¿Sabías que la microbiota también puede afectar a tu fertilidad? De acuerdo con los especialistas, en muchas ocasiones la alteración de la microbiota puede indicar que existe una patología previa con una inflamación que permite que crezcan bacterias patógenas susceptibles de afectar a los resultados de los tratamientos de reproducción asistida.

Microbiota y fertilidad: cómo te afecta

Esta relación entre la microbiota y la fertilidad nos la explica el doctor Adolfo De Prados, ginecólogo del Equipo Juana Crespo.

Y para entenderlo mejor, se deben tener presentes dos conceptos:

1.- Microbiota: Conjunto de microbios que se encuentran en nuestro organismo.

2.- Microbioma: Conjunto de genes y sus metabolitos junto con el huésped (o medioambiente que le rodea) que en este caso somos nosotros.

De acuerdo con el citado especialista, somo seres holobiontes, es decir, seres formados por conjuntos de microorganismos formando una unidad ecológica, y en nuestro cuerpo humano hay diez veces más bacterias o microbios que células humanas.

Es tan importante esa relación de colaboración entre esos microbios y las células humanas que se plantea que el conjunto de la información genética de la que son portadores estos microbios se puede considerar el segundo genoma humano.

¿Pero qué sucede cuando la microbiota está alterada?.

Cuando hay una inflamación

Según el especialista, en muchas ocasiones esta alteración de la microbiota hace referencia a que existe una patología previa que está produciendo una inflamación, y consecuentemente, permite que crezcan bacterias patógenas susceptibles de afectar a los resultados en los tratamientos de reproducción asistida y por tanto a la fertilidad.

Uno de los ejemplos más comunes en reproducción asistida es la endometriosis, una enfermedad inflamatoria que afecta a un 15% de las mujeres en edad fértil, en las que ese estado inflamatorio generalizado puede dar lugar a que a nivel endometrial, vaginal e intestinal se esté produciendo una alteración de esa microbiota.

En este sentido, la alteración de la microbiota es una consecuencia de la enfermedad.

Lo mismo ocurre con los hidrosalpinx (la acumulación de líquido en las trompas).

En estos casos, se va a generar un crecimiento de bacterias patógenas generando una disbiosis y, por tanto, un posible impacto muy negativo en el proceso de implantación embrionaria e incluso en la evolución del embarazo. Y así con los miomas, los pólipos, la adenomiosis (agrandamiento del útero) o, incluso, la celiaquía.

¿En qué pacientes se debería estudiar la microbiota?

Hace aproximadamente cinco años las líneas de investigación se centraron en la inmunología y, en la actualidad, se ha evolucionado hacía el estudio de la microbiota y del microbioma.

Sin embargo, estas líneas de investigación nos hacen situarnos en estudios que a día de hoy no tienen una evidencia demostrada en cualquier tipo de paciente.

Es por eso que el estudio de la microbiota no es una prueba rutinaria de fertilidad al inicio de un tratamiento, sino que más bien se plantea ante un fracaso, es decir, en aquellas pacientes que tras someterse a un tratamiento no han logrado el embarazo:

1.- Pacientes con aborto.

2.- Pacientes con fallos de implantación.

A día de hoy no se realizan estudios de microbiota para el hombre, puesto que realmente lo que se está considerando es la interacción entre el endometrio y el embrión, para así estudiar si la composición bacteriana de ese endometrio afecta a la implantación y posterior evolución del embrión.

Síntomas y procedimiento

Una alteración en la microbiota puede ser asintomática, no obstante podría cursar en el flujo vaginal, los sangrados irregulares, el prurito y el dolor leve.

Para comprobar esta relación entre la microbiota y la fertilidad, la principal prueba diagnóstica de forma clásica es a través de un cultivo. Pero tiene sus limitaciones. Lo ideal sería realizar una biopsia guiada por histeroscopia para ver zonas susceptibles.

Tras unos días se obtiene un informe completo del microbioma uterino, así como de la presencia o ausencia de bacterias patógenas.

“A día de hoy no podemos afirmar en qué consiste una microbiota endometrial fisiológica. Podríamos definirla como aquella compuesta por un conjunto de microbios que es tolerante con la implantación y la evolución del embrión, y no con la existencia o ausencia de una bacteria en concreto”, concluye el doctor Adolfo de Prados, licenciado en Medicina y Máster en Reproducción Humana Asistida por la Universidad de Valencia, especialidad ginecología y obstetricia.

Desde el año 2017, de Prados ha desarrollado su carrera profesional en el campo de la Medicina Reproductiva. En el ámbito docente, es profesor universitario asistente en la Universidad Jaume I de Castellón y en la Universidad Miguel Hernández de Alicante.

microbiota y fertilidad
Imagen de microbiota. Facilitada por la Fundación Iberoamericana de Nutrición

Microbiota y fertilidad…y aborto

Una investigación internacional en la que han participado investigadores del Instituto Bernabeu y científicos de universidades e instituciones danesas ha asociado el desequilibrio de la microbiota vaginal o disbiosis con una tasa más alta de aborto y una menor tasa de embarazo.

Se trata de un análisis que se ha centrado en la flora o microbioma vaginal, los microorganismos que viven en la vagina.

Los avances en microbiología molecular han permitido estudios complejos de la microbiota, puesto que hasta hace poco el cultivo de microorganismos era el único método de diagnóstico microbiológico.

Según informa el citado instituto en su página web, el estudio ha permitido evaluar el impacto que tiene el desequilibrio de la flora vaginal en los resultados reproductivos de pacientes sometidas a un tratamiento de fecundación in vitro.

Las conclusiones preliminares de la investigación se han publicado en la revista científica internacional “Pathogens” y se ha centrado en ahondar en las causas que provocan la infertilidad con el objetivo de encontrar nuevas estrategias de tratamiento.

Los investigadores han trabajado sobre la base de 17 estudios con la participación de 3.543 pacientes. De ellas, el 18% sufría disbiosis vaginal.

Este desequilibrio es un factor de riesgo que se asocia con el fallo de implantación del embrión, la pérdida temprana del embarazo o un parto prematuro.

Advierten que todos los métodos de diagnóstico apuntan a la disbiosis vaginal como causante de la mayor tasa de aborto en mujeres sometidas a tratamientos de fertilidad y un impacto negativo en las tasas de embarazo clínico tras la transferencia de los embriones.