Investigadores de dos hospitales públicos de Tenerife describen dos proteínas que se hallan en niveles bajos en niños alérgicos a la leche de vaca, y que ayudará a dar con una terapia hasta curar este problema

La investigación la han realizado inmunólogos del Hospital Universitario de Canarias y alergólogos del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria durante tres años; se ha estudiado a diez niños y dos niñas de entre 2 y 15 años con alergia a la leche de vaca y graves episodios de anafilaxis.
Esta es una reacción alérgica que puede ocasionar dificultades para respirar, pérdida de conocimiento y puede causar la muerte, y según ha explicado en rueda de prensa la inmunóloga Yvelise Barrios, del Hospital Universitario de Canarias, el hallazgo consiste en la descripción de dos marcadores presentes en el suero sanguíneo.
Se trata de las proteínas MCP-1 y MIP-1 alfa, que se encuentran en niveles significativamente bajos en niños con alergia a las proteínas de la leche de vaca en relación con los que carecen de ella e Yvelise Barrios comentó que “ahora sabemos que estos dos marcadores están en la base del éxito del tratamiento” contra esta afección.
Ello se debe, precisó Paloma Poza, del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria, a que gracias a la evolución de estos dos marcadores se sabe “cuándo hay curación”, pues según se administra la terapia de desensibilización alimentaria ambos aumentan sus niveles y se acercan a los de los niños atópicos.
El alergólogo Víctor Matheu, del mismo centro hospitalario, indicó que sólo en Tenerife hay unos 15.000 niños menores de 2 años y de ellos unos 600 presentan alergia a la leche de vaca, lo que en algunos casos desaparece espontáneamente tras la infancia pero en otros, casi entre un 20 y un 25 por ciento, persiste hasta la edad adulta.
Dificultades en la vida familiar
Esta alergia dificulta la vida familiar hasta el punto que impide celebrar cumpleaños, comer fuera, hacer viajes e incluso jugar en un parque, ante el riesgo que supone para los niños el entrar en contacto con cualquier producto lácteo, advirtió Ruberto González, también alergólogo del Hospital de la Candelaria.
Al poder concretar cómo se aplica el tratamiento de desensibilización a la leche gracias a la evolución de estos marcadores se abre la esperanza de ver “normalizada” su vida y según indicó Paloma Poza, esta investigación surgió por impulso de las familias, que querían una solución a este problema sanitario.
Víctor Matheu precisó que se ha pedido financiación a la Sociedad Española de Alergología y al Instituto de Salud “Carlos III, entre otros, para ampliar el proyecto con la colaboración de otros hospitales españoles “punteros”, entre los que citó al “Gregorio Marañón” de Madrid, y aumentar así el número de pacientes infantiles incluidos en el proyecto.
Harvard y el Instituto Karolinska interesados
Además la Universidad de Harvard se ha puesto en contacto con los investigadores y han concretado una reunión en noviembre en Barcelona para aplicar el mismo protocolo en sus centros de investigación médica, y también ha mostrado interés el Instituto Karolinska de Suecia.
El estudio se ha publicado como carta al editor en la revista científica de mayor impacto mundial en la medicina, “The New England Journal of Medicine”, y la alergóloga Paloma Poza subrayó que esperan “en no mucho tiempo” dar respuesta a otras alergias, pues si esta investigación sobre proteínas ayuda en las reacciones a la leche “también puede hacerlo para otros alimentos”.