El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este sábado la suspensión de todas las actividades no esenciales, enviar a estos trabajadores a casa durante dos semanas, para reducir la movilidad hasta los niveles que se registran los fines de semana. El fin es frenar la transmisión del coronavirus y controlar la sobrecarga de las UCIs.

Sánchez, en una conferencia de prensa telemática desde el Palacio de la Moncloa, ha indicado que esta medida excepcional sobre las actividades no esenciales será aprobada mañana en un Consejo de Ministros extraordinario.
Entrará en vigor desde el lunes 30 de marzo hasta el 9 de abril y se trata de aprovechar los días festivos de la Semana Santa por lo que en realidad serían 8 días laborables que se considerarán como permisos retribuidos y recuperables espaciados en el tiempo.
El jefe de Ejecutivo ha señalado que las actividades no esenciales son aquellas que no figuran en el decreto de estado de alarma (sanitarios, fuerzas de seguridad, proveedores, establecimientos de alimentación o farmacias, entre otros.
“España está pasando sus horas más duras, tristes y amargas”, ha manifestado el presidente. “El virus muestra su violencia más despiadada cuando nos aproximamos a la cresta de la ola y es el momento de intensificar la lucha”, ha añadido.
Y uno de los frentes de esa lucha es ralentizar la llegada de infectados a las unidades de cuidados intensivos, que ya acogen a 4.575 personas, en especial en comunidades autónomas más castigadas por el virus, como Madrid.
Sánchez ha dicho que a pesar de la crisis, la mayoría de los españoles ha optado por contribuir y ser solidario frente a otros que aprovechan para extender el miedo.
“En estos días hay que elegir, en Europa y en España, entre el derrotismo o la victoria contra un enemigo común que nos arrebata la vida”, ha insistido.

Europa no puede fallar en la lucha contra el coronavirus
El presidente del Gobierno ha recalcado que a Europa le toca ahora proteger a los ciudadanos más débiles y a los países que sufren las mayores consecuencias negativas provocadas por la pandemia.
“Europa se la juega”, ha recalcado Sánchez en un mensaje en el que ha apelado a la UE a no fallar cuando solo han pasado dos días después de la última reunión del Consejo Europeo que no alcanzó un consenso frente a la epidemia.
Tras recordar que ahora mismo el epicentro de la pandemia está en territorio europeo, Sánchez ha incidido en que la UE debe estar a la altura de las circunstancias y “no puede defraudar” a sus ciudadanos.
“No puede fallar, no debe fallar”, según el jefe del Ejecutivo, que ha subrayado que “necesitamos contundencia y solidaridad”.
También ha destacado que, pese a la lentitud de los mecanismos de decisión europeos, “si Europa quiere, Europa puede”.
Ahora, el mundo enfrenta una guerra contra un enemigo común de los ciudadanos, “vivan donde vivan”, porque, según ha añadido, ningún país ha convocado ni atraído este virus que está poniendo a prueba el proyecto europeo.
En opinión de Sánchez, Europa debe poner en pie “una suerte de economía de guerra y promover la resistencia”, movilizando gran cantidad de recursos a través de un plan que ha comparado con el Plan Marshall.
“Es la hora de la UE” ante una crisis que está poniendo a prueba a toda la humanidad, ha dicho.
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