En el Día Nacional del Cáncer de Tiroides, el 28 de septiembre, los pacientes reclaman a las autoridades sanitarias la financiación pública de aquellos fármacos de nueva generación que han demostrado eficacia frente a los tipos más agresivos de este tumor.

La Asociación Española de Cáncer de Tiroides (AECAT) lamenta que estos tratamientos cuenten con la luz verde de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) pero no los incluyan en la financiación pública.
Con motivo de este Día Nacional, esta asociación de pacientes lanza la campaña “En cáncer de tiroides, ni un paso atrás” para concienciar de una enfermedad poco frecuente de la que se diagnostican unos 5.000 casos al año, sobre todo en mujeres.
“El cáncer de tiroides tiene una alta supervivencia, entre el 95 y 98%, pero desgraciadamente hay formas que son más agresivas y que no disponen de tratamientos efectivos. Lo peor de todo es que algunos tratamientos indicados para este tipo de cáncer no se financian por el Sistema Público de Salud”, explica su presidenta, Arantxa Sáez, también paciente de cáncer de tiroides.
“Tenemos la suerte de que la investigación avance y que se desarrollen nuevas alternativas para esos casos más complicados, pero luego no se llega a ellas”, lamenta.
Tratamientos a la carta para el cáncer de tiroides
Los pacientes reclaman el acceso a la medicina personalizada de precisión: “Supondría un gran avance en la asistencia sanitaria y favorecería intervenciones médicas preventivas, diagnósticas y terapéuticas más eficaces y seguras, adaptadas a las características de los pacientes”, indica la presidenta de AECAT.
Además, apunta, “evitaría gastos innecesarios que contribuirían a la sostenibilidad de los sistemas sanitarios, y lo más importante es que ofrecería al paciente una alternativa terapéutica personalizada que evita fracasos terapéuticos, efectos secundarios innecesarios y reduce el tiempo de acceso al tratamiento correcto”.
Por eso, “realizar una secuenciación genética en cáncer de tiroides puede ayudar a muchos pacientes que sin ello tendrán que ir probando diferentes terapias que impactarán en su calidad de vida, además del desgaste emocional que supone el fracaso de una estrategia terapéutica”.
Desde la práctica clínica, el doctor Jaume Capdevila, del Servicio de Oncología del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, explica: “En los últimos años estamos viendo un desarrollo de la terapia personalizada en oncología que no se había visto nunca, con la llegada de fármacos que son capaces de bloquear una alteración específica del tumor de forma tan selectiva que producen grandes respuestas con un perfil de seguridad muy bueno”.
No obstante, “estos fármacos a veces no siguen los pasos clásicos de investigación clínica oncológica, ya que las alteraciones moleculares a las que van dirigidas son relativamente poco frecuentes y resulta imposible diseñar un estudio clínico fase III como los que estamos acostumbrados a ver”.
Sin embargo, “la selección de los pacientes a tratar en función de la alteración genómica del tumor permite observar unos resultados que traspasan las limitaciones del tipo histológico tumoral y consiguen beneficio en cualquier tipo de tumor que presente esta alteración específica”, asegura.
Según el oncólogo, el cáncer de tiroides “en todas sus vertientes histológicas, siempre ha sido un paradigma para el desarrollo de terapias dirigidas, ya que presenta mutaciones y fusiones génicas para las cuales tenemos fármacos dirigidos”.
Para algún subtipo histológico de cáncer de tiroides, apunta, “tendremos la posibilidad de llevar a cabo estudios fase III clásicos que permitirán crear la evidencia científica a la que estamos acostumbrados, pero en otros tipos histológicos de cáncer de tiroides, esto resultará completamente imposible por la simple cuestión de la incidencia de la enfermedad, por lo tanto, deberemos basarnos en la indicación tumor agnóstica para poder ofrecer el tratamiento a todos los pacientes que puedan beneficiarse”.
“Estas aprobaciones basadas en alteración genómica independientemente del tipo tumoral, conocido como tumor agnóstico, ya se están consiguiendo tanto en Europa como en Estados Unidos, y afectan a los pacientes con cáncer de tiroides tanto diferenciado, medular como anaplásico, involucrando genes tan relevantes como BRAF, RET o NTRK”.
Por lo tanto, para este especialista, “las autoridades españolas deben entender lo que significan estos avances, el tipo específico de desarrollo farmacológico que necesitan basadas en estos biomarcadores, y al final permitir su uso sin restricciones puramente económicas, ya que la eficacia clínica está más que clara”.

Tratamiento y calidad de vida
El control de los tratamientos del cáncer de tiroides puede condicionar la calidad de vida, pues en ocasiones, síntomas que se achacan a estrés o cansancio son en realidad causados por un mal control de los niveles hormonales.
El doctor Pablo Valderrábano, especialista en endocrinología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, explica la necesidad de “mantener un seguimiento a muy largo plazo o incluso de por vida.”
“Habitualmente tras el tratamiento inicial del cáncer de tiroides es necesario poner tratamiento con hormona tiroidea que hay que ajustar al peso y metabolismo de cada paciente y también al tipo de cáncer y a la probabilidad estimada de que el cáncer reaparezca”, indica.
El endocrinólogo reconoce que “en todos los casos, es necesario realizar un control periódico para comprobar que la dosis que toma el paciente es adecuada para su caso concreto”.
“Esta analítica hay que hacerla como mínimo una vez al año, junto con los marcadores tumorales. Además, conviene mirarla antes en caso de que se desee buscar un embarazo, ya que durante la gestación suele ser necesario aumentar la dosis de hormona tiroidea”, explica el doctor.
La presidenta de AECAT concluye: “Todo eso podemos mejorarlo con acceso a los fármacos innovadores y con un plan terapéutico adaptado a tu tipo de tumor, eso es el diagnóstico genético… Planear cómo vas a tratar ese cáncer y ofreciéndole lo que mejor se adapta a su caso. Dejando de probar opciones, dejando de malgastar recursos, dejando de malgastar tiempo. Dejando de mermar la salud”.
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