La mitad de las personas que sufren dolor crónico, es decir el que es persistente y dura más de tres meses, tarda más de un año en ser derivada a unidades específicas del dolor, pero en algunos casos esa espera alcanza los nueve años

La mitad de los pacientes en unidades del dolor tarda más de un año en acudir
EPA/FACUNDO ARRIZABALAGA
  • 28 de octubre, 2013
  • MADRID/EFE

Esta es una de las cuestiones que han denunciado hoy los especialistas de la Sociedad Española del Dolor (SED) en el día mundial de esta enfermedad -que “no síntoma”, puntualizan los doctores-, que sufren uno de cada cinco españoles de forma crónica, el 20 por ciento de la población.

En esta ocasión, la conmemoración se ha dedicado a la investigación y divulgación del dolor visceral, entre los que se incluyen el digestivo (el más prevalente), el ginecológico, torácico y urológico.

El dolor visceral lo ha sufrido o lo sufrirá el 25 por ciento de la población a lo largo de su vida, con lo que muchas personas sentirán “impotencia, malestar, desesperación y llanto, una vida que no es nada o molestias insoportables”, como apuntan las personas que lo padecen en su carnes.

Susana Díaz es una de ellas. Tiene 41 años, padece una de las denominadas enfermedades raras, gastroparesia idiopática, y sufre unos dolores que le obligan a descansar la mayor parte del día.

Los primeros síntomas de la gastroperesia los tuvo hace diez años, pero estuvo cinco por un peregrinar de médicos de casi todas las especialidades posibles para llegar al diagnóstico completo.

El dolor “terrible” que acompañaba a Susana le impedía comer, beber, hacer cualquier movimiento, sintió en algunos momentos la vida como una condena, no la valoraba, y llegó a pesar 29 kilos.

Pero ahora su balanza está en los cuarenta y se siente con fuerza para reclamar más unidades del dolor, porque ella se siente mejor desde hace cinco años, cuando llegó a una de ellas.

Y más desde hace tres, desde que recibe un tratamiento (un tipo de radiofrecuencia y un opioide) que ya le permite “estar bien entre dos y cuatro horas al día”.

Por eso, Susana insiste en reclamar, como lo hacen los especialistas de la SED, que haya unidades del dolor en todos los hospitales.

Actualmente, según cálculos de esta sociedad, hay 142 en España, pero no obstante todas las personas que sufren esta patología disponen de una de ellas en su área de referencia, según Concepción Pérez, vocal de la SED.

Según una encuesta de la sociedad, un 25 por ciento de los pacientes crónicos que son tratados en estas unidades son dados de alta y sólo el once por ciento tiene una evolución mala.

“El dolor hay que tratarlo de forma multidisciplinar y en estas unidades”, incide la paciente, que subraya el coste hospitalario que supone tratar el dolor de otra forma.

El dolor, y sobre todo su mal abordaje, según Víctor Mayoral, secretario de la sociedad médica, provoca consecuencias económicas importantes, tanto que se estima que sus costes directos e indirectos suponen alrededor de un tres por ciento del producto interior bruto en Europa.

En los últimos años, además, ha ascendido de manera notable el número de españoles que sufren dolor: del 13 % en 2004 al 18 % en 2013, y las causas son numerosas, como el aumento de la esperanza de vida, algunas relacionadas con aspectos laborales y otras con las patologías osteodegenerativas.

Además, la mitad de los españoles que sufren dolor crónico lo sufren a diario.

El perfil del enfermo, o casi mejor dicho de la enferma porque los sufren más las mujeres, es el de una persona mayor de 51 años, aunque se dispara la proporción en los que superan los 60, y los dolores más comunes son los moderados de tipo ostearticular.

Más de la mitad de la población, el 54,9 por ciento, ha padecido dolor en los últimos meses, y si se incluyen las cefaleas, los dolores postoperatorios y oncológicos la proporción se eleva al 61,5 por ciento.