Pablo del Río es un pionero de la psicología del deporte. Es psicólogo del equipo olímpico español y de tantos y tantos deportistas a los que ha ayudado a forjar su vida en la alta competición. Asegura que lo que les hace ver en sus primeras sesiones es que sus carreras tienen “fecha de caducidad” y, por eso, deben prepararse lo mejor posible para la retirada porque si no, cuando ésta llega, “es un drama”.

Pablo del Río, psicólogo del deporte: “El fin de la carrera de un deportista es un drama cuando no se le prepara para la retirada”
El psicólogo deportivo Pablo del Río en su despacho. EFEsalud/Berta Pinillos

En su despacho con las paredes vestidas de fotos de deportistas y de frases motivacionales que él les traslada en las sesiones, el psicólogo del deporte recibe a EFEsalud para conversar sobre lo importante que es la salud mental y que la psicología esté incorporada en la preparación de atletas de élite.

“En la psicología del deporte, la salud mental es algo que nos ha preocupado desde hace mucho, lo que pasa es que en muchas ocasiones se trabaja desde el anonimato sin hacerlo público”, asegura el psicólogo que lleva a sus espaldas, entre otras competiciones, cuatro Juegos Olímpicos.

El entrenamiento psicológico, fundamental

Y es que considera imprescindible que el entrenamiento psicológico del deportista se incorpore a la rutina física, de forma que la preparación sea integral. “Yo soy un fiel defensor a ultranza de lo que es la psicología preventiva”, apostilla Del Río.

Asegura que hasta no hace mucho tiempo se hablaba de músculos, de tendones y articulaciones pero no de los aspectos psicológicos y emocionales.

“Tienen que entrenar un aspecto técnico, el aspecto táctico, el aspecto físico, el psicológico. Éstas serían las cuatro patas fundamentales del banco, pero es que el aspecto psicológico incide sobre los otros”, abunda Del Río.

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Pablo del Río, en su despacho. EFEsalud/Berta Pinillos

Hay que tener en cuenta, prosigue el experto, que el hecho de que un deportista pueda dar el cien por cien de su rendimiento está condicionado por aspectos psicológicos “sí o sí”. De esta forma, cualquier acción motriz que realiza, cualquier decisión que toma “está condicionada por aspectos cognitivos, por aspectos mentales”.

De hecho, muchas veces entrenan más trabajos complementarios de adaptación y prevención que la preparación física.

Aunque se lleva trabajando desde hace tiempo este aspecto en la formación, el cómo hacerlo ha ido cambiando.

“A lo mejor venía un entrenador y te decía ‘oye, creo que este deportista tiene un problema de concentración’. Te venían como una cosa concreta e igual tú vas a analizarlo y te dabas cuenta que el problema no era de concentración, sino de autoconfianza”, afirma el psicólogo del deporte.

El deporte no siempre es diversión

De hecho, muchas veces la gente piensa que el deporte es diversión, que son las felicitaciones, estar en el podio, pero no, “detrás de todo eso hay trabajo, hay presión, hay incertidumbre y frustración, hay sacrificio, hay dolor, hay molestias y hay que enseñarles también a saber afrontar este tipo de situaciones en cada momento y en cada circunstancia”.

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La estadounidense Simone Biles durante los Juegos Olímpicos 2021.

Además, no todo el mundo puede aguantar el ritmo de la alta competición. Quienes llegan a lo más alto tienen talento. Pero Del Río ha conocido a muchos niños y niñas talentosos que se han perdido, “el clásico que en Junior lo gana todo y luego desaparece”.

¿Y por qué? porque, a lo mejor, en las categorías inferiores, con el talento y la habilidad es suficiente, pero cuando pasa a una categoría sénior, a la parte profesional, ya no basta. Hay que entrenar.

“La constancia, la perseverancia, esa cultura del esfuerzo hay que enseñarla, hay que trabajarla, porque si no, por mucho talento que tú tengas, si no trabajas no vas a llegar nunca, eso es una realidad. Yo conozco a muchos que, trabajando, siendo disciplinados y constantes no han conseguido sus objetivos, pero no conozco ninguno que no haciéndolo lo haya conseguido”, subraya Del Río.

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El tenista Rafael Nadal celebra un triunfo en un juego de exhibición del Tenis Fest, en México. EFE/Isaac Esquivel

De hecho, continúa, ningún deportista es consciente de su rendimiento óptimo si no ha trabajado sus cualidades mentales y de un tiempo a esta parte los y las deportistas son más conscientes y trabajan más esos aspectos. Los entrenadores también están mejor preparados, escuchan más.

Los adversarios

Durante su carrera deportiva, los y las atletas se tienen que enfrentar a muchos adversarios y en ocasiones, los rivales más duros de batir son ellos mismos. Hay que prepararles para afrontar los éxitos y las derrotas. También para superar sus miedos a las lesiones, a la incertidumbre, a las eliminaciones…son muchos.

Por eso, cuando a la rutina deportiva se incorpora el entrenamiento psicológico, no solo se busca el rendimiento deportivo, también su crecimiento personal, ayudarle a ser persona, a tomar sus decisiones y la primera que tienen que tomar cuando decide dar el paso al profesionalismo es que hay que estudiar.

“Tienen que formarse porque todos nosotros tenemos una fecha de caducidad y en este caso es mucho más temprana porque los deportistas con 30 o 32 años pueden estar jubilados desde el punto de vista deportivo”, sostiene el psicólogo.

Partiendo además de la base, que a la cima llegan muy pocos, y que la mayoría se quedan por el camino.

El momento de la retirada

Y cuando llega el momento de la retirada es duro. “Siempre nos vamos a los tópicos de gente que ha acabado mal o mentalmente o físicamente o ha tenido problemas, pero es que el fin de la carrera de un deportista es un drama cuando no se le prepara para la retirada”, sostiene el psicólogo del deporte.

Cuando se encuentran en la burbuja del éxito, todo el mundo les quiere, les llama, son estrellas. Pero de un día para otro, no son nada de lo que eran, entonces, si no han sido preparados para ello, se encuentran con un problema, “un vacío existencial importante”.

De ahí, que cuando llegan deportistas por primera vez a su despacho, lo primero que Del Río les dice es: “Uy, tienes un número ahí, tienes una fecha ahí en el brazo, es la fecha de caducidad, es la fecha de caducidad tuya como deportista”.

La importancia de la formación

Por eso, desde la base, con doce, trece años, hay que enseñarles también a administrar su tiempo, para que puedan compatibilizar su preparación con los estudios, para que tengan una formación cuando dejen atrás la alta competición.

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EFE/ Quique García

Del Río pone algunos ejemplos en este sentido. En el Centro de Alto Rendimiento, los deportistas tienen “todas las facilidades” y aunque es consciente de que a esas edades es difícil pensar que va a ser de ellos cuando cumplan más allá de los 30, insiste en que tienen que tener una formación y sacar tiempo para ello.

“Cuando no les renueven la beca, por ejemplo, ¿Qué hacen si no tienen una formación? ir a su pueblo a tirar flechas con el arco a la diana, a hacer judo? hay que prepararles para la retirada desde el mismo momento en que comienzan”, sentencia el psicólogo del deporte.