Más de 6.000 niños de diez años de edad de doce países de los distintos continentes son el núcleo central del Estudio Internacional de la Obesidad Infantil, Estilo de vida y Factores ambientales (ISCOLE por sus siglas en inglés), presentado en el Congreso Mundial de Nutrición de Granada.

Este estudio multinacional persigue comprender los vínculos entre el estilo de vida, los factores ambientales y la obesidad infantil, así como implementar políticas comunes que se adapten a las culturas de los distintos países.
La investigación se realiza con niños de Estados Unidos , Australia , Brasil, Canadá, China, Colombia , Finlandia, India, Kenya, Portugal , Sudáfrica y Reino Unido.
Se han obtenido datos individuales de los niños respecto al peso, la dieta, actividad física, la familia y el entorno familiar, social y escolar.
Peter T. Katzmarzyk , director ejecutivo asociado de Medicina Preventiva y Envejecimiento Saludable en Pennington Biomedical Research Center ( EE.UU ), considera que los diferentes resultados de este estudio son “muy diversos” ya que los factos de riesgo de la obesidad “varían de unos países a otros, de un nivel socioeconómico a otro, de un continente a otro. Hay diferentes culturas de la obesidad y dependiendo de cada uno habrá que actuar”.
Por su parte, Vincent Onywera, profesor en la Universidad de Nairobi (Kenya), también participante en este estudio ha presentado algunas conclusiones preliminares de la investigación en su país donde se ha detectado un incremento de la obesidad infantil a causa del sedentarismo y de alimentos pobres en nutrientes.
“Y este es un patrón que se va a repetir en otros países africanos y que queremos combatir antes de que se desarrolle”, ha señalado.
Para combatir la obesidad considera imprescindible la educación y la prevención, y la comunicación con los padres para que proporcionen las pautas de un estilo de vida saludable.