Es previsible que en los próximos meses, e incluso años, se produzca entre las personas que han superado la covid-19 un incremento de las alteraciones psiquiátricas, como ansiedad o depresión, como parte del síndrome post-covid cuyos síntomas físicos afectan a cualquier sistema del organismo

Así lo han expresado diferentes expertos en la mesa redonda “Síndrome post-COVID: ¿Una nueva pandemia?” dentro del 2º Congreso Nacional Covid-19 que desde ayer y hasta al 16 de abril analiza los principales conocimientos científicos y médicos sobre esta enfermedad tras más de un año de pandemia organizado por 80 sociedades científicas.
“Una plena recuperación de la COVID-19 no puede basarse sólo en la obtención de una PCR negativa o un alta hospitalaria. Es necesario
tener presente y abordar diversos trastornos compatibles con la enfermedad derivada del virus SARS-CoV-2 y que pueden persistir incluso más allá de las 12 semanas”, coinciden los especialistas.
Uno de las consecuencias de esta enfermedad infecciosa podría repercutir en un previsible aumento de las alteraciones psiquiátricas como ansiedad, depresión, alteraciones del sueño e, incluso, estrés postraumático “mayor al que se ha visto tras otras infecciones por virus”, destaca la doctora Carmen Moreno Ruíz, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid.
La psiquiatra considera que va a ser necesario un tratamiento multidisciplinar e integrado para las personas que superen la COVID-19.
En su intervención destacó que la psicopatología relacionada con las complicaciones neuropsiquiátricas es diversa y tiene que ver con distintos mecanismos, tales como la inflamación, la disregulación inmune o efectos iatrogénicos de la medicación. Ente las anomalías persistentes se incluyen dolor de cabeza, fatiga, mialgias, y sintomatología ansioso-depresiva.
El síndrome post-covid, un enorme paraguas
Pero además de complicaciones psiquiátricas, el síndrome post-covid “es un enorme paraguas” en el que se incluyen otras categorías, como el síndrome de fatiga crónica, la secuela en múltiples órganos y el síndrome post-UCI, explica por su parte el doctor Javier Carod Artal, del NHS Highland Raigmore Hospital del Reino Unido.
Los síntomas asociados a este evento pueden presentarse superpuestos y pueden fluctuar y cambiar con el tiempo y afectar cualquier sistema corporal como los sistemas cardiovascular, respiratorio, gastrointestional, neurológico, musculoesquelético, metabólico, renal, dermatológico o hematológico, entre otros, además de problemas psiquiátricos, dolor generalizado, fatiga y fiebre persistente, según el especialista.

Un reciente estudio realizado en España sobre este aspecto concreta que el 51% pacientes analizados (274) que habían padecido COVID-19, presentaban este síndrome. La disnea y la fatiga fueron los síntomas más prevalentes (35%), seguidos de anomalías espirométricas o radiológica (25%) o síntomas neurológicos, caso de la cefalea o problemas cognitivos (12%), según un comunicado del congreso.
A fin de mejorar el conocimiento sobre la epidemiología de este síndrome y el abordaje a realizar sobre esta realidad presente en muchos pacientes que han superado la infección aguda, el doctor Carod destaca la necesidad de incrementar los estudios epidemiológicos con grupos control, realizar estudios sobre biomarcadores, así como sobre factores determinantes y predictivos del síndrome post-covid.
Por otra parte, entre los mecanismos que pueden originar el síndrome post-COVID se encuentran una inflamación persistente, así como una disregulación inmune de baja entidad, según expuso el doctor Juan Carlos García-Moncó, del Hospital Universitario de Basurto de Bilbao.
Más partos prematuros y cesáreas en gestantes con covid grave
En este 2º Congreso Nacional Covid-19, un encuentro científico online con 380 ponencias en casi 90 sesiones, se presenta un estudio que refleja que la tasa de partos prematuros y de cesáreas es más elevada entre las gestantes que requieren ingreso por infección COVID-19 grave, respecto a las gestantes con infección leve o asintomática.
Para este trabajo, elaborado por la Societat Catalana d´Obstetrìcia i Ginecologia (SCOG) y el Servei Català de la Salut, se incluyeron 372 mujeres embarazadas diagnosticadas de covid en Cataluña entre el 13 de marzo y el 1 de agosto de 2020 con una mediana de edad de 32 años.

El 36.1% de las gestantes fueron asintomáticas; y el 43.8% presentaron síntomas leves, sin necesidad de ingreso hospitalario. Los síntomas más frecuentes fueron tos (52,7%) y fiebre (49,7%). El 16.4% fueron ingresadas por neumonía, mientra que el 3.7% presentaron neumonía grave y síndrome de distrés respiratorio agudo, con necesidad de ingreso en Unidad de Cuidados Intensivos. No se registró ninguna muerte materna.
La tasa de cesáreas fue superior en las gestantes que ingresaron por COVID-19 (51,1%) respecto a las que ingresaron por causa obstétrica (29,5%).
Por su parte, la tasa de prematuridad en las gestantes ingresadas por COVID-19 fue del 26,7%. En concreto, de entre los resultados finalmente obtenidos (220 gestaciones), se contabilizaron un aborto de primer trimestre, tres pérdidas antes de las 24 semanas, 24 partos prematuros, 14 provocados por empeoramiento materno y 10 espontáneos, así como 192 gestaciones a término.
Insistir en medidas individuales para evitar la transmisión
En otra mesa redonda, expertos de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), han insistido en aspectos como el uso de mascarillas, la ventilación adecuada, la higiene de manos o el fomento de la adherencia de las medidas de protección entre los profesionales sanitarios como actuaciones que se deben seguir reforzándose para continuar avanzando en la prevención y reducción de riesgos de transmisión de la COVID-19 tras un año de pandemia.
Paloma Navas Gutiérrez, médica especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, advierte: “la fatiga pandémica que vienen arrastrando los profesionales está reduciendo la motivación y la adherencia a los comportamientos y medidas de protección frente a la COVID-19”.
Por su parte, Ana Belén Arredondo, enfermera del Hospital Universitario Fundación Alcorcón, hizo hincapié en la importancia del control de la higiene de manos, ya que es la medida más sencilla y eficaz para prevenir no sólo la COVID-19, sin otras muchas infecciones; de hecho, el 75% de las infecciones y transmisión de microorganismos pueden prevenirse con una buena higiene y lavado de manos.
Arredondo señaló que los últimos estudios demuestran que la higiene de manos ha ido creciendo en los últimos años en España gracias al esfuerzo realizado por aumentar los puntos de soluciones hidroalcohólicas en los centros de atención sanitarios (hasta situarse en el 97%), si bien su cumplimiento sigue siendo mejorable, al situarse aún en el 60%. Ello es debido a motivos como la falsa percepción de seguridad de los profesionales sanitarios, la sobrecarga asistencial o la escasez de desinfectantes en otros casos.
Por su parte, la doctora Eva Elisa Álvarez León, del Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria, concluyó que el SARS-CoV-2 se trasmite por inhalación de aerosoles y contacto directo con gotas, con un mayor riesgo de transmisión si se permanece un tiempo prolongado cerca de una persona infectada, sin mascarilla y en un entorno interior mal ventilado.
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