“Cuando se escriba la historia de las pandemias de obesidad que hoy tenemos se verá que el principal error fue la connivencia con la industria alimentaria”, asegura el doctor Miguel Ángel Martínez-González, coordinador del estudio Predimed sobre dieta mediterránea y autor del libro “Salud a ciencia cierta” donde no solo ofrece a la sociedad consejos para una vida sana, sino que cuestiona las políticas sanitarias que considera “poco radicales y complacientes” con el sector de la alimentación

Martínez-González: La obesidad es fruto de la connivencia con la industria alimentaria
El doctor Miguel Angel Martínez-González, autor de “Salud a ciencia cierta”. Foto: Nines Minguez
  • 22 de octubre, 2018
  • MADRID/EFE/ANA SOTERAS

Catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública por la Universidad de Navarra, Martínez-González fue coordinador de la red Predimed e investigador principal del Proyecto SUN y del Predimed Plus, sobre dieta mediterránea y su incidencia sobre la salud,  además de catedrático visitante en la Universidad estadounidense de Harvard.

  • En su libro aboga por un cambio social profundo para acabar con la pandemia de obesidad

El sobreconsumo está metido en nuestra cultura desde la infancia. Hace falta muchas acciones de salud pública multifactoriales. Y hacer conscientes a la población de los intereses de algunas industrias alimentarias….Conflictos de intereses que cada vez adquieren más importancia en las publicaciones biomédicas, pero no solo porque hay que declararlos, sino que también hay estudios empíricos que demuestran que los investigadores que están pagados por industrias con intereses económicos en lo que se investiga, consciente o inconscientemente, se dejan llevar por sesgos. La salud debe estar en todas las agendas no solo de sanidad, sino de educación, agricultura, de la comunicación…para así lograr ese cambio social profundo.

  • ¿Usted ve a la administración proclive a ese cambio?

Estamos en un momento en el que puede ser factible dar los primeros pasos. Estoy seguro de que si se hiciera una encuesta a los españoles, muchos estarían de acuerdo en poner impuestos a las bebidas azucaradas. Y también muchos son conscientes de hasta qué punto hay intereses ocultos en muchos mensajes de nutrición. Y todo esto crea un clima que favorable a políticas mucho más radicales ya que ahora son muy complacientes con la industria. Parece que no nos damos cuenta del gravísimo problema que tenemos de sobrepeso y obesidad que, a largo plazo, es una bomba de relojería para el Sistema Nacional de Salud.

Y hasta qué punto los acuerdos amistosos con las industrias alimentarias son ingenuos por parte de la administración…Por ejemplo, el acuerdo de Sanidad con la industria de reducir (un 10%) los azúcares, sal y grasa saturada de los alimentos en tres años. Es como  acordar que alguien que fuma veinte cigarrillos baje a 17 . Y se presentó ante la opinión pública como un triunfo. ¿Y quién controla si se hace? No son políticas suficientemente radicales.

  • Reconoce en el libro que ha aceptado en dos ocasiones pagos de la industria alimentaria para poder seguir financiando investigaciones

Es algo que se da especialmente en congresos, pero nadie organizaría un congreso sobre cáncer de pulmón financiado por la industria tabacalera. Tenemos que llegar a ese punto con la industria alimentaria. En el libro “Salud a ciencia cierta” (Ed.Planeta) digo que, cuando se escriba la historia de las pandemias de obesidad que hoy tenemos, se verá que el principal error fue la connivencia con la industria alimentaria.

  • Dos de los mensajes que se repiten en el libro son: comer menos y consumir dieta mediterránea.

Comer frugal es lo que menos se dice porque a la industria alimentaria no le interesa. Y es lo primero que hay que decir cuando existe una epidemia de obesidad, cerca del 70% de la población adulta española tiene sobrepeso o tiene obesidad. La característica de un patrón alimentario sano es la frugalidad.

Llevo más de veinte años investigando la dieta mediterránea y con los resultados del estudio Predimed se observa una reducción del 30% en el riesgo de enfermedad cardiovascular. La dieta mediterránea es el paradigma ideal, no existe para otro patrón dietético. No creo que haya muchos estudios con tanta evidencia científica y escrutinio como el Predimed.

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Alimentos propios de la dieta mediterránea. EFE

La salud radica en el estilo de vida, según Martínez-González

  • Afirma que la salud depende en esencia del estilo de vida y que se equivoca quien piensa que su destino está escrito en los genes.

Hay muchos estudios que han demostrado que un estilo de vida saludable reduce la mortalidad. Con el estilo de vida es muy fácil hacer una previsión que sea fiable ante la obesidad, más que si vamos sumando genes que pueden estar mutados. En Salud Pública hacemos conclusiones que sirven para la media de la población, aunque puede haber grupos que tengan una variante de un gen que tiene una penetrancia altísima pero se trata de enfermedades raras y ahí esa persona está condiciona por sus genes. Pero la inmensa mayoría de la población tienen enfermedades crónicas frecuentes que se controlan con un estilo de vida y una dieta adecuada.

  • Habla de que la obesidad se debe a la falta de autocontrol, al sobreconsumo y al fallo de los mecanismos de prevención.

La financiación de la investigación ha ido sobre todo a investigaciones moleculares, genómicas, epigenómicas….y se hacía muy poca investigación sobre cómo cambiar estilos de vida y dieta. Por eso ha habido un fracaso catastrófico de la medicina preventiva y la salud pública y se ha juntado con los intereses comerciales de las industrias de alimentos que se han provechado de la falta de emponderamiento de una población vulnerable y con pocos resortes ante la falta de fuerza de voluntad y para superar el consumismo y materialismo. Han intoxicado a la opinión publica haciendo una enmienda a la totalidad a la investigación epidemiológica. Y el fracaso son las altas tasas de obesidad que empezaron en 1990 en el mundo, cuando había 100 millones de personas obesas y ahora hay 650 millones. Nos ha dado miedo no ser complacientes con la industria alimentaria que financiaba congresos y reuniones y esta es la explicación del fracaso. Y el libro viene a abrir los ojos a la población.

  • En su obra dice que no se puede culpar al paciente pero… ¿nos responsabilizamos de fallar en el autocontrol?

No debemos culpar a la víctima, sino ayudarla y más si está inmersa en un ambiente que, si no se cambia, es muy difícil que cambien  las personas. Pero también cada uno tenemos nuestra libertad y el libro es una continua llamada a la responsabilidad personal, no proponemos una dieta tortura, los consejos son fáciles de seguir para lograr un estilo de vida saludable.