Sonrientes y con una entereza envidiable, algunos con prótesis, otros con muletas, los llamados “guerreros biónicos” llegaron a Bolivia desde diversas partes de América Latina, el Caribe, de Estados Unidos y de Marruecos para mostrar con el ejemplo que el cáncer no es una sentencia de muerte
Jóvenes “biónicos” muestran que el cáncer no es una sentencia de muerte
Son una treintena de supervientes, de entre 16 a 35 años, que se sumaron a la “Bionic Fashion Day”, una pasarela solidaria y gestada en Ecuador hace unos años por la Fundación Jóvenes contra el cáncer y que por primera vez se ha realizado en Bolivia para apoya la labor de “Fundación Nueva Esperanza”.
Se les llama “biónicos” porque muchos de ellos llevan prótesis a causa del cáncer, algo con lo que han aprendido a vivir y que es un recordatorio de que han vencido la enfermedad.
Una de las “guerreras” es la española Miriam Rodríguez que lleva 18 de sus 25 años con una prótesis en la pierna derecha a causa de un osteosarcoma que le detectaron en la tibia cuando era niña.
“Tengo una vida normal, hago deporte, voy de fiesta con mis amigos y la verdad es que no tengo impedimentos. Siempre las barreras nos las ponemos nosotros mismos, las barreras están en la mente y todo lo que se proponga uno, se puede conseguir”, dijo esta sevillana a Efe.
Miriam ya participó hace tres años en una de las ediciones del “Bionic Fashion Day” y ahora ha repetido en Bolivia.
Nacida en “Cartagena la bella”, en Colombia, Adriana Martínez, de 22 años, fue diagnosticada en 2015 con un sarcoma de Ewing en la pierna derecha pero “gracias a dios” y con el apoyo de su familia superó el cáncer y es superviviente hace dos años.
Para esta joven participar en el “Bionic Fashion Day” ha sido una experiencia muy especial e “impresionante”.
“Nosotros aquí nos acogemos, no nos da pena demostrar que estamos amputados, porque no hace falta nada, a pesar de que no tenemos piernas o brazos, pero estamos todos completos”, sostuvo.
La boliviana Guadalupe Vargas perdió la pierna izquierda a causa de osteosarcoma, lo que supuso un cambio radical en su último año, aunque fue para mejor, según dijo a Efe.

“He mejorado como persona, he aprendido a valorar la vida. Gracias a todo esto que me está pasando, que no es una situación favorable, es bastante duro, pero decido ver lo bonito de la vida, lo bonito que es vivir y eso me ayuda a ser más fuerte y a seguir luchando”, aseguró Vargas.
Sin perder la sonrisa, esta joven, nacida en la zona oriental de Santa Cruz, se tomó una pausa en sus estudios de Sociología por ahora, pero plantea retomarlos más adelante y sueña con viajar “por todo el mundo y conocer diferentes culturas”.

Junto a estas tres muchachas, también se sumaron a la iniciativa jóvenes de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Marruecos, México, Perú, Puerto Rico y Venezuela.
Los jóvenes “biónicos” participaron en numerosas actividades en La Paz como preámbulo al gran desfile del jueves pasado, entre ellas paseos por los principales paseos de la ciudad, un ritual ancestral con “amautas” o sabios indígenas, charlas de motivación y un pasarela de trajes típicos en la Alcaldía paceña.
Ya el jueves en el evento principal, lucieron ropa, accesorios y zapatos de destacadas diseñadoras bolivianas como Nadia Paredes, Gloria Thaine, Liliana Mustafá, Ana Palza, Glenda Yánez y Marión Macedo, especialista en moda con materiales reciclados.

El dinero recaudado en el desfile permitirá a la Fundación Nueva Esperanza buscar un lugar más amplio, la casa de acogida en la que dan albergue a los niños y adolescentes con cáncer y sus padres, que deben migrar a La Paz desde otras provincias en busca de un mejor tratamiento médico.
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