La Sociedad Española de Neonatología (seNeo) recomienda la administración estacional 2023-2024 del nuevo anticuerpo monoclonal nirsevimab a todos los bebés lactantes sanos con el fin de prevenir los efectos patológicos del virus respiratorio sincitial (VRS), como bronquiolitis, otitis o neumonía

Nirsevimab, escudo frente al virus respiratorio sincitial

Nirsevimab, escudo frente al virus respiratorio sincitial

“Este medicamento innovador, junto a otras medidas profilácticas, supone un cambio en el paradigma de la prevención del virus respiratorio sincitial, tan cruel y lacerante para las familias”, destaca sin ambages el Dr. Manuel Sánchez Luna, presidente de seNeo y jefe de Neonatología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.

"Nirsevimab ofrece más ventajas que el anterior anticuerpo monoclonal, el tradicional palivizumab, ya que, con un potencial igual o superior, se administra en una sola dosis al inicio de la estación con mayor prevalencia de infecciones y asegura la protección frente al VRS durante toda la temporada", subraya.

Además de estos niños sin factores de riesgo, se prescribirá a bebés que nacen prematuros, con menos de 35 semanas de gestación, y tengan menos de un año de vida; así como a los bebés de menos de dos años con enfermedades respiratorias crónicas, cardíacas o inmulógicas, con escasas defensas orgánicas.

Los brotes epidémicos de VRS en el hemisferio norte del globo terráqueo se producen entre noviembre y abril. En España, la máxima incidencia se registra mayoritariamente en los meses de diciembre y enero.

La aprobación de este anticuerpo monoclonal en la Unión Europea el pasado 3 de noviembre de 2022 ha permitido que se pueda emplear de forma amplia en esta primera estación epidémica de 2023-2024, cuyo inicio se ha señalado en España desde el primero de octubre.

La americana Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) hizo lo propio el 17 de julio de 2023 para afrontar las consecuencias devastadoras del virus respiratorio sincitial.

Este fármaco preventivo, por tanto, es fundamental para la salud de todos los bebés menores de dos años, aunque lo sea en mayor medida para los bebés que tengan menos de seis meses al inicio de la estación epidémica o, como sucedía hasta la fecha con palizumab, que nazcan más vulnerables.

Virus Respiratorio Sincitial.

El virus respiratorio sincitial, un problema de salud pública mundial

Las infecciones provocadas por el virus respiratorio sincitial conforman uno de los grandes obstáculos de salud mundial al afectar a toda la población, puesto que el VRS es, por ejemplo, una de las principales causas de hospitalización en niños menores de cinco años.

"En la actualidad sabemos que es una enfermedad infecciosa cuya prevalencia es máxima en todos los países, se encuentren en vías de desarrollo o ya estén desarrollados económicamente", señala el neonatólgo.

Hasta un 90 % de niños y niñas menores de dos años sufre al menos una infección por VRS en ese periodo. Una parte significativa de casos desarrollará la enfermedad en las vías respiratorias inferiores.

De hecho, en torno a un 2-5 % de estos pacientes suele requerir una intervención hospitalaria, de los cuales entre el 3-11 % se realizará con un ingreso en la UCI correspondiente neonatológica o pediátrica.

En un estudio español con datos recogidos durante nueve años (2004-2012), liderado por el Dr. Manuel Sánchez Luna, y publicado en 2016, se comprobó que el 98,3 % de las hospitalizaciones por VRS fueron en niños sin factores de riesgo.

También se determinó que la tasa de mortalidad en este periodo osciló entre las 120 del año 2004 y las 69 del año 2012 por cada 100.000 hospitalizaciones.

Y se concluyó que la bronquiolitis por VRS fue la principal causa de hospitalización para los lactantes menores de un año de vida.

"El virus respiratorio sincitial llegó a ser la segunda causa de mortalidad infantil en el mundo debida a problemas respiratorios", apunta el Dr. Manuel Sánchez Luna.

Un estudio de la OMS en 2017 demostró que las enfermedades respiratorias en esta horquilla de edades pueden llegar a provocar hasta 60.000 muertes al año, la mitad causadas por el virus respiratorio sincitial.

Estas infecciones son especialmente graves en los recién nacidos y en los bebés de entre dos y tres meses de edad.

"Y hay un grupo especialmente frágil, sensible a padecer problemas respiratorios muy graves por este virus, que son los bebés prematuros, básicamente aquellos que nacieron con menos de 1.500 gramos de peso", subraya.

"El VRS en estos niñ@s provoca hasta 15 veces más mortalidad que en otr@s que nacen con edades gestacionales superiores, es decir, con defensas y estructuras en su organismo más y mejor desarrolladas", advierte.

Además de estos niños sin factores de riesgo, se prescribirá a bebés que nacen prematuros, con menos de 35 semanas de gestación, y tengan menos de un año de vida; así como a los bebés de menos de dos años con enfermedades respiratorias crónicas, cardíacas o inmulógicas, con escasas defensas orgánicas.

Bronquiolitis por VRS, una infección pulmonar alarmante

El virus respiratorio sincitial, viejo conocido de la pediatría, neonatología, neumología y cardiología desde los años 50 del siglo XX, pertenece a la familia de los Paramixovirus, al igual que los virus causantes del sarampión y de las paperas (parotiditis).

“El VRS, origen de un 70-80 % de las bronquiolitis, obliga a la hospitalización de un 3 % de los bebés contagiados; algun@s, en los casos más graves, podrán fallecer debido a dificultades respiratorias, problemas inmunológicos o cardiopatías congénitas previas”, destaca el presidente de seNeo.

Otros virus responsables de la bronquiolitis, pero menos frecuentes, son el virus de la gripe (influenzavirus A y B), parainfluenza, adenovirus y metapneumovirus.

El virus se transmite por las gotitas que expulsa una persona infectada durante la respiración o después de estornudar. Este microorganismo se introduce en nuestro cuerpo a través de la mucosa de la boca y la nariz o de la conjuntiva de los ojos.

Además, nuestras manos y labios infectados se convierten en vectores del contagio indirecto.

Y cabe recordar que el VRS sobrevive algunas horas sobre los objetos, sean chupetes, biberones, juguetes, las barandillas de una cuna o las inocentes asas de un moisés.

En este mismo sentido, no alimentar al bebé con leche materna, que viva expuesto al humo tabáquico o que reciba atención y cuidados en una guardería infantil provocan un aumento en el riesgo de infección.

Esta virus es capaz de progresar en el organismo en tres o cuatro días, iniciando su acción patológica con un cuadro clínico similar al de un resfriado común.

En los casos más severos, el virus lesiona la mucosa interior de los bronquios y bronquiolos, los más finos y delicados, causando la famosa bronquiolitis, incluso neumonía.

El VRS se ha asociado, igualmente, con el desarrollo de asma en poblaciones sin antecedentes de atopia (predisposición a padecer reacciones alérgicas).

Los síntomas reflejan, en primer lugar, obstrucción de la nariz por mucosidad, algo de tos durante varios días y, en ocasiones, fiebre.

Si el bebé o niñ@ no mejora, respirará más deprisa y con dificultad, definiéndose claramente las costillas y mostrando subidas y bajadas exageradas del abodomen, a la vez que la tos se remarca con insistencia.

A partir de ahí, aparecerá la respiración ruidosa con sibilancias, signo claro de inflamación bronquial con mucosidad.

Asimismo, la evolución negativa podría conllevar vómitos, deshidratación, somnolencia, falta de apetito, fatiga, piel con tono amoratodo, especialmente alrededor de los labios y la yema de los dedos; también, palidez y sudoración.

En los bebés, particularmente durante sus tres primeros meses de vida, se reduce sistemáticamente la capacidad del sistema pulmonar, generando dificultades respiratorias que podrán precisar hospitalización y la necesidad de un soporte vital avanzado (ECMO): en los últimos diez años, 20-25 de cada mil niños o niñas.

Estos casos son los que ocasionan problemas serios a nivel pediátrico en los meses de invierno, llegando a ser un peligro real para bebés con factores de riesgo previos: prematuridad, problemas respiratorios (displasia broncopulmonar), cardiopatías congénitas, nacidos con el síndrome de Down y, sobre todo, bebés inmunodeprimidos.

“Para estos grupos de bebés sólo disponíamos hasta ahora, afortunadamente desde hace veinte años, del fármaco palivizumab; un anticuerpo monoclonal altamente eficaz, pero con una vida media corta y de coste elevado", indica el Dr. Manuel Sánchez Luna.

Con este tipo de inmunización preventiva, que se administraba mensualmente durante todo el periodo de contagio estacional, se reducían entre un 60 % y un 80 % las hospitalizaciones por bronquiolitis engendradas tras la infección de VRS.

Virus Respiratorio Sincitial.

Desde la Sociedad Española de Neonatología hemos transmitido unas recomendaciones para que el anticuerpo monoclonal niservimab se administre preventivamente a estos grupos de bebés, ya que no existe, a día de hoy, una vacuna alternativa.

Esperemos que, gracias a la decisión del Ministerio de Sanidad y sus Comunidades Autónomas, además de ser pioneos en la administración de este fármaco, podamos reducir de una vez por todas el terrible impacto que tienen las infecciones por el virus respiratorio sincitial en la infancia.

Dr. Manuel Sánchez Luna, presidente de seNeo y jefe del Servicio de Neonatología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid

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