Factor de protección en verano, hidratación intensa y sombrilla pero cuando llega el invierno ni te acuerdas de la delicada capa que cubre tu cuerpo. Se acerca el frío; rescata para tu piel la crema de la bolsa de la playa y ojo a las manos y a la cara; se llevan la peor parte. Si haces deporte al aire libre, cuidado extremo

Se acerca el invierno, cuida tu piel
EFE/EPA/Valdrin Xhemaj
  • 26 de noviembre, 2012
  • MADRID/EFE/MARIOLA AGUJETAS

Aunque no la luzcamos tanto en estas fechas nuestra piel pide a gritos un poco de atención. En invierno, la piel de las zonas expuestas de nuestro cuerpo sufre mucho, a veces tanto como en pleno mes de agosto. El frío también deshidrata.

Con más derechos que nadie, la cara y las manos, son las primeras de la lista en demandar nuestros cuidados. El frío y la sequedad se ceban con ellas pero caemos, frecuentemente, en el error de relajarnos ante la ausencia de sol.

La dermatóloga Bibiana Pérez García del madrileño Hospital Ramón y Cajal nos da las claves:

  • Crema con factor de protección 20. Nos ayuda a prevenir el envejecimiento cutáneo y la aparición de manchas. “Una persona sin patologías ni alteraciones de la pigmentación, ni enfermedades fotosensibles, debe llevar una crema hidratante con factor con protección. Para pieles más delicadas hay cremas con efecto barrera, gracias a una base siliconada, que te protegen más de las agresiones externas”.
  • Incorporar una crema con factor de protección al maquillaje diario. No es aconsejable el exceso de cosméticos, puede aparecer demasiada grasa en la piel y da lugar a intolerancias. “Hay factores de protección que vienen formulados con vitamina E, antievejecimiento, incluso con color; las podemos utilizar como hidratante y con eso es suficiente”.
  • Agua tibia y toalla a conciencia. Las temperaturas extremas resecan la piel. Si el frío te tienta a poner el grifo a tope en el color rojo tu piel se resiente. “La higiene diaria que sea con productos suaves que no sean agresivos y con agua tibia, ni muy fría ni muy caliente. Es fundamental secarnos bien para evitar la aparición de grietas”.
  • Protección física. Es decir, ropa de abrigo. “Evitar los cambios bruscos de temperaturas y utilizar protección especialmente en las manos, guantes. La piel de las manos es muy delicada y nos las lavamos mucho”.
  • Productos cosmecéuticos. Son productos orales con antioxidantes. “Disminuyen el daño celular a base de antioxidantes como la vitamina E o la vitamina C. Para saber cuáles debemos consumir, siempre debes fiarte del consejo de tu dermatólogo”.
  • Protección labial. Crema protectora labial y evitar la humedad. “Sufren mucho con el frío, tienden a agrietarse y tendemos a chuparnos los labios; cuando esto ocurre se agrava el problema” .
  • Agua y vitaminas. Hidratarse por dentro y lucirlo por fuera. “Beber mucha agua y tomar, dentro de nuestra dieta, alimentos ricos en vitaminas, como frutas y verduras. Llevan muchos antioxidantes naturales”.

¡Niño, la bufanda!

A menudo parece que el termostato de los niños es distinto al nuestro. La doctora Pérez también nos alerta sobre el cuidado de los más pequeños en estos meses pues son frecuentes las irritaciones especialmente de boca y manos.

“Debemos procurar que la zona de la boca esté limpia. Son comunes las lesiones leves porque esta zona casi siempre está húmeda”.

La lucha de las madres para que los niños lleven guantes suele ser una guerra perdida; las manos son sus principales herramientas para explorar el mundo y por tanto, les molestan.

“Debemos insistir en el uso de guantes. Los niños que tienen una predisposición a la dermatitis atópica aumenta en invierno su tendencia a tener dermatitis en las manos. Debemos ser constantes con la crema e insistir en que lleven guantes” insiste la dermatóloga.

La higiene de los pequeños es fundamental; “los niños se deben bañar a diario para evitar la retención del sudor ya que ésta provoca irritación en los pliegues de la piel. Tampoco es bueno que los atópicos estén media hora en el baño y siempre deben bañarse con agua tibia, ni muy caliente ni muy fría” asegura la doctora.

Enfermedades a causa del frío

El frío aumenta la desecación y provoca una pérdida mayor de agua a través de la piel. “Al haber cambio de temperatura se produce vasodilatación y vasocontracción que da lugar a rojeces que pueden hacerse permanentes” afirma la dermatóloga.

A causa del frío podemos observar desde el extremo de las congelaciones en extremidades, especialmente en deportistas de la alta montaña, hasta las irritaciones tan solo estéticas.

“Seguimos tratando sabañones especialmente en manos, pies y orejas. Para su tratamiento, hay que utilizar protección física, y a veces medicación, tópico antiirritativo e incluso vasodilatadores por vía oral en los casos más extremos” asegura Pérez.

La urticaria por frío, entra dentro de las urticarias físicas, como, por ejemplo, la urticaria por presión. “Se diagnostica con la prueba del cubito de hielo: se aplica y aparece un habón. Es poco frecuente y hay que estudiar si el paciente tiene crioglobulinas en sangre y si puede estar asociado a otra problema interno, aunque a veces no está asociado a nada más”

“A las manchas de la piel, las manchas melánicas, las marrones, el frío no les afecta. En invierno hay algunas manchas, como el melasma, unas parecidas al paño de la embarazada, que se atenúan bastante. No desaparecen, pero se pueden atenuar afirma la doctora.

La dermatóloga no es partidaria de los remedios caseros globales: “Debemos tener cuidado con ellos porque no necesariamente pueden ser buenos para todo tipo de pieles. Hay cremas sencillas que no son caras con hidratantes, glicerina, parafina asequibles para la mayoría”. Sin embargo, sí nos regala una sencilla receta para la correcta hidratación de las uñas en invierno:

Meter las manos en aceite de oliva templada con unas gotitas de limón nos ayudará a acabar con las capas que abren las uñas