Cada año 27 millones de personas sufren un episodio de sepsis. De estos, 8 millones fallecen. El Código Sepsis ha logrado una respuesta temprana y global a esta enfermedad, aumentando la supervivencia y reduciendo sus consecuencias a largo plazo

Sepsis: un 80% de los pacientes tratados en la primera hora sobreviven
El quirófano debe garantizar la asepsia para evitar la contaminación de microorganismos que pueden desencadenar infecciones y, en consecuencia, derivar en una sepsis/Rolf Vennenbernd
  • 13 de septiembre, 2017
  • MADRID/EFE/ANA MARCOS

La sepsis, que hoy 13 de septiembre conmemora su Día Mundial,  es una patología crítica que se produce cuando el organismo, como consecuencia de una infección, genera una respuesta inmune descontrolada, lo cual se traduce en una respuesta inflamatoria. En las situaciones más severas puede producir un fallo multiorgánico que, en un porcentaje considerable de casos, provoca la muerte.

También puede desencadenar secuelas a largo plazo y alteraciones funcionales, cognitivas o mentales. No obstante, aunque se trata de una patología con una gran mortalidad y morbilidad y que puede afectar a cualquier persona, el éxito de la respuesta del organismo está directamente relacionado con la brevedad con la que se reacciona a esta y se administra el tratamiento.

Los estudios afirman que el abordaje correcto de los síntomas en la primera hora logra que el paciente sobreviva en un 80% de los casos. Este porcentaje disminuye drásticamente a partir de las primeras doce horas, cuando se incrementa la mortalidad hasta un 15-20%.

La implantación del Código Sepsis en varios hospitales ha logrado el abordaje temprano y multidisciplinar de esta patología, lo que ha aumentado la supervivencia y mejorado los resultados.

“La realidad es que todavía un número significativo de pacientes con sepsis no recibe el tratamiento adecuado. Recientemente se han definido nuevos criterios diagnósticos para detectar la enfermedad en las fases más iniciales, pero a pesar de ello, cada año se incrementan los casos de sepsis en relación a la mayor esperanza de vida, con pacientes más ancianos, con mayor número de enfermedades y tratamientos que pueden facilitar su aparición”, afirma Mari Cruz Martín Delgado, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Intensiva Critica Y Unidades Coronarias (SEMICYUC).

Estudio EPIC III

The Extended Study on Prevalence of Infection in Intensive Care (EPIC III) se llevará a cabo coincidiendo con el Día Mundial de la Sepsis y consistirá en un estudio de 24 horas de prevalencia puntual. Esta investigación internacional aspira a actulizar el conocimiento de las infecciones en las unidades de cuidados paliativos, y tiene el apoyo de la World Federation of Societies of Intensive and Critical Medecine.

La elaboración de este estudio permitirá poner a disposición de los servicios sanitarios una gran base de datos que logrará responder a algunas de las principales cuestiones que rodean a esta enfermedad en todo el mundo.

EPIC III surge ante la necesidad de datos actualizados para afrontar una de las patologías más frecuentes en las unidades de cuidados intensivos y ha sido el tercer estudio realizado en este sentido. Fue precedido por el EPIC (Prevalencia europea de la infección en cuidados intensivos), llevado a cabo en 1992, y el EPIC II (La prevalencia ampliada de la infección en cuidados intensivos).

Tolerancia Zero

sepsis cateter
Colocación de un catéter. Un ambiente estéril es fundamental para evitar las infecciones y las sepsis en estas técnicas/EFE

Desde hace varios años se han llevado a cabo los proyectos Tolerancia Zero, promovidos por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad y liderados por la SEMICYUC. Su objetivo es reducir la tasa de infecciones asociadas a los catéteres y a la ventilación mecánica, y reducir las resistencias antimicrobianas.

Estos proyectos han demostrado que, pese a la gravedad de estas infecciones, es posible reducir su aparición de forma considerable. Por ello han marcado una serie de objetivos para el año 2020 entre los que destacan la reducción de la incidencia de la sepsis, el aumento de las tasas de supervivencia en niños y ancianos y la mejora de los sistemas de detección precoz y de tratamiento de emergencia, así como aumentar la sensibilización y el conocimiento sobre esta enfermedad tanto en la población general como entre los profesionales sanitarios.