mantener niveles.
Vitamina D: papel relevante
A juicio de este portavoz de semFYC en la última década la vitamina D “ha tomado la relevancia y el papel que tiene”. No solo afecta a nivel del hueso, también tiene efectos importantes extra óseos.
Por ello defiende que hay que tener vitamina D “por la salud total del cuerpo, porque afecta al sistema inmunológico, al osteomuscular, en fuerza y capacidad motriz, y favorece tener el hueso fuerte”.

No hay pandemia
El doctor José Manuel Fernández considera que los estudios arrojan disparidad de cifras en cuanto a la prevalencia del déficit de vitamina D en la población.
“Hay muchos estudios de distintas cohortes o grupos poblacionales, pero no hay ninguno del que se pueda extraer la conclusión de una pandemia”
Sí hay déficit de vitamina D en pacientes con osteoporosis, mujeres postmenopáusicas, ancianos , personas mayores que viven en residencias, pero, asegura, no se puede extrapolar a toda la población en general.
También hay personas con enfermedades renales o hepáticas que pueden tener falta de vitamina D, ya que, recuerda, es en el hígado y el riñón donde se metaboliza la vitamina D que nos llega del sol.
Formas naturales de obtener vitamina D
Hay dos formas naturales para obtener la Vitamina D, recuerda el doctor Fernández, la primera a través del sol y la segunda a través de los alimentos.
A través del sol, que entra por nuestra piel donde se producen una serie de metabolitos que van a dar lugar a la vitamina D que después pasa por el hígado y el riñón. De aquí sale prácticamente el 90% de la cantidad que necesita nuestro cuerpo.
A través de la ingesta de alimentos, con los que se logra apenas el 10% por ciento restante.

Alimentos más ricos en vitamina D
Los alimentos más ricos en vitamina D, apunta este último especialista, son los pescados azules: sardina, salmonete, atún, salmón, trucha, caballa, anchoa o boquerón, palometa, anguila, arenque…
También son ricos en esta vitamina los crustáceos, como las gambas y los langostinos, la leche y los huevos.
Cantidades recomendadas
En general, señala el experto de SEMERGEN se recomienda que la ingesta diaria de esta vitamina sea de unos 15 microgramos diarias par niños y adultos.
Una de las ideas es suplementar ciertos alimentos para aportar la cantidad deseada, pero defiende este especialista, que con una dieta variada y equilibrada con dos o tres raciones diarias de lácteos y dos o tres raciones también diarias alternando carnes blancas, pescados, frutos secos o legumbres, se cubrirían las necesidades para un porcentaje muy alto de la población.
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