El dolor es un síntoma que incapacita y limita el curso de la vida de aquellas personas que lo sufren de forma crónica, siendo una enfermedad que afecta a una de cada seis personas en España (alrededor de ocho millones) y cuyas patologías más prevalentes son la artrosis, la migraña, los dolores lumbares y cervicales, problemas que se pueden controlar con una buena adherencia terapéutica
El dolor: mantenerlo a raya con un buen control de la medicación
El dolor es el mensaje enviado por nuestro sistema nervioso para avisar de que algo en nuestro cuerpo no está bien. Gracias a él los profesionales sanitarios pueden detectar a tiempo problemas de salud y asignarles un tratamiento que pueda darle fin, o al menos reducirlo. En el caso del dolor crónico la solución es más complicada.
El dolor es una percepción localizada y subjetiva que puede variar en intensidad y que se siente en una parte del cuerpo. Uno de los tipos de dolor es el crónico, el cual puede durar meses e incluso años. Este está asociado a enfermedades crónicas como la diabetes, la artritis, el cáncer o la fibromialgia.
Para algunos tipos de dolor los fármacos son solo una parte de su alivio, pues en casos como la fibromialgia el dolor es un síntoma difícil de manejar.
EFEsalud, junto a la Fundación Viatris para la Salud, se ha desplazado hasta el Hospital General Universitario de Valencia para conocer más y mejor la adherencia terapéutica de l@s pacientes de esta enfermedad multifactorial a través de un nuevo videoblog de “Tus Medicamentos”.
¿Qué es la fibromialgia?
Esta enfermedad ha suscitado controversia desde el día de su descubrimiento allá en 1980. El paciente sufre un dolor persistente que lleva a la queja por dolor generalizado del que aún se desconoce procedencia y cura.
Es una enfermedad crónica. No degenerativa, de etiología desconocida, y que afecta principalmente a las partes blandas, es decir, músculos ligamentos y tendones, informan desde Asociación Valenciana de Afectados de la Fibromialgia (AVAFI).
Esto supone un importante problema sanitario. El síndrome afecta física y socialmente a la persona, socavando la vida diaria del paciente hasta tal punto que su día a día solo conlleva dolor.
“Las personas que se quejaban de dolor generalizado, y de manera persistente, eran puestas en duda. Eran ridiculizadas, incluso marginadas, consideradas quejumbrosas, simuladoras y buscadores de algún tipo de beneficio secundario”, indican desde la Sociedad Española del Dolor (SED).
Hablamos con el doctor Vicente Luis Villanueva, de la Unidad de Dolor; Minerva Morales, paciente de fibromialgia y presidenta de la asociación valenciana de afectados de la fibromialgia (AVAFI); y María José Cervantes, trabajadora social de AVAFI.
El dolor crónico
El dolor crónico es una enfermedad que consume la fuerza del paciente durante toda su vida. La adherencia farmacológica en este síndrome es elevada porque “el paciente necesita ese tratamiento para mantener el dolor a raya”, indica el doctor Villanueva.
Sin embargo, hay un grupo de pacientes en los que esta adherencia no tiene cifras tan generalmente altas, sobre todo “por la polifarmacia (toma de más de tres medicamentos al día) que tienen los pacientes mayores”, añade.
Una de las enfermedades con dolor crónico más difíciles de manejar en cuanto a control farmacológico es la fibromialgia.
Este síndrome afecta como promedio a un 2,10% de la población mundial; al 2,31% de la europea; al 2,40% en la población española (117.368 afectados), según datos de Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
La fibromialgia no solo conlleva un dolor crónico, sino que “la fatiga, el cansancio y un sueño que no es para nada reparador, convierten esta enfermedad en una bomba de relojería”, dice Minerva Morales .
Uno de cada tres pacientes con dolor crónico no pueden (o tienen limitaciones) hacer ejercicio, dormir con normalidad, hacer tareas de casa, conducir, mantener actividad social, pasear o tener relaciones sexuales (IASP).
“Así no podemos trabajar y no podemos hacer una vida normal. Afecta a la calidad de vida totalmente”, expresa la presidenta de AVAFI.
Todo ello afecta a la adherencia terapéutica.
Los pacientes de este síndrome reflejan la dificultad del seguimiento de los tratamientos porque “realmente no vemos que nos calmen lo que deben de calmarnos o nos quiten la fatiga o el cansancio”, recalca la paciente.
A pesar de ello, esta enfermedad sigue teniendo un buen control medicinal.
“Los pacientes suelen seguir con bastante seguridad y continuidad el tratamiento porque necesitan esa medicación para mantener el dolor a raya”, incide el doctor Villanueva.
Sin embargo, algunos pacientes de fibromialgia dejan de lado la medicación “o empiezan a tomar otras cosas por su cuenta”, puntualiza Minerva Morales.
“En la Asociación les enseñamos que deben llevar un control exhaustivo de la toma de medicamentos y seguir los tratamientos pautados por sus médicos. Esto es algo esencial para nuestra enfermedad y la forma más aconsejable de mejorar nuestra calidad de vida”, expresa Minerva.
AVAFI cuenta con una trabajadora social, María José Cervantes, quien refleja otra de las funciones de la asociación como es el apoyo “del paciente y sus familias”.
“Escuchamos al paciente porque no es solo un dolor físico, sino también de incomprensión. Además, un papel importante es la divulgación ya que un paciente bien informado ayuda a encontrarse mejor en su enfermedad”, dice María José.
¿Cómo se puede aumentar la adherencia terapéutica?
El doctor comparte que en la actualidad los numerosos medicamentos para calmar el dolor, desde analgésicos a opioides, son excelentes fármacos.
La Sociedad Española Reumatología recomienda utilizar los siguientes fármacos para tratar las principales manifestaciones del dolor crónico: analgésicos, inductores al sueño/relajantes y antidepresivos y/o ansiolíticos.
“Además, contamos con un amplio arsenal de técnicas infiltrativas o terapéuticas en el quirófano.. Estas ayudan en gran medida a controlar y aliviar el dolor en el paciente”, indica.
El experto recalca la importancia de los controles exhaustivos para potenciar aún más esta excelencia farmacológica.
En la Unidad de Dolor del Hospital de Valencia cuentan con la visita de una farmacéutica cada 7-10 días para controlar la eficacia de los fármacos y sus efectos secundarios. De esta forma los problemas de estos pueden ser subsanados de forma inmediata.
“Si la atención primaria y otras especialidades, junto con la unidad del dolor, mantienen unos controles de estas medicaciones, conseguiremos que el paciente no abandonen precozmente y, sobre todo, que tenga un alivio mayor a su dolor crónico”, recomienda el doctor.
Desde AVAFI también velan por el aumento de la adherencia. Desde una perspectiva biopsicosocial realizan terapias individuales y grupales. Además, una fisioterapeuta realiza ejercicios de estiramiento, relajación y respiración para ayudar a la calma del dolor.
“Como trabajadora social atiendo al paciente para ayudarle a hacer frente a las situaciones problemáticas en las que se pueda encontrar. También ayudamos con los recursos sociales de los que se disponen”, agrega María José Cervantes.
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