Tres cosas hay en la vida… la más importante es objeto de esta web, no hay discusión. Ahora bien, ¿en qué orden de prioridad coloca usted al dinero? ¿La felicidad depende de alcanzar los sueños que el dinero proporciona o de acabar con los problemas que provoca por su ausencia? ¿Su mayor anhelo de cada Navidad es que le toque el Gordo?

Descorchar la botella de champán, el soniquete de las jóvenes voces de los niños de San Ildefonso cantando nuestro número, poder decir: “¡para tapar agujeros!”… son algunos de los momentos soñados por cada uno de nosotros aunque la mayoría acabemos diciendo: “al menos tenemos salud”. No es poca cosa; lo sabemos pero entonces, ¿dónde está el listón de la felicidad? Para ayudarnos a dirimir esta cuestión hablamos con Guillermo Fouce, doctor en Psicología, profesor de honor de la Universidad Carlos III y presidente de Psicólogos Sin Fronteras.
¿El dinero da la felicidad?
En términos absolutos no, pero ayuda. Hay un umbral mínimo que tienes que tener, recursos suficientes; el problema es dónde pongo el listón y qué es necesario para poder ser feliz. Siempre hablamos de la salud, del amor y del dinero como los tres ejes; el dinero debería garantizar la forma de vida. Sabemos que demasiado dinero o mal gestionado no da la felicidad hay mucha gente muy infeliz con bastantes recursos; lo bueno es que la gente se compare de manera adecuada, se ponga el límite y metas asequibles, que tenga los recursos para vivir, a partir de ahí la felicidad depende de otras cosas.
Da tranquilidad. Nos quita problemas.
Estar de cara al ocio, dedicarse a sus relaciones, a lo emocional; vivir sin esos problemas de tener que sobrevivir. Garantiza la supervivencia, las cosas dependen de uno mismo y de sus relaciones no del dinero ni de lo material.
¿A qué edad comienza a ser el dinero importante?
No hablamos solo de dinero, hay que pensar si el niño tiene lo básico cubierto si no, el desarrollo afectivo e intelectual no lo vas a tener bien asentado. Los niños empiezan a tener el concepto de dinero desde muy pequeñitos. Juegan a ser mayores y van a conocer el valor practicando con ello. Es una cuestión simbólica, hay que ponerle valor a las cosas y ellos no ven el mismo valor que le damos los adultos. Hay también un factor comparativo: si lo tiene mi amigo por qué no lo voy a tener yo.
¿Qué nos da la felicidad?
A veces pensamos que la felicidad tiene que ver con situaciones siempre positivas y sabemos que uno se hace fuerte en situaciones más bien negativas si tiene el acompañamiento necesario y se le da la oportunidad de sobrevivir. Es un buen ejemplo de cómo lo material, el dinero, sólo garantiza la posibilidad de seguir viviendo, no garantiza la felicidad.
El amor es lo más importante. La felicidad la dan las relaciones, la calidez y potencia de las mismas. Hay gente que lo pasa mal en el plano de la salud y que la afronta de manera positiva en función de sentirse acompañado y sentirse calidamente querido. La clave es romper la soledad y tener relaciones cálidas adecuadas.

Estamos en Navidad. ¿En esta época sentimos más felicidad que nostalgia? Los niños son esponjas. Es importante la escuela, el contexto, el barrio pero lo más importante es la familia, la que le va a dar seguridad, protección y la pauta. Estos serán los pilares de lo que será su vida y son importantes; no significa sobreprotección sino que aprendan a manejar las cosas; están construyendo, viendo que actitud tomar y cómo se relacionan con los adultos.
Siempre decimos que es un potenciador. Hay una cierta obligación de ser feliz o de sonreír o de que te guste y eso es contraproducente. Existen formas alternativas de vivir la Navidad; hay que encontrar cada uno su camino y la forma de vivirla de manera adecuada.
¿Cómo se aprende a ser feliz?
Se puede aprender a ser feliz y se debe. Se debería educar desde pequeño, durante toda la vida. El primer punto es querer. El marco sobre el que uno se mueve, el trabajo que hacemos como psicólogos es que vivas o veas la vida de manera diferente y cambies la manera de ver las cosas. Todo tiene elementos positivos y negativos; te puedes centrar en uno o en otro y una vez centrados en los positivos trabajar en cómo construir esos elementos positivos. Quizás las ciencias de la salud hemos estado centrados en los elementos negativos y en ponernos los gafas para ver lo negativo y ahí siempre hay cosas positivas.
¿Cuál es el primer paso que debemos dar?
Creer que se puede y una vez que se puede, empezar a trabajar, a construir y a exagerar las cosas que tienes buenas; el segundo, siempre estar relacionado, no aislarse, no tener introspección negativa porque los otros te ayudan a tirar de ti, a salir hacia adelante. Hay que educar la frustración, educar las emociones y lamentablemente hemos puesto el foco en lo escolar, en la inteligencia convencional.
Nosotros trabajamos haciendo un listado; si de 10 cosas son todas negativas excepto una, te quedas con la positiva y empiezas a trabajar en ello. Eso es más adecuado para poder caminar; cambiar de chip. Ayudar a la gente a sonreír, a enfrentar la vida de manera positiva que es la clave de muchas cosas.
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