El sol es la primera causa de envejecimiento y esto se comprueba después de cada verano cuando son más evidentes las manchas, las arrugas y la sequedad en la piel

Las manchas solares, tipo léntigo o melasmas, son las primeras pruebas que demuestran que el sol hizo estragos sobre la piel. Las evidencias siguen con la deshidratación, una mayor aparición de arrugas finas y la acumulación de impurezas.
La doctora Nazaret Romero, licenciada en Medicina y Cirugía y máster en Medicina Estética, explica que, después del verano, los pacientes suelen acudir a consulta por las arrugas de expresión que aparecen en el entrecejo, las patas de gallo y en la frente. “La luz del sol nos hace fruncir el rostro y allí se marcan arrugas bastante profundas que se pueden tratar con toxina botulínica”.
Otra de las áreas más afectadas con el fotoenvejecimiento es la de las manos. También aparecen manchas y sensación de sequedad constante.
La doctora Romero ofrece un decálogo completo de recomendaciones que pueden ayudar a reparar los daños ocasionados por el sol y a prevenir futuras complicaciones en la piel.
Recuperar la piel después de cada verano, es posible
- Reponer la hidratación de la piel. Los dermatólogos suelen utilizar el ácido hialurónico en mesoterapia para hidratar la piel.
- Durante el verano la piel se ensucia, aunque no lo parezca. Es recomendado hacer una limpieza facial adecuada con productos suaves y exfoliación.
- Si las manchas se han acentuado o han reaparecido es conveniente realizar un peeling y utilizar láser o luz pulsada para borrarlas. Este proceso solo debe ser realizado una vez haya desaparecido el color de la piel del verano.
- Mientras que en el verano se aconseja utilizar cremas regeneradoras e hidratantes, al comenzar el otoño lo ideal es aplicar cremas con principios activos más fuertes, tipo ácido retinóico o ácido glicólico. Estas cremas, que durante el verano se retiran porque desprotegen la piel frente al sol, en otoño tienen un efecto rejuvenecedor.
- Beber abundante agua o zumos. Es importante que este cuidado se extreme durante el verano para que sus efectos se prolonguen.
- Seguir una dieta equilibrada que incluya alimentos con vitamina A y C, como las zanahorias y los carotenos. En este aspecto, la doctora Romero enfatiza en que los adultos mayores consuman proteínas para evitar la pérdida de masa muscular y la flacidez.
- Hacer un peeling físico para que las células muertas se pierdan y la piel se regenere.
- Si decide someterse a fotodepilación después del verano es muy importante que hayan pasado entre 15 días y un mes después de la última exposición solar. No acudir a un centro de depilación hasta que no haya desaparecido la marca del bikini. “Cuando la piel está morena los láseres pueden quemar la piel y la mayoría de los efectos secundarios con láser de depilación se producen en esa época”
- Continuar aplicando cremas con fotoprotección.
- En el otoño se debe buscar maquillaje en forma de cremas o fluidos, que son más hidratantes y no resecan la piel.