El doctor Carlos Macaya Miguel, cardiólogo y catedrático emérito de Medicina en la Universidad Complutense (UCM), destaca dos tipos de dispositivos imprescindibles para salvar vidas en un quirófano de hemodinámica: “El rotablator y el shockwave, para ablandar las placas de ateroma -calcificación- en el interior de las arterias coronarias; y los triclip o mitraclip, que solucionan la incompetencia de las válvulas auriculoventriculares”
Noticiero del Corazón: “Tecnología cardiovascular salvavidas”
Y en primer lugar, el Dr. Carlos Macaya interviene desde la Fundación Interhospitalaria de Investigación Cardiovascular (FIC) para hablar de la patología más prevalente dentro de las afecciones cardiovasculares, que no es otra que la enfermedad de las arterias coronarias, causa principal de la angina de pecho y el infarto agudo de miocardio.
Abordar una angioplastia coronaria sin la barrera de la calcificación
Una vez que se comprueba mediante coronariografía que la arteria está obstruida e impide el adecuado flujo sanguíneo, estrechez provocada habitualmente por placas de ateroma (endurecimiento de la pared interior de la arteria por culpa del colesterol, en la mayoría de los casos), hay que operar.
A diferencia de la técnica de baipás en cirugía cardíaca, el procedimiento hemodinámico consiste en introducir una guía y un catéter por la arteria de la ingle (vía femoral) o por la arteria de la muñeca (vía radial) hasta llegar al corazón.
Una vez allí, donde se localiza la barrera de calcificación, se retira la guía y se queda solo el catéter terapéutico para realizar una angioplastia con balón y estent, herramientas fundamentales de la cardiología intervencionista.
“Estas arterias coronarias suelen deteriorarse por evolución, a medida que avanzamos en edad, y detrás encontramos factores de riesgo perversos que no por clásicos debemos de dejar de señalar, como el hábito tabáquico, el sedentarismo, la hipertensión, la diabetes o el colesterol”.
Pero no todas las lesiones obstructivas de las arterias son iguales.
“Hasta un 30% de las obstrucciones en las arterias se producen por calcificación, es decir, por placas de calcio endurecido como una piedra, sobre todo en las personas mayores, de 80 y 90 años de edad. En ocasiones, la angioplastia con balón no puede con esta barrera y se precisa ablandar la zona obstruida”, explica.
La función de este balón es dilatar la arteria ocluida, ejercer presión contra la pared interna de la arteria y permitir así de nuevo el flujo sanguíneo correcto.
El balón es una especie de globo de plástico que se hincha a una presión determinada, e incluye suero. Con este globo inflado se consigue abrir el vaso dañado para después introducir un estent.
Uno de los dispositivos cardiovasculares que se emplea para eliminar gran parte de la placa obstructiva de la arteria coronaria es el “Rotablator“. (Imágenes de aterectomía rotacional cedidas por Boston Scientific).
“El dispositivo, guiado, cuya fresa rota entre 135.000 y 180.000 veces por minuto, atraviesa la calcificación de la arteria coronaria dejándola habilitada para que la angioplastia con balón y estent pueda realizarse sin problemas añadidos”, apunta.
Las micropartículas desprendidas de la placa durante la acción del rotablator pasan al torrente circulatorio y no son obstructivas.
“De forma excepcional, se puede desprender alguna partícula de un tamaño suficiente para ocluir el lecho distal de un vaso sanguíneo, produciendo microinfartos. Estas lesiones provocan cierto dolor pero carecen de repercusión clínica”, detalla el cardiólogo.
Otro dispositivo desbloqueador es el “Shockwave“, procedimiento de litotricia intravascular (Imágenes cedidas por Biosensors Iberia).
“La placa de ateroma se ablanda con ondas de choque similares a las que se emplean en litotricia para tratar las piedras en el riñón. La energía sónica empleada contra la calcificación, tremenda, se impulsa durante milisegundos dentro de un catéter balón, también sin afectar a las paredes de los vasos sanguíneos”, subraya.
Para terminar de optimizar el resultado al usar el “rotablator y el shockwave“, acabar con todas las irregularidades y mantener la arteria abierta, se implanta un estent durante la angioplastia con balón.
El estent es un muelle, una pequeña malla metálica que se introduce para resolver el problema de la obstrucción coronaria por completo. Esta malla metálica puede ser sustituida por un dispositivo con un material que se reabsorbe en el organismo y desaparece: es el dispositivo coronario reabsorbible.
Una vez que se tiene la certeza de que el estent cubre la parte enferma de la arteria, se infla el globo y se expande esa malla metálica para cubrir todas las irregularidades.
“La implantación del estent garantiza una luz excelente -fluido sanguíneo- y el paciente no volverá a tener problemas de obstrucción en la zona tratada de esa arteria coronaria”, expone el Dr. Carlos Macaya.

Torrente sanguíneo que retrocede por una insuficiencia de la válvula mitral
La solución “clip” a las valvulopatías auriculoventriculares del corazón
Las cuatro válvulas del corazón, tricúspide, pulmonar, mitral y aórtica, velos delicados pero poderosos de tejido conjuntivo casi transparente, trabajan como un reloj suizo dan paso a la sangre a través de las aurículas y los ventrículos del músculo cardíaco.
“Las válvulas del corazón, a modo de puertas, se encargan de que el flujo sanguíneo no retroceda, sino que circule hacia delante a cada latido, abriéndose unas y cerrándose; es decir, que la sangre sin oxígeno se dirija hacia los pulmones en la circulación menor y con oxígeno hacia el resto de órganos en la circulación mayor”, describe el cardiólogo.
Lo que nos hace sospechar que hay un problema en las válvulas es la sintomatología, básicamente dificultad al respirar, palpitaciones, hinchazón en las piernas o la debilidad física; síntomas poco específicos, pero que nos orientan hacia una posible afección valvular.
Dr. Carlos Macaya Miguel
“Tanto la insuficiencia como la estenosis en las válvulas mitral (lado izquierdo del corazón) y tricúspide (lado derecho del corazón) conforman la segunda causa en frecuencia de enfermedad cardiovascular; en concreto la incompetencia o insuficiencia de las valvas (dos en la mitral y tres en la tricúspide), cuando no cierran correctamente”.
Para conseguir que las valvas mitrales y tricúspides vuelvan a cerrar con eficacia, en algunos casos se podrá emplear la técnica del cateterismo para juntar sus velos: mitraclip y triclip. (Imágenes cedidas por Abbott Medical).
Triclip y Mitraclip para arreglar las valvulopatías auriculoventriculares
“Reduciremos la insuficiencia o la suprimiremos totalmente. Esto se logra con un clip, una especie de grapa que agarra y comprime cada valva hasta que cierren adecuadamente. Se pueden utilizar tantos clips como sean necesarios. Lo importante es que se coloquen bien para que cumplan su función mecánica”, indica.
“El intervencionismo cardíaco no solo se lleva a cabo con imagen radiológica, sino que emplea ultrasonido a través de la ecografía transesofágica durante toda la intervención para comprobar con mayor seguridad que cada clip engancha correctamente en la valva correspondiente”, dice.
“Cabe recordar que, ante cualquier duda, damos marcha atrás. Se comprueba de forma fehaciente que la grapa se agarra y los velos aguantarán muchos años… solo como excepción algún clip puede soltarse, incluso embolizar al torrente circulatorio”, aclara.
En cuanto a la prevención de la arterioesclerosis -placas de calcificación en las paredes interiores de las arterias coronarias- o la aparición de valvulopatías muchas veces está relacionada con los estilos de vida evitables, algo que no sucede con la carga genética, que es “por ahora” inevitable.
Existen causas sobre las que podemos actuar:
Las debidas a un infarto de miocardio pueden reducirse actuando sobre los factores de riesgo: tabaquismo, hipertensión arterial, cifras elevadas de colesterol, obesidad, diabetes mal controlada y sedentarismo.
En cuanto a las valvulopatías, una causa menos conocida por la población general y que también puede reducirse con buenos hábitos, es la infección de la pared interna del corazón.
Su origen suele ser una invasión de la sangre por gérmenes de un foco exterior, es decir, una infección a otro nivel, y la localización más frecuente suele ser la boca.
Así, aunque pueda parecer sorprendente, la forma más rentable de disminuir las endocarditis y, por consiguiente, las valvulopatías, es prevenir o tratar adecuadamente cualquier infección en la boca.
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