Eva, paciente de la Dra. Carmen Sala Salmerón, ginecóloga y obstetra, es una de las miles y miles de mujeres en países como España que viven mucho mejor su día a día gracias a la terapia hormonal sustitutiva, centrada en minimizar las consecuencias de la pérdida estrogénica

Rejuvenecer con la terapia hormonal sustitutiva

Rejuvenecer con la terapia hormonal sustitutiva

Los estrógenos, junto a la acción de la progesterona, son las hormonas responsables del desarrollo y funcionamiento adecuado del aparato genital femenino (útero, trompas y ovarios).

Entre otros cometidos, los estrógenos preparan a las chicas desde la pubertad para la ovulación y la fecundación (menstruación), disminuyen la tensión arterial, influyen en el metabolismo de las grasas y el colesterol, protegen a los huesos y, junto a los andrógenos, estimulan la libido.

"Cuando me llegó la menopausia, con sus sofocos aparejados, la irritabilidad, los cambios de humor, las molestias vaginales o la piel deslucida, se truncó mi bienestar y mi felicidad. Pedí una cita urgente a la Dra. Sala y le dije: "Me tienes que solucionar este problema como sea".

“Mi confianza siempre ha estado depositada en ella y sabía que su respuesta sería inmejorable", opina.

"Me habló de la terapia hormonal sustitutiva (THS), advirtiéndome de que había especialistas que no estaban de acuerdo con este tratamiento. Pero ella me comentó que los beneficios, en mi caso, podrían ser muy buenos”.

“Después de una serie de pruebas y análisis previos, inicié el tratamiento hormonal y me cambió la vida… Y si antes de la terapia ya quería a Carmen, ahora, con la THS funcionando de maravilla, la quiero muchísimo más”, subraya.

“Eva es una mujer feliz. Ya no padece sofocos, insomnio, su piel y su pelo muestran belleza y sus relaciones sexuales han vuelto a ser fluidas y sin molestias”, apunta nuestra experta de referencia en calidad de vida de la mujer de ayer, de hoy y de mañana en la Clínica Gine-3 de Barcelona.

El renacer de la terapia hormonal sustitutiva, por Carmen Sala

"La terapia hormonal sustitutiva (THS) se refiere al tratamiento con hormonas que se administra a la mujer para suplementar o igualar los valores que tenga por debajo de la normalidad, y que le proporcionan síntomas desagradables. 

En realidad, no me gusta el título de este artículo, ya que en nuestro caso, que iniciamos los tratamientos de T.H.S. hace unos 30 años, nunca los hemos dejado de prescribir, a pesar de las indicaciones de las sociedades científicas, que lo desaconsejaban apoyándose en análisis de estudios mal efectuados.

Afortunadamente, la revisión de esos estudios vuelven a hacer hincapié en la bondad de este tipo de tratamientos.

Es cierto que los fármacos han ido cambiando en función de la disponibilidad, y las indicaciones han ido aumentando. Hemos afinado, también, la relación de contraindicaciones, y en cambio hemos aumentado las indicaciones.

Debe quedar bien entendido que el tratamiento no es único, que hay múltiples posibilidades de combinaciones de productos, y que en todo caso debe ser una terapia absolutamente individualizada

Si la indicación fundamental es el bajo nivel de hormonas, y fundamentalmente de los estrógenos, con sus consecuentes efectos, queda claro que se debe comenzar cuanto antes y no hay necesidad de suspenderlo mientras el efecto beneficioso se pueda mantener.

Los efectos secundarios de la falta de estrógenos, o de valores inferiores a los necesarios, son fundamentalmente la aparición de sofocos, la inestabilidad del sueño, la disminución del apetito sexual, los trastornos del ánimo, los fallos de memoria, la atrofia cutánea y de mucosas, las molestias o incluso la imposibilidad de mantener relaciones sexuales, el empeoramiento de las molestias articulares, y el desarrollo de la osteoporosis.

Pueden manifestarse algunos o todos los síntomas, según las características de cada mujer, la edad en la que surgen o la brusquedad con la que se presenta el descenso hormonal.

No es lo mismo una aparición brusca de cese hormonal, por ejemplo, tras una intervención quirúrgica en la que se extirparon los ovarios, ni si ello tuvo lugar a los 45 años, o a los 50. 

Muchas veces, el cese hormonal es lento, progresivo y da la oportunidad al organismo a adaptarse; los síntomas son más fáciles de asumir, aunque sean de difícil concienciación. Cuando el cese hormonal es brusco, sin duda es la mujer la que acude y reclama una solución.

Es nuestra obligación estar atentos a esta situación y, a partir de los 45 años, si no ha habido ningún síntoma que nos pueda poner en alerta, dedicar un tiempo de la revisión ginecológica anual a preguntar sobre estos síntomas.

Si hubiera dudas, un simple análisis de sangre cuyo resultado obtenemos en 24 horas nos confirmará la situación.

Cada mujer, una terapia hormonal individualizada

Es un buen momento para informar a la mujer acerca de los beneficios que le puede reportar un tratamiento de este tipo, ir disipando sus temores y explicarle qué controles realizamos en caso de necesitarlo. 

Además, para realizar una buena prescripción médica siempre es imprescindible proceder a una revisión ginecológica que incluya una citología, una ecografía transvaginal, una mamografía y, si fuera necesario, una ecografía mamaria.

Asimismo, una analítica general y otra hormonal con el fin de descartar anomalías en los factores de coagulación, comprobar un buen funcionalismo hepático y valorar la buena o mala salud del metabolismo (glucosa, colesterol, triglicéridos).

En casos complejos, por antecedentes familiares o personales, existencia de varices, debemos solicitar un test de despistaje de enfermedad tromboembólica, incluso pedir consejo al especialista en Angiología y Cirugía vascular.

Con este exhaustivo estudio ya finalizado, citaremos a la mujer para explicarle qué tipo de tratamiento hemos escogido para ella, qué dosis y cómo van a ir desapareciendo los síntomas; y, sobre todo, qué controles deberá seguir y qué debe hacer en caso de algún olvido de las tomas o de la aparición de síntomas no previstos.

Si la mujer está cerca de los 50 años, podemos ofrecerle la variante de T.H.S. que le mantenga con menstruaciones o bien una alternativa que tendrá la misma eficacia y que le evitará el sangrado innecesario.

Es el momento también de consensuar la vía que desea la mujer para la administración de los medicamentos.

Puede ser oral, transcutánea, intramuscular, en depósito subcutáneo o vaginal. La vía puede ser en relación a sus deseos y a sus preferencias; pero a veces es obligada como, por ejemplo, en el caso de intolerancia a los excipientes de la medicación oral.

El valor global de la terapia hormonal sustitutiva

Debemos aprovechar para proponerle, si no lo está realizando, mejoras en sus hábitos de vida; en especial, la disminución o eliminación del tabaquismo, minimizar el consumo de alcohol, realizar algún tipo de actividad aeróbica adecuada a la edad y una dieta equilibrada baja en grasas e hidratos de carbono, como la dieta mediterránea.

Es un buen momento porque la mujer está receptiva, y debe entenderlo como un tratamiento global que no sólo es farmacológico. 

La mayoría de estos tratamientos se basan en los estrógenos y progestágenos, pero no tienen en cuenta la pequeña cantidad de hormona masculina que precisa toda mujer para mantener un nivel de libido adecuado y un buen tono de la masa muscular. Excepto la tibolona, los demás preparados no tienen en cuenta esta variante, que es tan importante y que hay que saber cómo administrarla.

Las dosis de medicación deben ir variando con la edad de la paciente, según sus necesidades, y no siempre la industria farmacéutica nos ofrece los preparados adecuados. Debemos ir valorando la vida media de los medicamentos en sangre y, si no existe el preparado ideal, podremos conseguir el nivel adecuado distanciando las tomas.

Si se siguen las indicaciones lógicas para señalar el inicio, las dosis adecuadas y los controles de vigilancia conseguiremos una mujer en estado de salud con beneficios no solo a nivel ginecológico, sino como ya hemos explicado a nivel osteoarticular, mental, e incluso cardiovascular.

Cada vez más, y una vez se han revalorado los estudios iniciales, aparecen más puntos a favor de la indicación para la terapia hormonal sustitutiva y se van alejando los miedos a la provocación de cáncer, situación que tiende a desaparecer con datos, información y divulgación.

Quizás, cuando la vida media de la mujer era menor de 65 años, no hacía falta la T.H.S., pero en la actualidad, donde la vida media sobrepasa fácilmente los 80, y la mujer es cada vez más decisiva en todos los aspectos de nuestras sociedades, necesitamos mujeres sanas, mentalmente estables y competitivas", concluye. 

Terapia hormonal sustitutiva con al Dra. Carmen Sala y Eva, una de sus pacientes ginecológicas.¿Eva, y qué dirías a las mujeres sobre la terapia hormonal sustitutiva?

"Esta terapia es fantástica. Me siento con una gran energía en mi día a día personal, familiar y social", responde.

"Y cuento una anécdota: hace unos pocos años decidí detener el tratamiento durante un mes... y fue espantoso. Volvieron de golpe todos los fantasmas del pasado y tuve que retomar la terapia hormonal porque mi calidad de vida era, de nuevo, deprimente", cuenta.

"Quiero añadir que tengo amigas de mi edad que conviven a diario con los mismos problemas que padecía yo antes de esta terapia (sofocos, insomnio, irritabilidad, dificultades sexuales, etc.). Ellas tienen dudas porque sus ginecólog@s no se la aconsejan", expone.

"En cambio, yo siempre te estaré muy agradecida, Carmen, ya que me has ayudador a modificar el rumbo de mi vida con esta terapia hormonal", concluye.

Conversación en la consulta ginecológica entre la Dra. Sala y Eva, su paciente.

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