El organismo es una máquina perfecta y compleja. Cada parte se encuentra relacionada con el resto, si un órgano falla, otros sistemas se verán afectados. Cuidarse no se asocia a una dieta o ejercicio, sino a un estilo de vida inteligente. El doctor Juan A. Corbalán, ex jugador de baloncesto y mito del deporte español, lo explica en un libro

Conocer nuestro cuerpo para cuidarlo mejor y así poder disfrutar de él, es el objetivo que persigue el libro “Tu cuerpo, manual de instrucciones” (Ed. Espasa).
A lo largo de 300 páginas, el doctor Juan Antonio Corbalán, combina sus conocimiento médicos y su experiencia como base de la selección de baloncesto y del Real Madrid, y plata en los Juegos Olímpicos de Los Angeles 84, tras disputar la final a los Estados Unidos de Michael Jordan, para “explicar en palabras sencillas, el reto de cada órgano en el hecho de vivir”.
Corbalán supo compaginar su carrera como jugador de baloncesto con la de Medicina, y ejerció como colaborador médico en el servicio de Cardiología del Hospital Clínico de Madrid entre 1980 y 1988, para posteriormente trasladarse al Hospital Rúber.
Es especialista en Fisiología del Ejercicio y Medicina Deportiva; en la actualidad dirige el Instituto de Rehabilitación Funcional La Salle, un centro dedicado a la prevención y tratamiento de patologías relacionadas con las capacidades funcionales.
El libro, escrito con la colaboración de Javier Marco, especialista en Medicina Interna del Hospital Clínico San Carlos, abarca todas las partes de un todo, nuestro cuerpo, para poder trabajarlo en equilibrio.
“Es importante cada uno de nuestros sistemas ya que, por ejemplo, correr beneficia a los músculos, pero esos beneficios los pagan las articulaciones”, explica el doctor Corbalán.
Como fichas de dominó colocadas una detrás de otra, el buen o mal funcionamiento de un órgano afecta a los demás. Por ello es importante conocer las patologías con mayor prevalencia, para dar lo mejor del organismo sin caer en la hipocondría.
Para conocer, sin caer, en las enfermedades más frecuentes de nuestro sistema inmunológico es necesario trabajar en su prevención. Una tarea que puede ser primaria para evitar que aparezcan, o secundaria para instaurar hábitos de vida saludables una vez que las padecemos.
El objetivo es un organismo sano, sin enfermedades, porque como señala Juan A. Corbalán “cuanto mejor sea el estado de nuestro cuerpo, más lo disfrutamos”.
Cómo funcionamos
Nacemos con una carga genética que, en parte, no se puede modificar. Sin embargo, ello no es una excusa para no cuidarse ya que, según el autor del libro, la genética es más flexible de lo que se piensa y unos buenos hábitos pueden modificar los genes.

Después, en nuestro desarrollo, “tenemos que entender que el máximo esplendor del organismo llega cerca de los 27 años”, afirma.
Es a partir de este momento cuando resulta necesario usar la razón para conservar el capital físico obtenido y cuidar aún más:
- Una alimentación adecuada.
- Una hidratación correcta.
- La realización de ejercicio.
- Eliminar prácticas nocivas relacionadas con los estímulos y hábitos sociales, como el tabaco.
Detrás de estas pautas generales se encuentra el plano psicológico de cada persona, su capacidad para vivir de forma inteligente.
Ello significa tener en cuenta que nuestro estilo de vida puede ser ejemplo para quienes nos rodean, poder gestionar nuestro contexto para limitar las tentaciones y pensar que, tras la plenitud, hay un largo camino por recorrer.
La meta es encontrar un equilibrio que mantenga la necesidad de tener un cuerpo sano para conseguir nuestros objetivos. Meta, camino y esfuerzo son palabras que parecen exigir mucho de nosotros mismos, sin embargo, “se puede vivir de forma saludable sin morirte de asco”, remarca Corbalán.
Actividad física, ejercicio o deporte de élite
Todos tenemos una idea de nuestro yo físico ideal. Para acercarnos a este concepto es habitual recurrir a atajos en el deporte y la alimentación. Sin embargo, el doctor Corbalán cree que sólo se puede engañar al organismo un tiempo pero, al final, acabará por protestar.

“Puedes decidir no comer nada y así adelgazar, pero si no comes, tus músculos se resienten y en vez de perder grasa, vas a perder músculo”, aclara.
Por ello, alimentación, ejercicio e hidratación son las tres claves de una vida saludable. Un ejercicio que no siempre tiene que ser costoso ya que, el autor del libro, distingue entre la actividad física diaria, el deporte amateur y aquel de alta competición.
Realizar uno u otro depende de las capacidades y el entrenamiento. Una elección que supone volver a un proceso racional, al que se suma la prescripción del deporte por parte del médico.
“Nuestra mente tiene que ser capaz de decir, tengas la edad que tengas, muévete y trabaja por tu organismo”, concluye Juan A. Corbalán.
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