La dieta mediterránea y la medicina tradicional china se han hermanado en Pekín, donde expertos españoles y chinos han mostrado que, pese a sus lugares de origen geográficamente tan distantes, tienen elementos en común

En una mesa redonda celebrada en el Instituto Cervantes de Pekín, dos investigadores españoles y una nutricionista china han mostrado que la dieta mediterránea comparte con los preceptos de la medicina tradicional china sobre la comida, entre otros, su apuesta por una alimentación equilibrada y el estar amenazadas por la comida rápida.

“La dieta mediterránea proporciona vida, y de mayor calidad, a los años”, afirma Francisco José García Muriana, investigador del Instituto de la Grasa del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) español.
Para el investigador Fulgencio Diego Saura Calixto, del Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos y Nutrición del CSIC, los alimentos clave de la dieta mediterránea son las frutas y las verduras, una “dosis medicinal” de vino tinto, el aceite de oliva -“la joya de la dieta”, recalca-, las legumbres y el pescado azul.
La especialista en nutrición de la Universidad de Medicina China de Pekín, Zhang Qingyi, ve paralelismos entre la diversidad de la dieta mediterránea y las costumbres de su país, puesto que, defendía, “tradicionalmente la dieta china se fijaba en el equilibrio”.
“Un canon interno de la medicina china, del ‘Emperador amarillo (Huangdi), habla de cuatro principios: cinco cereales son la base, cinco frutas son la ayuda, cinco verduras son complementarias, cinco animales son beneficiosos”, ha recordado Zhang.
“Enfatizaba la variedad y la proporción entre los diferentes tipos de alimentos. Veo puntos comunes”, afirma la nutricionista china.
García Muriana ha recordado que ya Hipócrates, hace más de 2.500 años en la Grecia antigua, aconsejaba: “que tu medicina sea tu alimento y tu alimento, tu medicina” y, en la misma época, el pionero de la medicina china Sun Simiao recomendó: “hay que emplear la medicina sólo cuando la dieta resulta insuficiente”.

Tanto en China como en España, coincidieron los especialistas, las costumbres alimentarias están cambiando por el retroceso de las dietas tradicionales y el empuje de la comida rápida, especialmente entre los más jóvenes, que ha repercutido en un incremento de la obesidad.
En este sentido, han reclamado recuperar los patrones de consumo tradicionales como la dieta mediterránea, reconocida por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Debe estar conectado para enviar un comentario.