La enfermera especialista en obstetricia y ginecología, Rosabel Molina Olías, matrona en el Hospital de El Escorial de Madrid, resalta la amenaza directa que conllevaría para el bebé contagiarse con la bacteria estreptococo B durante el parto: “Infección en la sangre (septicemia), infección pulmonar (neumonía) o infección en el cerebro (meningitis)… incluso podría llegar a …
El peligro del estreptococo para la madre y su bebé
La enfermera especialista en obstetricia y ginecología, Rosabel Molina Olías, matrona en el Hospital de El Escorial de Madrid, resalta la amenaza directa que conllevaría para el bebé contagiarse con la bacteria estreptococo B durante el parto: “Infección en la sangre (septicemia), infección pulmonar (neumonía) o infección en el cerebro (meningitis)… incluso podría llegar a morir”.
Entre las semanas 35 y 37 del embarazo se procede a efectuar un cultivo de muestra de flora vaginal y flora anal para buscar el estreptococo B (EGB), un microorganismo frecuente del tracto gastrointestinal, la vagina, la vejiga o la garganta que no suele entrañar riesgos para la salud de la propia madre o su pareja, tampoco en las relaciones sexuales.
“A pesar de que la gran mayoría de los bebés que se infectan no llegan a enfermar -expone la matrona-, si detectamos esta bacteria en una o en ambas floras de la mujer embarazada debemos contrarrestarla con antibióticos, inoculados en vena a la madre en la fase del parto, para que el recién nacido no se contagie”.
Estreptococo: acción enfermiza temprana o tardía
Cuando el bebé se contagia de la bacteria estreptococo B, “porque su sistema inmunológico es inmaduro y todavía tiene muy poca capacidad defensiva”, podría enfermar en dos periodos:
- En los primeros días después de nacer y mostrar síntomas como fiebre y dificultad para alimentarse y respirar.
- En las cuatro primeras semanas de vida y hasta unos meses más tarde, donde se añadirán síntomas como la irritabilidad y el aturdimiento.
El bebé puede tener un mayor riesgo de contagio si la madre fuera portadora de la bacteria y su bebé naciera con prematuridad o si la madre rompe aguas antes de lo previsto y los tejidos de la placenta o el líquido amniótico entran en contacto con el germen estreptococo.
La inyección de antibióticos durante el parto, normalmente penicilina -salvo mujeres alérgicas-, también se empleará de forma preventiva si la embarazada tiene infectadas las vías urinarias o tuvo ya otro hijo o hija anterior que sufrió alguna enfermedad causada por esta bacteria.
Además, si el parto fuera mediante cesárea no sería preceptivo el tratamiento antibiótico. El estreptococo tampoco determina el contacto piel con piel madre-bebé o la lactancia después del alumbramiento.