Vale, ya sabemos que en una final de Champions Madrid-Atlético, los corazones se desbocarán y las emociones se dispararán, pero desde EFEsalud pretendemos reducir, al menos un poco, la angustia y el dramatismo, dos enemigos de la vida saludable. Una cardióloga y un psicólogo nos ayudan a atemperar los nervios

Si te gusta el fútbol y tu equipo ha llegado a la final de la Champions ¡enhorabuena!, pero no nos resignamos a que vivas el partido entre Real Madrid y Atlético de Madrid con una congoja incontrolable, incluso aunque pueda haber prórroga y penaltis, auténticas cumbres de la igualdad y la incertidumbre.
Será difícil, pero desde EFEsalud aspiramos a hacerte el partido saludable, a que disfrutes más que sufras. Nos ayudan en esta tarea la doctora Pilar Tornos, jefa del Servicio de Cardiología del Hospital Quirón de Barcelona; y Pablo del Río, máster en dirección de gestión del deporte y psicólogo deportivo del Centro Nacional de Investigación y Ciencias del Deporte del Consejo Superior de Deportes (CSD).
Corazón a corazón, con la menor angustia posible
La doctora Tornos ofrece algunos consejos generales ante el partido: “Lo importante es mantener la calma, no fumar, evitar las comidas copiosas antes del encuentro y mientras se celebra, y realizar una ingesta moderada de alcohol”.

“Normalmente -explica esta experta- los problemas cardíacos aparecen, sobre todo, en aquellos que viven estas situaciones de estrés emocional con especial fuerza e intensidad; hay gente capaz de aguantar la presión de cualquier tipo sin alterarse y, en cambio, a otros les afecta de manera muy notoria”.
Quienes tienen más riesgo son aquellos que no soportan la tensión y caen en estado de angustia, muy especialmente, si además tienen antecedentes o historial de problemas cardíacos. “Para estos, cuidado”, señala la doctora, quien rebaja el riesgo para quien no tenga trastornos en el corazón, siempre que siga los consejos de moderación con el tabaco, la comida y la bebida.
¿Y después del partido? Tras la final, la angustia deja de ser protagonista y se ve sustituida por la alegría de los ganadores o la tristeza de los perdedores, pero estos sentimientos el corazón los lleva bien, subraya Pilar Tornos.
“El corazón de los que pierdan, salvo que la tristeza se convierta en ira no tendrá problemas; y los que ganan, cuidado con los excesos, sobre todo si van acompañados de grandes dosis de alcohol”, aconseja la cardióloga. “Al corazón le va mal la cólera y la rabia, ya que se dispara la adrenalina y sube la presión”, añade.
¿Y si hay penaltis? “A quien padece del corazón le diría que no los viera, hay gente que no los soporta, son de esos momentos críticos que suponen el mayor pico de riesgo”, advierte.
No dramatices el fútbol, ni en la final de la Champions
Pablo del Río diferencia entre los aficionados racionales, que quieren ganar pero valoran la calidad del juego; y los hinchas, más emocionales y exaltados, más descontrolados, atentos básicamente al resultado, identificados con su equipo en lo positivo y negativo, con sentimientos muy arraigados.
Es el segundo grupo el que tiene factores de riesgo para la salud mental.
Este psicólogo plantea en primera instancia la siguiente reflexión, incluso en una finalísima de tanta rivalidad: “Se va a ver un espectáculo deportivo y el resultado no cambiará nuestras vidas, tanto a los aficionados como a los hinchas; hay que afrontarlo como un acontecimiento para disfrutar y divertirse, no para angustiarse, y hay que sufrir lo menos posible”.

Aconseja este experto anticipar los efectos de un resultado adverso al que se desea, para tener un plan que minimice la frustración y la derrota.
“Hay que saber manejar emocionalmente la incertidumbre constante y total que puede tener un partido de estas características. Es importante desdramatizar la situación y los lances del juego como ocasiones fallidas, faltas, errores arbitrales…, porque, de lo contrario, lo placentero se convierte en un martirio nocivo para la salud”, considera Del Río.
También pone el acento en otro aspecto: “Las emociones en fútbol son temporales y pasajeras, muy intensas durante el partido, pero después tienen una fecha de caducidad muy temprana”.
¿La frustración de la derrota puede conllevar depresiones? “No, tanto las emociones de alegría, entusiasmo y euforia, como las de tristeza, abatimiento o rabia, son pasajeras”, señala este experto, quien defiende una cultura deportiva sana, que cree que en líneas generales hay en España.
“No creo que este acontecimiento sea un gran riesgo para la salud mental”, concluye, e insiste en disfrutar y desdramatizar.

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