Decía Nelson Mandela que un ganador es un soñador que nunca se rinde. Luchar por aquello en lo que crees es una de las condiciones indispensables para convertirte en un gran líder.

Los modelos a seguir son muchos.Pueden estar interconectados y algunos no son necesariamente los mejores. Esta puede ser una clasificación de modelos: influencia, autoridad, pasión, inspiración, visión, transformación y malvado.
Ejemplos a lo largo de la historia hay muchos: Caballo loco, Coco Chanel, Barack Obama, Cholo Simeone, Felipe González, Ghandi, Espartaco, Jesucristo, Pau Gasol, Teresa de Calcuta, Adolfo Suárez, Albert Einstein, Catalina La Grande, Cleopatra, María de Maeztu, Vaclav Havel, Winston Churchil, Yasser Arafat….
Moisés Ruíz González, profesor de Ciencias Sociales y de la Comunicación de la Universidad Europea nos lo cuenta en su obra “100 líderes para la historia. Viaje de liderazgo a través del tiempo” (Editorial INFOVA).
El autor reflexiona sobre las decisiones tomadas por 100 lideres (políticos, deportistas, intelectuales…) y sobre su forma de actuar según los modelos citados y propuestos por él.
A su juicio, influencia, motivación e inspiración son los tres paradigmas de liderazgo para el siglo XXI:
“Influencia a través del ejemplo; motivación a través de la actitud e inspiración vinculada al talento para generar pasión. Las primeras décadas del siglo XXI parecen estar plagadas de incertidumbre, desazón y miedo; para evitar sucumbir a estos anatemas necesitamos líderes valientes, íntegros y consecuentes”.
Defiende asimismo que hay que provocar las oportunidades para el éxito y “no enajenar para el fracaso. Lo importante es provocar impacto positivo en la gente; hacerles mejor; ayudarles a superar las expectativas. El miedo, la ira, el odio son emociones poco recomendables para la convivencia; construir ideologías en base a estas emociones desacelera el proceso de evolución humana y nos conduce a un liderazgo destructor y destructivo”.
Amar a las personas
Considera además que sin duda, para ser un buen líder “es fundamental amar a las personas y mirar desde la normalidad; además es preciso tener un amplio conocimiento de la realidad y un elevado sentido de la responsabilidad”.
También cree que una condición indispensable para ser un buen líder es tener gran confianza en uno mismo; aguantar con serenidad los vientos contrarios y mantener con personalidad el criterio.
“Sin la autoestima en niveles adecuados se hace imposible acometer nada de lo dicho. Autoestima es creer en lo que uno hace. En definitiva, la autoestima genera resiliencia y aporta equilibrio emocional”.
En su opinión los líderes de hoy en día carecen de valentía, prudencia y humildad. “El egoísmo y la soberbia son los peores aliados con los que un líder puede arroparse. Las virtudes platónicas de prudencia; templanza; fortaleza siguen siendo válidas en el mundo que vivimos; a ellas hay que añadir la magnanimidad del ganador y la entereza del perdedor”.

Los modelos
Modelo influencia
Afirma Moisés Ruiz que la influencia es una necesidad para los líderes que quieren provocar cambios basados en la conducta:”Los líderes influyentes activan la reforma de los comportamientos humanos procurándoles energía y eficacia a la vez”
El líder influyente, destaca el autor, es un ejemplo, un referente, es la brújula y propone como ejemplos, y entre otros, a Ana Bolena, Albert Einstein , Ana Patricia Botín y Coco Chanel.
Modelo autoridad
La autoridad en el liderazgo se expresa con elementos tan dispares como la palabra, la fuerza o la convicción, pero siempre con firmeza en las acciones que se ejercen, como Atila, Margaret Thacher, Teresa de Calcuta, Yaser Arafat o Rommel.
Modelo emocional
El liderazgo emocional es el que incluye el manejo inteligente de las emociones para conseguir el objetivo. Las emociones básicas más usuales en entornos del liderazgo, propone Ruíz González, son la alegría, la ira, el miedo, el amor, el orgullo, la tristeza y la lealtad.
“Aplicar alguna de estas emociones en las decisiones con el fin de persuadir, convencer y conseguir los propósitos es una tarea difícil reservada para líderes de excelencia”
Del estudio de los 100 líderes, el autor destaca en este modelo a Benazir Bhuto, Caballo Loco, Eugene McCarthy o Cleopatra.
Modelo transformacional
Los líderes transformacionales son los que consiguen cambios significativos en las organizaciones a las que sirven, aparecen en momentos definitivos, cambian la historia y su capacidad de acción afecta tanto a las organizaciones como a las personas: Carlomagno, Cholo Simeone, Felipe González, Jesucristo o Vaclav Havel.
Modelo visión
Un líder visionario ve lo que nadie ve y guía por un camino que nadie antes había transitado. Es valiente y determinado y a la vez persuasivo y enérgico: Juan Carlos I, Winston Churchill, Moisés o Steve Jobs.

Modelo pasión
“La pasión – refiere en su libro este profesor de ciencias sociales y comunicación, te abre la mente a un enfoque positivo que se transmite sin fisuras. Te hace la vida más feliz y te ayuda a soportar mejor los vaivenes de la vida…Los lideres pasionales no se rinden nunca, alientan la participación de todos los integrantes del equipo, son facilitadores de confianza, transpiran respeto y generan soluciones”.
Ejemplos son Amaya Valdemoro, Gengis Khan, Rosseau, María de Maeztu y Vanda Shiva
Modelo inspiración
El líder inspirador genera pasión, desprende credibilidad y confianza en sus acciones y despierta emociones en sus seguidores….Hace del liderazgo un arte que proyecta en la creatividad de los liderados.
El líder inspirador establece objetivos ambiciosos, asume riesgos y se compromete con coraje para conseguir lo que se propone: Nelson Mandela, Pau Gasol, Juana de Arco, Catalina la Grande o Ghandi.
Modelo motivación
Los líderes motivadores, según Ruíz González, deben establecer metas, comunicarlas y crear los motivos necesarios para mover a las personas en su consecución…”Tres son las fuerzas motivadoras por excelencia :el amor, el miedo a perder lo conseguido y el dinero”: Alejandro Magno, Hugo Chávez, María Elena Moyano, Wangari Maathai o Lenin.
Líderes malvados
Bajo este epígrafe sitúa el especialista a Hitler, Stalin, Mussolini… Porque “su maldad esta más que contrastada…..Cualquier líder totalitario que atrapa a su población en la mentira, en el miedo y la aleja de la libertad es válido para ser incluido.”
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