Según un estudio elaborado por la Fundación Fad Juventud y la Fundación Pfizer en 1.200 jóvenes de entre 15 y 29 años, el pesimismo juvenil se ha reducido considerablemente si se compara con las cifras que había en el año 2020.

Pese al contexto al que se enfrentan tras la pandemia, definido en parte por la incertidumbre y precariedad laboral, los jóvenes se muestran afortunados por poder contar con redes de apoyo, como familiares, amigos o parejas, que proporcionan estabilidad.
Así lo demuestran los datos recopilados en el estudio “Jóvenes en pleno desarrollo y crisis pandémica. Cómo miran al futuro”, un proyecto encabezado por la Fundación Pfizer y la Fundación Fad Juventud cuyo objetivo se fija en la investigación de los efectos que la pandemia ha causado en la vida de los jóvenes, tanto en lo que a salud mental se refiere como a los estragos en su vida en general.
El presidente de la Fundación Pfizer, Sergio Rodríguez, ha destacado la trascendencia de este estudio, una especie de continuación de un primera investigación, también realizada de la mano de FAD en 2020, sobre las vivencias y emociones de los jóvenes en plano confinamiento y desescalada. Al hablar del presente proyecto indica:
“Esta investigación nos parece una herramienta útil de trabajo de cara a mejorar el bienestar y la calidad de vida de los jóvenes, que son nuestro futuro”
Por otra parte, el presidente de la Fundación Fad Juventud, Ignacio Bayón, también ha puesto sobre la mesa un mensaje claro en lo que a la intencionalidad de la investigación respecta. Porque se trata de un compromiso social en pos del bienestar de los jóvenes.
“Tenemos la obligación como sociedad de habilitar los mecanismos para que todos los jóvenes que están sufriendo y tienen problemas de malestar emocional pueden tener acceso-fácil y rápido- a servicios de atención psicológica donde encontrar ayuda y que, claramente, son insuficientes en la actualidad”, asegura Bayón.
¿Cómo les ha cambiado la pandemia a los jóvenes?
El estudio estipula que prácticamente para un 60% de los encuestados el impacto de la pandemia en distintas facetas de su vida ha sido incuestionable y, en concreto, en sus respectivas situaciones personales. En cuanto a la prolongación en el tiempo de dichos cambios, el 55,7% asegura que serán permanentes.

Sin embargo, esta percepción no posee una connotación negativa. Y es que el 56,2% de los encuestados cree que los cambios han sido a mejor: han ganado consciencia sobre su vida y lo que quieren, han visto una mejoría en sus relaciones sociales y ha aumentado su sentido de la responsabilidad.
En contraposición, aquellos que han señalado que los cambios han ido a peor, señalan el empeoramiento de hábitos y de relaciones, además de sentirse más débiles o vulnerables.

Hábitos
Para muchos la pandemia ha sido una ruptura: 7 de cada 10 jóvenes declaran haber modificado sus hábitos, de los cuales el 35,4% ha considerado esto una mejoría y el 34,8%, no. Solo un 24,4% de los encuestados asegura no haber modificado ningún aspecto de su vida.
Se distinguen como hábitos a mejor
- El autocuidado físico, referido al ejercicio y la dieta equilibrada
- Interacción social
Mientras que los hábitos a peor son
- Tendencia al retraimiento, basado en el aislamiento o la pasividad a la hora de hacer algo
- Hábitos compulsivos, como puede ser comer poco o demasiado
- Descuido físico

Algo a tener en cuenta es el género: Los hombres se significan más que ellas en lo que a mejoría respecta.

Impacto de la pandemia en…
Una preocupación común difícil de ignorar que siempre resurge y ahora, ante los estragos de la pandemia, de una forma mucho más acentuada es la capacidad económica. Los jóvenes encuestados valoran negativamente el impacto económico de la pandemia y el confinamiento.

Pero la salud mental tampoco queda atrás.
¿Qué hay de la salud mental?
La salud mental está entre los aspectos más afectados negativamente por la pandemia, fijándose en un 66,8% el porcentaje de jóvenes que creen que la salud mental es una de las grandes víctimas de esta situación.
En este sentido, el porcentaje total de adolescentes y jóvenes que presentan problemas psicológicos con cierta o mucha frecuencia en la actualidad ronda el 24%, mientras que en 2021 era del 8,6% t en 2019 del 6,2%. En otras palabras, ha habido un aumento de la prevalencia de casi 18 puntos.
La aparición de pensamientos negativos es, con diferencia, el indicador psicológico que más empeora, siendo las mujeres las que ocupan el peor puesto en los indicadores.
Según los datos recopilados, entre los 20 y 24 años hay un aumento en la frecuencia de los pensamientos negativos. Casi 1 de cada 3 jóvenes cree que nada tiene arreglo, que todo irá a peor y creen ser unos fracasados. Por otra parte 1 de cada 4 se sienten como una carga para los demás.

Mujeres y salud mental
Y es que antes de la pandemia un 40% de los encuestados no habían experimentado problemas psicológicos o de salud mental, cosa que se ha reducido en la actualidad hasta el 30,8%.
Una constante de todo el análisis es la tendencia a peor de las mujeres. No solo porque muestran peores datos, sino que además padecen con mayor frecuencia malestares psicológicos.
Así, mientras que a nivel global el estado de ánimo empeora, lo cierto es que los porcentajes son dispares: el 50% de las mujeres apoyan esta premisa, mientras que solo el 30% de los hombres lo hacen en la misma medida.

Por lo tanto, la manera de traducirlo no es otra: la pandemia ha afectado más a mujeres que a hombres.
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