El cáncer no tiene que suponer el fin de la actividad sexual. Ni mucho menos. En el Día Europeo de la Salud Sexual, 14 de febrero, profundizamos en este tema desde la experiencia y los conocimientos de una experta, la ginecóloga Mercedes Herrero

Mercedes Herrero es la impulsora de la web Salud Sexual para todos, que a mediados de abril cumple un año. Dentro de dos meses haremos balance con ella de este primer año de una plataforma que aporta rigor, calidad y claridad a los contenidos de salud sexual. Pero hoy hablamos con ella de dos palabras que parecen antagónicas y no lo son, cáncer y sexualidad.
La doctora Herrero es ginecóloga de Gine4 en HM Hospitales y está desarrollando una serie de talleres con pacientes oncológicos para ofrecer información, formación, sensibilidad y motivación con el fin de mantener y no renunciar al placer sexual ante un diagnóstico de cáncer y sus tratamientos. Para marzo tiene previstos tres.
El objetivo, explica a EFEsalud, es contemplar las particularidades de las personas con cáncer en relación con su salud y vida sexual: cambios emocionales, dudas y preguntas, fertilidad, anticonceptivos, cómo influyen y afectan los tratamientos, y otros factores.
“Cuando pensábamos en cáncer hace años, mucha gente lo asociaba con el final de la vida. Ahora no. El cáncer puede suponer una agresión al cuerpo y un antes y un después. Es cierto que ante el tratamiento de esta enfermedad las necesidades sexuales pasan a segundo término, pero también es cierto que en momentos de fragilidad, los afectos que se demandan son mayores y ahí las relaciones personales y sexuales juegan un papel importante. Muchas veces -prosigue la doctora- los prejuicios, los miedos y las inseguridades en la pareja sitúan en último plano el campo de la sexualidad, y no debe ser así”.

¿Un diagnóstico de cáncer es una de las mayores pruebas para comprobar la fortaleza en una relación de pareja?, preguntamos a Mercedes.
“Las relaciones sexuales sanas se basan en la confianza máxima. Las dificultades ponen a prueba cualquier relación: pareja, familia, amigos… Si la pareja se sobrepone a la situación, la relación sale reforzada, aunque hay parejas que se rompen”.
¿Hay diferencias entre hombres y mujeres respecto a la faceta sexual ante un diagnóstico de cáncer?
“No. Depende más de cada persona que de su sexo. Es un tema absolutamente individual con una respuesta individual. No hay dos personas que vivan su sexualidad igual. A veces los problemas sexuales vienen de antes que un diagnóstico de cáncer”.
La ginecóloga afirma: “Tenemos una idea muy estereotipada de las relaciones sexuales. Pensamos que es un asunto vinculado a la juventud, y con una imagen muy coitocéntrica ceñida a la penetración, y no es así para nada. Esto pesa mucho, pero hay que pensar y educar con amplitud de miras. Las caricias, el acompañamiento, la estimulación y otros aspectos forma parte de una rica e intensa vida sexual“.
En los talleres, impulsados por la demanda de las propias pacientes, expone Mercedes Herrero, “lo primero que planteamos fue dar formación a los propios oncólogos. La ginecología, por la naturaleza de la especialidad, está sensibilizada con la salud sexual, pero los oncólogos marcan el objetivo en curar, y no contemplan la sexualidad en el proceso, a diferencia de la recuperación de la vida laboral, por ejemplo”.
Refiere la doctora una encuesta de la organización de pacientes de cáncer GEPAC, de 2012, en la que un tercio de supervivientes a cinco años admitieron las dificultades en su vida sexual y los problemas de autoestima, pero donde pone el acento la ginecóloga es que en esa encuesta, casi un 70 por ciento aseguró no haber encontrado a ningún profesional de la salud que les brindara ayuda sobre salud sexual en relación con el cáncer.
“La oncologia del siglo XXI no debe ser solo la de la supervivencia, que por supuesto, también la de la ´bienvivencia´y la calidad de vida global, donde está el sexo”, defiende.
La doctora Herrero estudia la posibilidad de impulsar un cuestionario entre pacientes de cáncer de HM Hospitales sobre salud sexual, de carácter anónimo, transversal, tanto para hombres como para mujeres.
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