El etiquetado de los productos alimenticios es una característica obligatoria en todos los envases. Hay personas que le prestan más atención que otras según su estado de salud o sus preferencias. ¿Tienes alergias o intolerancias? ¿Te importan las calorías? Antes de comprar lee la etiqueta. El Abecedario de la Nutrición llega a la “E”.

Etiquetado de los alimentos, no lo descuides
EFE/J.C.Cárdenas
  • 25 de febrero, 2016
  • MADRID/EFE/HENAR FERNÁNDEZ/MIRIAM MUÑOZ

El etiquetado de todos los productos que consumimos puede darnos pistas para evitar riesgos a nuestra salud y tomar buenas decisiones en nuestra alimentación.

La legislación de los alimentos exige cada vez más información y transparencia. De hecho, obliga a que tenga un tamaño mínimo de letra para favorecer su lectura.

¿Qué encontramos en la etiqueta?

Entre los elementos que recoge la etiqueta se encuentran el nombre del alimento, la lista de ingredientes -ordenados de mayor a menor según su importancia en peso-, la cantidad neta del alimento, la fecha de caducidad, las condiciones especiales de conservación y preparación, la información nutricional y el nombre de la empresa con su dirección.

La responsable de Nutrición y Salud de Nestlé, Anabel Aragón, asegura, en su colaboración semanal en “El Bisturí”, que lo más consultado es la fecha de consumo preferente junto con la información nutricional.

Dentro de este último apartado, los elementos a los que más importancia dan los compradores siguen el siguiente orden: “Las calorías -aunque no es lo más importante-, los azúcares, las grasas saturadas, los hidratos de carbono y la sal”.

En lo que menos se suelen fijar los compradores es en el país de origen y en el fabricante del producto.

Alergias e intolerancias

Para que una persona con alergias sepa si puede causarle alguna reacción o no el producto que está comprando debe leer con atención la lista completa de los ingredientes con los que ha sido elaborado.

Menú infantil en el comedor de colegio. Efesalud.com
EFE/Cristina García Casadoingredientes.

Según explica la experta en nutrición, hay 14 que presentan mayor riesgo de causar alergias en la población. Los más comunes, leche, huevos, soja o pescado.

No obstante, no hay que bajar la guardia porque hay muchas personas que son alérgicas a determinados alimentos que “no están recogidos en la lista de los más comunes”.

Siempre que el consumidor tenga dudas respecto a alguno de los ingredientes, debe resolverla “llamando al número de teléfono servicio de atención al consumidor que normalmente está también incluido en el envase”.

Trazas de alimentos que no aparecen en la lista de ingredientes

En algunas ocasiones, en la etiqueta del producto aparece un mensaje que nos alerta de que puede contener trazas de gluten, leche, huevo…

Esto se debe, según detalla Anabel Aragón, a que “existe el riesgo de la presencia accidental de algún alérgeno por contaminación cruzada”.

Con esto se refiere a que en la misma línea de fabricación de ese alimento ha pasado otro que sí lo contenía.

Información confusa

A veces la información que aparece en la etiqueta es confusa o tan excesiva que resulta complicada de asimilar.

La experta piensa que los fabricantes “tienen que hacer un esfuerzo para mostrar una información transparente que resulte útil, entendible y que no lleve al engaño”.

Uno de los errores que más comenten los compradores están directamente relacionados con las “propiedades saludables”. Según Aragón tienen que estar basadas en la evidencia científica.

  • Sin azúcar, sin sal, sin grasas: Uno de los casos más comunes es el de las declaraciones “cero azúcares” o “cero grasas”. Hay que tener cuidado en este aspecto porque “a veces los sin grasa se compensan con más azúcar y los sin azúcar tienen un extra de grasa para que conserven un sabor agradable”.
  • Alimentos light: No por denominarse “lights” significa que sean bajos en calorías o especialmente saludables.

El consejo central es precaución y leer bien las etiquetas, ya que, a veces, hay enormes diferencias entre productos que parecen similares.