Tal vez Edward Jenner, el padre de la vacuna, no imaginó que su experimento en 1796 revolucionaría el mundo de la salud. Hoy, el porcentaje de vacunación en España es lo suficientemente alto como para haber erradicado muchas enfermedades. El caso de difteria diagnosticado en el niño de Olot ha reabierto el debate. Aquí proporcionamos algunas razones de peso que disipan esas dudas

Diez razones para vacunarse
EFE/Juanjo Martín
  • 9 de junio, 2015
  • MADRID/EFE/MARÍA MILÁN

Jenner, médico inglés, observó que las personas que sufrían una enfermedad propia del ganado vacuno en la piel no contraían la viruela. Decidió entonces inocular el contenido de esas lesiones de una ganadera a un niño de ocho años. Así encontró, en el siglo XVIII, la vacuna de la viruela, una temible enfermedad responsable de cerca del 20% de las muertes en Europa.

Los doctores José María Bayas, especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y expresidente de la Asociación Española de Vacunación, y Francisco Álvarez, secretario del Comité Asesor de Vacunología de la Asociación Española de Pediatría, exponen a EFEsalud una serie de hitos y méritos de las vacunas.

Unas manos de enfermera sujetan y señalan una inyección que contiene la vacuna contra el virus del papiloma humano-efe
Vacuna para frenar la propagación del virus del papiloma. EFE / Mick Tsikas
  1. Mejora de la esperanza de vida de la Humanidad: el impacto de la vacunación en la salud pública mundial es tal que se ha equiparado a la potabilización del agua. Encabeza el podio de descubrimientos de la medicina en los últimos doscientos años, junto con la desinfección y los antibióticos.
  2. Elevado perfil de seguridad: son productos sanitarios muy seguros. Probablemente pocas medidas preventivas y ninguna terapéutica es tan completa. Francisco Álvarez apunta a que solo una dosis de cada millón puede producir efectos secundarios importantes.
  3. Efectividad: entre sus hitos se encuentran la erradicación mundial de la viruela, la eliminación de enfermedades como la poliomielitis, la difteria y el tétanos neonatal en amplias zonas geográficas y la reducción en el número de casos de otras enfermedades como el tétanos, el sarampión o la rubéola congénita.
  4. Descenso de la mortalidad: a nivel mundial, las vacunas han evitado 6 millones de muertes anuales, 400 millones de años de vida perdidos y han impedido que 750.000 niños sufran enfermedades invalidantes.
  5. Ahorro económico: según algunas estimaciones, cada euro invertido en una vacuna ahorra entre 4 y 5 euros, sólo en costes médicos directos, sin considerar bajas laborales o pérdida de productividad. En el caso de algunas vacunas como la triple vírica (sarampión, rubéola y paroditis), el sistema sanitario recupera 14 veces cada euro destinado a la vacunación.
  6. Seguro de viaje: aunque para viajar a determinadas zonas del mundo sea necesaria la inyección de algunas vacunas para prevenir enfermedades endémicas, nuestro calendario de vacunación nos previene de una gran cantidad de patologías que ya están erradicadas en España. Por ejemplo, en el mundo mueren cada año 140.000 niños por sarampión. Si aumentara la moda de no vacunarse, cuando las personas desprotegidas viajasen a países con sarampión, contraerían allí esa enfermedad.
  7. “Aunque nos olvidemos de las enfermedades, las enfermedades no se olvidan de nosotros”: el doctor José María Bayas introduce con esta frase la importancia de no bajar la guardia ante enfermedades que ya nos suenan lejanas. Hay pruebas de que en algunos países ha sucedido. Por ejemplo, en California, el año pasado hubo un brote de sarampión por un descenso de la vacunación.
  8. Riesgo extraordinariamente remoto respecto al riesgo de complicaciones o el padecimiento de la enfermedad, infinitamente mayor que el de la vacuna.
  9. Inmunidad de grupo: consiste en la protección de personas no vacunadas gracias a altas coberturas (por encima del 90 ó 95 por ciento). De esta forma, se dificulta la circulación del microorganismo de la enfermedad. Este hecho puede llevar a algunas personas a cometer el error de interpretar que no es necesaria la vacunación, por lo que no hay que confiarse.
  10. Desmontando falsos mitos: la Organización Mundial de la Salud (OMS) recoge algunas de las leyendas falsas que circulan sobre las vacunas. Que las vacunas causan autismo, que algunas provocan la muerte súbita, que la administración simultánea de más de una vacuna sobrecarga el sistema inmunitario o que estas contienen mercurio son falsos mitos. José María Bayos añade que hay más mercurio en una lubina o en un atún que en las vacunas.

El caso de difteria diagnosticado la semana pasada en un niño catalán de seis años, que permanece grave en el hospital Vall d´Hebron de Barcelona, ha abierto un debate sobre la vacunación en España.

La Asociación de Afectados por Vacunas (AxV) es uno de los colectivos en contra de este sistema de prevención y ha denunciado la falta de información que observan en la composición de tratamientos de inmunización y de los riesgos que pueden provocar para la salud.

Por su parte, la Liga por la Libertad de Vacunación ha animado a las familias a “continuar ejerciendo su derecho a decidir informada y libremente sobre la vacunación”, a raíz del caso del menor de Olot.

Ante este tipo de reacciones, el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, ha advertido de que “empieza a haber un discurso peligroso contra la vacunación” y ha tildado de “irresponsable” la decisión de no vacunar.

La Sociedad Española de Epidemiología (SEE) es clara y contundente: “Las vacunas son seguras, los efectos indeseables son mínimos y la cobertura que se alcanza, realizando bien la vacunación, revierte en grandes beneficios”.

Muy preocupada se ha mostrado la Asociación Española de Vacunología (AEV): “Ha tenido que suceder un hecho tan triste para ratificar la necesidad de vacunar con el fin de mantener la eliminación de enfermedades”.