Los trastornos de salud mental y las enfermedades neurológicas afectan a la salud del cerebro, una realidad que disminuye la esperanza de vida y que supone hasta el 6 % de las muertes en Europa. El ámbito laboral y escolar se sitúan como algunos de los desencadenantes de estas patologías

La empresa farmacéutica Angelini Pharma y el Think Tank The European House-Ambrosetti han presentado recientemente en el Congreso de los Diputados la iniciativa ‘Headway: a new road map in brain health‘, que pone el foco en la situación actual de la salud del cerebro en Europa, haciendo un repaso por las enfermedades que afectan a este órgano y, en concreto, en el entorno laboral y educativo.
El informe se encuentra en línea con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y desarrolla dos grandes bloques: uno centrado en la salud mental y otro en enfermedades neurológicas, en concreto, en la epilepsia.
De esta manera, distintos expertos y clínicos expusieron las evidencias y los resultados del estudio acerca de esta situación.
Entre ellos, el doctor Celso Arango, director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón y profesor de Psiquiatría en la Universidad Complutense de Madrid; el doctor Narcís Cardoner, director del Servicio de Psiquiatría del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona; y la doctora Mar Carreño, directora de la Unidad de Epilepsia del Hospital Clínic de Barcelona y presidenta de la Sociedad Española de Epilepsia (SEEP).
También estuvo presente la visión del paciente a través de la presidenta de la Federación Española de Epilepsia (FEDE), Elvira Vacas Montero, y de la directora de la Asociación Española de Apoyo en Psicosis (AMAFE), Ana Cabrera Cifuentes. La representación institucional tampoco faltó.
Los trastornos de salud mental, en aumento
La prevalencia e incidencia de los trastornos de salud mental ha aumentado, señaló el doctor Arango.
“Se ha observado un incremento muy importante de pacientes atendidos en urgencias, fundamentalmente en población joven y, dentro de esa población, en adolescentes. Lo hemos notado en la escasez y en la falta de camas de hospitalización y en las listas de espera”, afirma.
Indica también el doctor Arango que el contexto socioeconómico actual no es ajeno a este tipo de trastornos, ya que hay “un incremento en el número de patologías y trastornos mentales que se correlacionan con el contexto de crisis económica, situaciones de desempleo, situaciones de falta de recursos para hacer actividades, etc”.
¿Cómo impactan las enfermedades a la salud del cerebro?
La tasa de mortalidad por trastornos mentales y del comportamiento ha alcanzado ya las 45,8 muertes por cada 100.000 habitantes.
Así, las enfermedades neurológicas son responsables del 6 % de las muertes en Europa y en concreto la epilepsia, una patología que puede desarrollar cualquier persona a cualquier edad y que ha revelado un riesgo de muerte prematura tres veces superior al resto de la población y una reducción de la esperanza de vida de entre dos y diez años.
Esta enfermedad está considerada como una de las principales causas de discapacidad, según la política sanitaria mundial.
Asimismo, hasta el 40 % de las personas con epilepsia no están recibiendo un tratamiento en Europa, lo que revela una brecha terapéutica que se une a un retraso diagnóstico frecuente de dos a siete años.

La crisis económica y medioambiental también repercuten
Tal y como revela el estudio, la incertidumbre socio-económica, los conflictos geopolíticos y la crisis medioambiental han impactado significativamente en el estado de la salud del cerebro de la población española en los últimos años.
Según señalan, una de las principales consecuencias de la crisis medioambiental es el aumento de los comportamientos impulsivos y de las tasas de suicidio.

En cuanto a la contaminación, el informe demuestra que las personas expuestas a ciertas emisiones tienen más probabilidades de padecer un trastorno mental.
Por otro lado, el ruido ambiental repercute en el bienestar de las personas y, en España, al menos un 21,9 % de la población vive en zonas donde el tráfico es perjudicial para su salud mental.
Haciendo hincapié en los grupos sociales que más afectados se encuentran por los trastornos de este tipo, destacan las mujeres, los adolescentes y los niños. Tras la pandemia ocasionada por la covid-19, el 83 % de las mujeres reconoció que la crisis sanitaria afectó negativamente a su salud mental, en comparación con el 36 % de los hombres.
En esta misma línea, la directora de AMAFE, Ana Cabrera, explica: “Los problemas de salud mental en niños, si no se atienden en el momento, pueden conllevar avances hacia problemas mayores en la adolescencia, aumentando las posibilidades del consumo de tóxicos, el abandono de la formación, las dificultades para mantener la red social, el abandono de metas vitales, etc. Esto, a su vez, repercutirá en la adultez, limitando la realización del proyecto vital de estas personas”.
El ámbito escolar y laboral como desencadenantes
El informe ‘Headway’ también ha puesto de manifiesto que los problemas de salud mental, en especial los de tipo leve a moderado, afectan al 70 % de la población que se encuentra trabajando en algún momento de su vida.
En el caso de España, las personas con enfermedades mentales reciben un salario medio un 15,1 % inferior al de la población general y tienen más posibilidades de trabajar a tiempo parcial y de jubilarse anticipadamente.
Por otro lado, las personas con epilepsia presentan mayores dificultades a la hora de encontrar un empleo, se sienten discriminadas y aisladas y encuentran más barreras en las escuelas.
En el caso de los jóvenes con epilepsia, apuntan que las crisis, los efectos secundarios de los fármacos y el estigma social perjudican significativamente la progresión y los logros académicos. Así como una baja tasa de empleo y una falta de comprensión y aceptación.
Las personas con epilepsia también ganan, en promedio, un 11,8 % menos que los trabajadores sin discapacidad.
En cuanto al ámbito escolar, casi el 14,5 % de los abandonos escolares en Europa y el 15,8 % en España se dan en las personas que tienen problemas de salud mental, tal y como precisa el estudio.
Recuerda el doctor Arango que es importante trabajar en los lugares en los que los pacientes pasan más tiempo. En el caso de los niños y adolescentes, trabajar presencialmente en las escuelas e institutos y, en el caso de los adultos, hacerlo mediante planes de salud mental en el ámbito laboral.
“Existen numerosos estudios que demuestran que las empresas que invierten en planes de salud mental para sus trabajadores no solo les proporcionan una mejor calidad de vida a ellos, sino que tienen también muchas menos bajas por estos trastornos, lo que es más eficiente para ellas”, concluye.
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