“Cuidar a los que cuidan”, ese es el lema de Ventilación Emocional, el programa de Cruz Roja Española que ofrece apoyo psicosocial a todos los voluntarios que salen a misiones internacionales. Con motivo del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, el 19 de agosto, exploramos esta iniciativa que reivindica el reconocimiento y la protección de aquellos que dedican su vida a prestar ayuda en situaciones de emergencias
“Ventilación Emocional”, el bienestar de los voluntarios sí importa
¿Qué es la ventilación emocional?
La ventilación emocional es una técnica terapéutica que consiste en identificar nuestras emociones reprimidas y expresarlas. Así, evitamos que esas emociones que nos causan dolor se queden enclaustradas en nuestro interior.
Los voluntarios que están en misiones internacionales se exponen a diario a la destrucción, a la muerte y al dolor de los sobrevivientes. Todo pasa tan rápido que, en ocasiones, resulta imposible procesar lo que acaba de ocurrir.
“Con la técnica de ventilación emocional los voluntarios pueden procesar sus emociones de una manera más adecuada y las pueden poner en común con otras personas que han vivido experiencias similares”, explica María Abengózar, psicóloga y responsable del Equipo Psicosocial Internacional de Cruz Roja Española.
“Ya llevábamos muchos años trabajando en el apoyo a voluntarios desplazados. Pero no fue hasta el brote de ébola del 2014 cuando se vio claramente que este apoyo era muy necesario. Ese fue el estrellato de nuestro programa”, señala la especialista.
Desafíos más frecuentes en situaciones de emergencia
“Somos personas y si escuchamos situaciones de sufrimiento de otras es normal que nos afecte. Si somos capaces de identificar que estamos perdiendo la objetividad o que estamos cargando sobre nuestra mochila ese sufrimiento ajeno, seremos capaces de buscar ayuda”, declara la psicóloga.
Sin embargo, no es la exposición a situaciones traumáticas lo que suele provocar estrés a los voluntarios.
“En realidad, la mayor parte de las situaciones difíciles que pasan nuestros voluntarios desplazados tienen que ver con la convivencia y las condiciones de trabajo. Jornadas muy largas, situaciones de mucha tensión, riesgo de evacuación… El no tener cerca a tu entorno social hace que gestionar esta incertidumbre resulta complejo”, explica María Abengózar.

Estrategias para un apoyo integral
El programa de Ventilación Emocional lleva integrado diferentes canales de comunicación. Así se consigue que la comunicación entre los voluntarios y Cruz Roja sea siempre permanente.
Para que el apoyo sea completo, se llevan a cabo diversas estrategias de apoyo antes, durante y después de cada misión.
Antes
Antes de que los voluntarios se marchen a la misión internacional, se organiza una reunión donde se plantean los distintos escenarios que podrían generarles estrés. También se debate sobre cómo lidiar con las reacciones emocionales ante situaciones difíciles.
“Si empezamos a trabajar el aspecto psicosocial desde antes, es mucho más probable que el voluntario desarrolle estrategias de afrontamiento propias. Éstas le ayudarán a solventar cualquier situación que le pueda sobrevenir en el futuro. El objetivo de esta fase inicial es ver qué recursos tenemos y cuáles son los que nos faltan”, explica la psicóloga.
Durante
Durante la respuesta a la emergencia, las necesidades de los voluntarios son a menudo similares a las necesidades de las personas a quienes ellos están brindando apoyo.
“Los voluntarios pueden contactar con nosotros a través de un teléfono que está disponible las 24 horas o por correo electrónico. Siempre tendrán una persona que les pueda atender”, añade la experta.
Después
Finalmente, cuando los voluntarios regresan a España, se lleva a cabo una evaluación de la misión y del bienestar emocional de los voluntarios y cooperantes.
“Analizamos -explica- qué elementos han sido fortalecedores para el voluntario, qué cosas buenas y malas se lleva de la experiencia y, sobre todo, cómo afrontar el regreso a la normalidad tras llegar de una situación que, en ocasiones, puede ser un poco desestabilizadora”.

“Para poder ayudar a los demás, es imprescindible que la persona que proporciona ese apoyo también se encuentre bien. Por eso, desde Cruz Roja, insistimos mucho en cuidar a los que cuidan. Y que esas personas que están cuidando a los demás puedan ser también cuidados”, concluye la psicóloga María Abengózar.
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