La cardiopatía isquémica puede manifestarse de múltiples formas, algunas con previo aviso y, otras, de un día para otro. Aunque se puede prevenir con buenos hábitos, los expertos siguen buscando un tratamiento efectivo para revertir la patología. Para quienes lo sufren, los profesionales pretenden minimizar las secuelas

Secuelas del paro cardíaco: Desde la pérdida de memoria hasta cambio de personalidad
Un profesional sanitario de cardiología atiende a un paciente/EFE/Quique García

El corazón, es uno de los órganos más importantes del organismo. Tiene una doble responsabilidad, nutrirse a sí mismo, pero también al resto de órganos.

Cuando esta función falla y el corazón se altera, se origina la cardiopatía isquémica, explica el doctor Esteban López de Sá y Areses, cardiólogo.

"Por estrés de las arterias coronarias, por colesterol (lo más frecuente),  por el tabaco, etc, Esto hace que el corazón funcione mal y empieza un círculo vicioso", añade.

Una enfermedad, dice el experto, que se puede manifestar de múltiples formas. Algunas se presentan como advertencias, como la angina de pecho, la arritmia o la insuficiencia cardiaca.

"Se puede manifestar como una angina de pecho, es decir, un dolor en el pecho, pero con el que no llegas a tener una parada cardiaca. Hay otra que es la insuficiencia cardíaca, cuando empiezas a fatigarte porque el corazón no funciona bien", detalla.

Otras, lamenta el doctor López de Sá, aparecen de un día para otro sin previo aviso.

"Desgraciadamente una de las más frecuentes es la muerte súbita. La persona estaba bien y, de repente, tiene una parada cardíaca en la calle. Es la más dramática porque estas perfecto hasta que un día te pasa", alerta.

En estos casos, el masaje cardiaco es un factor determinante para que el destino del paciente no sea trágico. Sobre todo si se habla de las secuelas.

En España se producen anualmente 52.300 paradas cardíacas, siendo la cardiopatía isquémica su causa principal, según la Sociedad Española de Cardiología (SEC). De ellas, 30.000 se producen en el entorno extrahospitalario y 22.300 en los hospitales.

De las que se producen en la comunidad, tan solo el 5 y el 10 % se recuperan, por lo que es fundamental iniciar cuanto antes la cadena de supervivencia.

Tras el paro cardíaco, otra personalidad

Tras un paro cardíaco, es muy difícil que el afectado quede tal y como estaba antes. Así lo asegura López de Sá, quien recuerda que el 90 % de cardiopatías isquémicas pueden prevenirse con buenos hábitos y correctos conocimientos.

"Son debidas a factores prevenibles, como el tabaco, colesterol, sedentarismo, hipertensión arterial, diabetes u obesidad. Lo que hay para prevenir esta situación es la educación de la población, que sepa hacer reanimación en la calle, que haya desfibriladores en múltiples lugares para su uso y que se puedan utilizar", enumera.

Técnico en Emergencias realizando una maniobra de Reanimación Cardiorrespiratoria o RCP
Un técnico en Emergencias realiza una maniobra de Reanimación Cardiorrespiratoria o RCP/EFE/Noticiero del Corazón

Entre las diversas secuelas, el experto resalta la más común, la pérdida de memoria con la que el afectado es incapaz de adquirir la memoria reciente. U otras más leves como "pequeños" lapsus. Pero también añade otra menos esperada: el cambio en la personalidad del paciente.

Pone un ejemplo: "Gente que era muy seria se vuelve más bromista, menos inhibida".

Frente a estas situaciones, el profesional recuerda lo mucho que nos queda por aprender del funcionamiento del cerebro.

Bajar la temperatura para desinflamar

Ante un paro cardíaco en el que el paciente ha recuperado el latido, pero no la consciencia, quedando en coma, uno de los tratamientos por excelencia es la hipotermia.

Se trata de bajar la temperatura del afectado por debajo de los 35 grados centígrados para ejercer una función desinflamatoria en el cerebro.

"No se sabe muy bien como funciona, pero es un poco parecido a cuando te tuerces un tobillo y pones hielo. Al bajar la temperatura disminuye la producción de mediadores inflamatorios. Y eso pasa en la cabeza. La cabeza es muy peculiar porque está metida en una caja para proteger el cerebro y si tú te haces edema en la cabeza, te hincha el cerebro y al hinchar, la sangre no entra bien", detalla.

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Un negociante con dolor de cabeza se pone hielo mientras trabaja/EFE/Justin Lane

Según los años de experiencia del doctor López de Sá, en 2002 se conseguía este efecto cubriendo al afectado con una sabana, hielo y otra sábana. Sin embargo, y al contrario que en la actualidad, no se llegaba a una temperatura exacta.

"Ahora, a medida que ha ido pasando el tiempo, han aparecido dispositivos de feedback o de automáticos de control de temperaturas, en el cual tú pones un termómetro y puedes ir controlándola, incluso con décimas", explica.

Tratamiento a partir de la ley

La incidencia del paro cardíaco va disminuyendo con los años en todo el mundo, señala el especialista.

"Se sabe más sobre la enfermedad, la gente se cuida más, ha disminuido el consumo de tabaco en ambientes con personas no fumadoras…", refiere.

Más allá de la efectividad de llevar una vida saludable, el experto habla de otro tipo de método todavía más efectivo en cuanto a la prevención de la cardiopatía isquémica: las leyes como, por ejemplo, antitabaco.

"Es muy curioso lo de las leyes del tabaco. Hay publicaciones que explican que cuando se aplica una ley antitabaco, al día siguiente, empieza a disminuir el número de infartos de miocardio. Tan rápido como eso, pero no del fumador, sino del no fumador que es quien deja de fumar realmente", afirma.

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Imagen de una persona que se aleja de una terraza para poder fumar/EFE/ Atienza

Por ello, el doctor López de Sá opina que se deberían aprovechar las nuevas medidas impuestas por la covid en las que se tienen que producir un alejamiento del resto para poder fumar y mantenerlas en el tiempo.

"Si se quiere fumar, debería ser en privado", razona.

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