Augusto Montes Saleh vive con pasión su trabajo como médico adjunto del servicio de Urgencias del Hospital Sanitas La Zarzuela, en Madrid. Cada día es una nueva historia, pero, con cierta frecuencia, extraña a su familia, que dejó en Perú hace siete años buscando una oportunidad laboral

Complicado y urgente son los dos adjetivos que acompañan la labor de Augusto Montes Saleh, de 39 años, quien llegó a España en 2006 para especializarse como técnico de laboratorio clínico, pero que terminó trabajando en un área en la que siempre hay movimiento y se puede ver de todo.
- ¿En qué consiste tu trabajo?
Soy médico adjunto del servicio de Urgencias del Hospital Sanitas La Zarzuela.
Nosotros atendemos las urgencias hospitalarias. Todo lo que cruza por la puerta de primera instancia es nuestro. Nos dedicamos a la estabilización de los pacientes, inicio de los tratamientos urgentes. medicina interna, traumatología. Atención de los avisos de planta durante la noche, etcétera. Es complicado, pero al menos no es aburrido.
Un caso que siempre me acuerdo es el de un paciente que, se supone, tenía un cólico renal y venía con mucho dolor. Un paciente de treinta y pico años. Después de ponerle mucho analgésico, nos dimos cuenta de que era un aneurisma de aorta que se había roto.
Estaba en ese tiempo en un hospital que no tenía equipo de cirugía vascular Lo tuvimos que estabilizar y esperar a que llegara el equipo de seguridad social para que se lo llevaran al Ramón y Cajal. ¡Fue de película!
- ¿En qué tipo de investigaciones has colaborado?
En Perú trabajé como investigador para un centro de investigación de la marina de Estados Unidos; estuve con ellos tres años haciendo estadísticas sobre enfermedades infecciosas febriles en la selva peruana.
- ¿Hace cuánto llegaste a España?
Llegué en 2006. Hice mi especialidad como técnico de laboratorio clínico en el Hospital Clínico San Carlos, pero encontré trabajo en urgencias.
- ¿Cuál es la principal ventaja de trabajar en un país ajeno al tuyo?
Los recursos están a la mano y puedes tirar de ellos rápidamente. Si necesito un aparato especial, un tratamiento raro, si necesito una determinación analítica, casi siempre lo conseguimos. Facilidad de diagnóstico. Ese tipo de cosas te incentivan a buscar más y leer más.
- ¿Hay diferencia en la manera en que se realiza la medicina en tu país y España?
Diametralmente. Aquí se hace medicina defensiva, allí se hace medicina de guerra. En Perú, si tienes un problema tienes que agenciártelas para arreglarlo. El cirujano se convierte en ginecólogo y viceversa. Te estoy hablando de cuando estaba en la selva, pero eso fue lo que viví.
- ¿Extrañas Perú? ¿A quién dejaste atrás para cumplir tus sueños?
Extraño muchísimo a mi familia. Se quedaron mi madre, dos hermanas, mis tíos… Trato de ir una vez al año o cada dos años.
- ¿Planeas regresar?
Alguna vez se nos pasa a mi mujer y a mi por la cabeza. Está mejorando mucho la cosa en Perú. Aquí pasa lo contrario y cuando apriete demasiado, habrá que buscarse una alternativa fuera de España.
- Fuera de la medicina, ¿qué es lo que más te gusta de España?
La tranquilidad social. Incluso en el tiempo que vivimos, uno tiene la seguridad de salir y pasearte por donde quiera sabiendo que es poco probable que algo pase. En Perú no tienes esa libertad.