La profesora argentina María Laura Cisneros, que sufre una tetraplejía completa, vuelve a respirar de forma autónoma, sin depender de una máquina, tras ser operada con éxito en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, donde se le ha implantado un marcapasos diafragmático

El marcapasos permite a la profesora desconectarse del aparato eléctrico del que dependía para vivir.
La profesora argentina María Laura Cisneros, una tetrapléjica argentina, vuelve a respirar de forma autónoma, sin depender de una máquina, tras ser operada con éxito en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, donde se le ha implantado un marcapasos diafragmático que le ha permitido desconectarse del aparato eléctrico del que dependía para vivir.
María Laura, una profesora de educación física y danzas folclóricas de 33 años de edad, que reside en Córdoba (Argentina) sufrió hace cuatros años una lesión medular (debido a un tumor en el bulbo raquídeo) que la dejó casi inmovilizada y conectada a un respirador artificial, del que dependía para poder vivir.
En una entrevista con Efe, María Laura ha puesto de manifiesto su alegría por dejar de depender de la máquina y por haber recuperado la posibilidad de hablar con fluidez, ya que antes podía hablar poco y con muchas dificultades.
“Nada que ver a cómo estaba antes”, subraya María Laura Cisneros, quien recuerda que siempre tenía que estar acompañada de otra persona, porque corría el riesgo de que el aparato se desconectara.
Su caso adquirió notoriedad por el pleito que inició su familia para que el Estado argentino le pagara el viaje para operarse, por su condición de funcionaria pública, ya que en Argentina no se hace este tipo de intervención quirúrgica.
Finalmente, tras un año y medio de lucha en los tribunales, apoyada por una campaña que llevaron a cabo por todo el país amigos, conocidos y familiares, una sentencia federal le dio la razón.
Latidos de libertad de una tetrapléjica argentina
En el desarrollo de este proceso, escribió un libro “Latidos de Libertad”, cuyas ventas han servido para financiar parte de su estancia en Toledo. María Laura ha presentado el libro esta semana en el Hospital de Nacional de Parapléjicos a pacientes y familiares del centro.
Su intención es seguir recabando fondos para crear una asociación de lesionados medulares en Argentina, donde ahora no hay ninguna, en lo que trabajará cuando regrese a su país a finales del próximo mes de mayo, una vez que reciba el alta hospitalaria.
De todos los centros posibles, eligió el Hospital de Parapléjicos porque es pionero en la implantación de este tipo de dispositivos desde 1982, en el que fue intervenida el pasado mes de diciembre por un equipo quirúrgico coordinado por el cirujano Javier Moreno.
Los estudios específicos para ser operada fueron hechos por una compatriota argentina que trabaja en el centro toledano, la neumóloga Claudia Gambarrutta, con la que desde Argentina contactó Lilia, la madre de María Laura, para hacer posible la operación.
“Le di mi teléfono porque vi una madre angustiada, la típica madre coraje”, comenta Gambarrutta, que relata: “La señora me volvió loca durante dos años, persiguiéndome, hasta que al final todo le salió de maravilla”.
Por su parte, Lilia ha precisado: “Como dice María Laura, los ángeles andan aquí en la tierra, porque tengo un hermano en Málaga que contactó con el hospital y dio con la doctora, nos pasó su teléfono y ahí empezó todo, nos ha sido de gran ayuda”.
Gambarrutta destaca el ánimo y la fuerza vital de María Laura, que ya es conocida en todo el hospital, así como su afán de superación, puesto que pinta con la boca y “hace unas cosas artesanales bellísimas”, enfatiza la neumóloga, mientras que su paciente le devuelve los cumplidos: “Es la doctora maravilla”.
María Laura no sabe si seguirá escribiendo, no le importaría repetir la experiencia y también quiere intentar volver a tener algún tipo de actividad docente, aunque lo que hará seguro será trabajar en la asociación civil de lesionados medulares y ayudar a otras personas que pasen por situaciones similares.
“Latidos de Libertad” es una historia “marcada por el dolor y elevada por la esperanza” que se sintetiza en este párrafo: “Bajo este mar lleno de ira, lágrimas y desconsuelo, tengo la esperanza de que se va a convertir en un océano lleno de veleros de colores, cargados de alegrías, sonrisas y apuestas para seguir alcanzando mis sueños”.