Los efectos de la pandemia en la salud mental en el foco de Doña Letizia. Se reúne con representantes de organizaciones sociales y comparte con ellas una agenda de trabajo y el fuerte impacto que la covid ha tenido y tiene en este apartado de la salud

Las organizaciones con las que se ha reunido Doña Letizia son la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), la Confederación Salud Mental España, Cruz Roja, Federación Estatal de Enfermedades Raras (FEDER), Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) y UNICEF.
El objetivo de este encuentro, en palabras de Nel González Zapico, presidente de Salud Mental España, es “compartir conocimiento y converger en puntos de encuentro entre todas las entidades para trabajar juntos con la salud mental como eje transversal”.
“Es la primera vez que nos reunimos las distintas entidades en torno a la salud mental. Esta iniciativa ha hecho que las entidades que participan en el encuentro hagan un trabajo de identificar las razones y los motivos que durante la pandemia han afectado a los colectivos a los que representan, de manera que vamos a poder trabajar y compartir conocimiento para que la salud mental tenga el lugar prioritario que, si ya era importante antes de la pandemia, después de ella se hace más urgente que nunca”, ha añadido.

Así lo evidencian los distintos estudios y análisis elaborados a lo largo del último año y medio, que destacan las consultas a profesionales de la salud mental, así como el consumo de psicofármacos, entre otros aspectos.
Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), durante el confinamiento, el 30 % de las personas manifestó haber tenido ataques de pánico, el 25 % se ha sentido excluida socialmente y el 55 % sentía que no era capaz de controlar la preocupación.
Desde el inicio de la pandemia hasta la actualidad un 6,4 % de la población ha acudido a un profesional de la salud mental por algún tipo de síntoma, siendo el mayor porcentaje un 43,7 % por ansiedad y un 35,5 % por depresión.
Más del doble de las personas que han acudido a estos servicios de salud mental son mujeres.
Según este mismo estudio, un 5,8 % de la población ha recibido un tratamiento psicofarmacológico, entre los que destacan los ansiolíticos (un 58,7 %) y los antidepresivos (41,3 %).
El porcentaje de hombres que aumentó el consumo de psicofármacos durante el confinamiento fue de 7,6 %, mientras que en el caso de las mujeres fue del 15,4 %.
La salud mental de la población infantil, adolescentes y jóvenes
Durante la reunión, las entidades han explicado los principales factores emocionales y de salud mental que han llevado a sus usuarios y usuarias a realizar consultas a través de los servicios de atención habituales.
En algunos casos, incluso algunas entidades han abierto servicios específicos para atender la salud emocional de las personas. Es el caso del Servicio de Orientación e Información de la FAD o el servicio Cruz Roja Te Escucha.
La salud mental de la población infantil, adolescentes y jóvenes ha sido uno de los temas sobre el que todas las entidades han coincidido en destacar su importancia, dado el elevado número de consultas recibidas por este grupo de población y el elevado riesgo que han detectado de desarrollar problemas de salud mental serios.
Por ejemplo, según datos expuestos por la FAD, casi el 40 % de jóvenes dice haber tenido ideas suicidas y el 12 % con cierta frecuencia. Aunque son una minoría, los chicos son más proclives a pensar en el suicidio con alta frecuencia.
En el caso de otras entidades como la AECC, también han advertido que las personas jóvenes han presentado peor salud mental y emocional que las personas mayores.

La directora general de la AECC, Noema Paniagua, ha puesto de manifiesto que “antes de la pandemia, más de 245.000 personas con cáncer tenían necesidades de atención psicológica especializada que no estaban siendo cubiertas por el sistema ya que el 94 % de las CCAA no ofrecen este tipo de atención o la que ofrecen es insuficiente”.
“Con la llegada de la pandemia, se ha agravado y cronificado esta situación y estimamos en más de 530.000 los pacientes y familiares que hubieran necesitado una atención profesional”, ha añadido.
De las personas mayores, sobre todo las que están en situación de soledad no deseada, Cruz Roja destaca que son de las que más han sufrido emocionalmente el confinamiento, las restricciones, los cierres perimetrales y toda la situación sobrevenida para tratar de frenar el avance de la pandemia.
Causas detectadas por las entidades
Entre las principales causas de estos trastornos emocionales y mentales generalizados, que bien han aparecido o se han agravado, las entidades coinciden en apuntar a la falta de contacto físico, los confinamientos prolongados, la incertidumbre ante el futuro, problemas económicos y laborales, miedo a contraer el virus, a contagiarse y a contagiar a otras personas, el duelo y la pérdida de personas cercanas, etc.
En este punto, y en relación con la infancia, adolescencia y juventud, UNICEF apunta a otro factor más relacionado con el enfoque adulto-céntrico a la hora de gestionar la pandemia, olvidando por completo las necesidades de los niños y las niñas.
La reducción y/o suspensión de la prestación de asistencia y apoyo a las personas con discapacidad, así como a aquellas que tienen alguna patología poco común, ha sido otra de las causas importantes de que estas personas hayan visto alterada y/o empeorada su salud mental.
Así lo explicó FEDER, que recordó cómo muchas de las personas a las que atienden han visto reducidas sus atenciones y accesos a tratamiento, con la consiguiente preocupación, incertidumbre y angustia que esto provoca en la persona.

Por su parte, CERMI destacó la mayor vulnerabilidad en la que se han visto envueltas las personas con alguna discapacidad, especialmente aquellas con una discapacidad psicosocial, quienes han sido estigmatizadas y han visto vulnerados sus derechos en numerosas ocasiones a lo largo del confinamiento y la pandemia.
CERMI hizo especial referencia al trabajo desarrollado por la Fundación CERMI Mujeres para romper el aislamiento en el que estaban inmersas muchas mujeres con discapacidad, y proporcionarles una instancia de acompañamiento y ayuda mutua a través de vías no tradicionales que pudieran adaptarse a la nueva realidad provocada por la pandemia.
Además, la Fundación elaboró una guía de orientaciones para denuncia y con información sobre los servicios y recursos accesibles disponibles en materia de violencia de género durante el periodo de excepcionalidad marcado por la pandemia.
El encuentro finalizó con la propuesta de varias líneas de trabajo y posibles colaboraciones entre las entidades de cara al futuro, de manera que la atención a la salud mental se trabaje de manera transversal, respondiendo a las necesidades reales de la población.
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