Más de 800 personas han muerto por ébola en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) desde que se declaró la epidemia de la enfermedad el pasado agosto, según los últimos datos divulgados por el Ministerio de Sanidad
Más de 800 muertos por el ébola en la República Democrática del Congo
En un informe remitido a Efe con cifras vigentes hasta el 13 de abril, las autoridades cifraron en 803 los fallecimientos por ébola, de los que 737 dieron positivo en pruebas de laboratorio y el resto son probables.
Los casos de contagio se sitúan ya en 1.251, de los cuales 1.185 están confirmados en el laboratorio.
Este brote -el más letal de la historia de RDC y el segundo del mundo por muertes y casos, tras la epidemia en África Occidental de 2014-, se declaró el pasado 1 de agosto en las provincias de Kivu del Norte e Ituri.
Desconfianza: obstáculo en el control de la epidemia

Sin embargo, el control de la epidemia se ha visto obstaculizado por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la inseguridad en la zona, donde operan numerosos grupos armados.
Desde el pasado 8 de agosto, cuando comenzaron las vacunaciones, casi 99.800 personas han sido inoculadas, en su mayoría en las ciudades de Katwa, Beni, Butembo, Mabalako y Mandima, de acuerdo con las últimas cifras del Ministerio de Sanidad.
La semana pasada, la Federación Internacional de la Cruz Roja (FICR) advirtió de que el ébola en la RDC “se está propagando más rápido”, mientras crece la desconfianza de la población en la respuesta médica a la epidemia.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió el pasado viernes no declarar una emergencia internacional por el brote, pese al aumento de casos y muertes de las últimas semanas y el difícil acceso a zonas afectadas donde actúan grupos armados.
Una emergencia de salud pública internacional implica la emisión de una alerta formal dirigida a los gobiernos y ayuda a movilizar recursos.
Brotes pasados
El brote de ébola más devastador a nivel mundial fue declarado en marzo de 2014, con casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea-Conakri, país del que se extendió a Sierra Leona y Liberia.

Casi dos años después, en enero de 2016, la OMS declaró el fin de esta epidemia, en la que murieron 11.300 personas y más de 28.500 fueron contagiadas, cifras que, según esta agencia de la ONU, podrían ser conservadoras.
El virus del ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados, provoca fiebre hemorrágica y puede llegar a alcanzar una tasa de mortalidad del 90 % si no es tratado a tiempo.
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