Las altas temperaturas llaman a la puerta y con ellas, las recomendaciones que no hay que cansarse de repetir: No hacer ejercicio físico en las horas centrales, hidratarse…pero también cuidar de los más vulnerables, los mayores y las personas con patologías psiaquiátricas, entre otros.

Llega la primera ola de calor del verano: aplica el sentido común y cuida de los más vulnerables
Una mujer refresca la cabeza de un joven en una fuente del Patio de los Naranjos de la Mezquita-Catedral de Córdoba. EFE/Salas

La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha confirmado que la primera ola de calor del verano llegará el domingo y durará hasta el miércoles, con temperaturas máximas que sobrepasarán los 40-42 ºC en varias zonas del país y con temperaturas mínimas que serán también muy elevadas.

Durante los próximos días dominará una situación anticiclónica con atmósfera estable en general, favoreciendo una fuerte insolación. A ello se suma la entrada de una masa de aire muy cálido procedente del norte de África, “que está provocando un aumento progresivo de las temperaturas en la península y Baleares”, según la Aemet.

La exposición a altas temperaturas pueden provocar “una respuesta fisiológica insuficiente” del sistema termorregulador del cuerpo. También alterar las funciones vitales cuando el organismo es incapaz de compensar las variaciones de temperatura corporal. Así lo señala el Ministerio de Sanidad en el Plan Nacional de actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperatura sobre la salud 2023.

Y es que las altas temperaturas producen pérdida de agua y electrolitos que son necesarios para el normal funcionamiento de los órganos.

Las personas más vulnerables a las altas temperaturas son:

  • Las personas mayores de 65 años.
  • Lactantes y menores de 4 años.
  • Embarazadas.
  • Enfermos con patologías cardiovasculares, respiratorias y mentales (demencias, Parkinson, Alzheimer,…).
  • Enfermos crónicos.
  • Personas bajo ciertos tratamientos médicos (diuréticos, neurolépticos, anticolinérgicos y tranquilizantes).
  • Aquellas con trastornos de la memoria, dificultades de comprensión o de orientación o poca autonomía en la vida cotidiana.

Y no hay que olvidar tampoco a aquellas personas que viven solas, en la calle o en condiciones sociales y económicas desfavorables, las que residen en viviendas difíciles de refrigerar que no tienen climatización o las que por su trabajo tienen una exposición excesiva al calor, según la web del Ministerio.

Altas temperaturas
Una operaria se refresca con una manguera en Ecija (Sevilla). EFE/Salas

Otro factor de riesgo es tener una exposición continuada durante varios días a las altas temperaturas que se mantienen por la noche.

Aumenta la mortalidad con patologías previas

El investigador del Instituto de Salud Global (ISGlobal) Xavier Basagaña incide en declaraciones a EFEsalud que con las altas temperaturas, aumenta la mortalidad pero no solo por los golpes de calor “que afortunadamente son pocos” sino precisamente porque aumenta el riesgo de que patologías previas se agraven provocando infartos o ictus.

“El calor es un motivo de estrés extra para el organismo”, señala Basagaña.

El investigador hace hincapié en prestar especial atención a aquellos enfermos por ciertas patologías mentales, no cuidan de sí mismos, de forma que no toman las debidas precauciones para aplacar el calor.

“De hecho, una de las cosas que se recomienda es que si se tienen familiares en esta situación o personas que viven solas y que están delicadas, esos días se les visite para asegurarse de que se hidratan y toman las medidas necesarias”, subraya Basagaña.

También a las personas mayores, porque con la edad se van deteriorando los mecanismos de termorregulación del cuerpo, de forma que tardan más en tener sed o en sudar. Se trata de las herramientas que tiene el cuerpo para mantenerse a una temperatura constante. Por eso, los mayores son más sensibles a las altas temperaturas.

La primera ola de calor, la que tiene más riesgo

Llega la primera ola de calor del verano y hay que extremar las precauciones.

Según señala Basagaña, varios estudios indican que la primera ola de calor del verano suma más muertes que el resto, sobre todo si se adelanta. Y puede haber varias causas para el aumento de mortalidad.

Altas temperaturas
Varias personas disfrutan en la playa de Benidorm. EFE/ Morell

Explica el experto que hay estudios que muestran que el cuerpo necesita dos semanas para adaptarse al calor. Una vez pasado este periodo, la asimilación del calor es más rápida, el cuerpo responde antes, la distribución de la sangre también cambia para mantener la temperatura constante.

Si la ola de calor se produce de forma repentina, el cuerpo no ha tenido ese periodo necesario de preparación.

Otra de las explicaciones, continua Basagaña, es que conforme avanza el verano, cambiamos comportamientos que hacen que nos adaptemos mejor a las altas temperaturas: vestimos diferentes, modificamos hábitos, horarios de trabajo, etcétera.

“Después hay otra razón. Hay un grupo personas más frágiles, que están muy delicadas de salud y son más susceptibles a morir cuando hay una ola de calor. Cuando llega la primera, así ocurre. Por tanto, para el resto del verano ya se ha reducido ese grupo de vulnerables con riesgo a fallecer”, sostiene el investigador del ISGlobal.

A disfrutar el verano con precaución

El Ministerio de Sanidad ha recordado estos días en las redes sociales el decálogo “Disfruta este verano con salud”, con el fin de que la ciudadanía prevenga los efectos de las altas temperaturas:

  • Bebe agua y líquidos con frecuencia, aunque no sientas sed y con independencia de la actividad física que realices.
  • Evita las bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas, ya que pueden favorecer la deshidratación.
  • Aunque cualquier persona puede sufrir un problema relacionado con el calor, presta especial atención a: bebés y menores, lactantes y mujeres gestantes, así como personas mayores o con enfermedades que puedan agravarse con el calor .
  • Permanece el mayor tiempo posible en lugares frescos, a la sombra o climatizados, y refréscate cada vez que lo necesites.
  • Procura reducir la actividad física y evita realizar deportes al aire libre en las horas centrales del día.
  • Usa ropa ligera, holgada y que deje transpirar.
  • Nunca dejes ninguna persona en un vehículo estacionado y cerrado (especialmente a personas menores de edad, mayores o con enfermedades crónicas).
  • Consulta a tu profesional sanitario ante síntomas que se prolonguen más de una hora y que puedan estar relacionados con las altas temperaturas.
  • Mantén tus medicinas en un lugar fresco; el calor puede alterar su composición y sus efectos.
  • Haz comidas ligeras que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras, zumos, etc.)