Las desigualdades en el ámbito de la salud en la población gitana no se han reducido de forma relevante en España en los últimos años por la situación socioeconómica de este colectivo, según un estudio de la Universidad de Alicante, para cuya elaboración se ha contado con la ayuda de asociaciones gitanas

Una estudio recoge que se mantienen las desigualdades en salud con la población gitana
El doctor en Sociología de la Universidad de Alicante (UA) Daniel La Parra. EFE/MORELL
  • 7 de febrero, 2017
  • ALICANTE/EFE

Este es el dato más significativo de la segunda Encuesta Nacional de Salud a Población Gitana (2014) -la última hasta la fecha-, que contribuye a dar visibilidad a uno de los principales problemas que afectan a este grupo social.

El informe final, financiado y publicado recientemente por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, compara los datos recogidos con la población española, a través de la Encuesta Nacional de Salud de 2011-2012, y con la Encuesta Nacional de Salud a Población Gitana realizada en 2006.

Este trabajo ha sido coordinado por el doctor en Sociología de la Universidad de Alicante (UA) Daniel La Parra y dirigido por la doctora en Sociología y profesora de Medicina Preventiva y Salud Pública en la misma institución académica, Diana Gil.

Músicos de étnia gitana esperan antes de tocar sus temas tradicionales en un colegio con motivo del Día Internacional de los Gitanos. EFE/Robert Ghement

La Parra ha explicado que la investigación recopila el estado de salud percibido por la población gitana, además de sus problemas de salud, consumo de tabaco y alcohol, alimentación y uso de servicios sanitarios, entre otros aspectos.

Para llevar a cabo la encuesta se ha entrevistado a 1.167 personas gitanas adultas.

De acuerdo con la muestra, un 65,3 % de los hombres gitanos y un 55 % de las mujeres gitanas considera que su estado de salud es bueno o muy bueno, frente a un 77,7 % y un 70,4 %, respectivamente, en el conjunto de la población española.

También se observan diferencias en el colectivo gitano respecto al conjunto de la población española en otros indicadores: mayor presencia de problemas de salud crónicos, bucodental y visual, así como de sobrepeso y obesidad.

Por el contrario, la investigación desvela que algunas pautas de salud existentes entre los ciudadanos gitanos son mejores si se comparan con las del resto de la población.

Así, el consumo de tabaco en las mujeres gitanas es inferior que en el conjunto de la población femenina de España (16,7 % frente a 21,7 %). Además, y siguiendo esa comparación, hay más personas abstemias entre la población gitana.

El estudio constata que, en los ocho años transcurridos desde 2006 a 2014, “las desigualdades no se han reducido de forma relevante”, por lo que propone desarrollar “políticas equitativas” e intersectoriales, no solo sanitarias, sino también en la vertiente social, dirigidas a mejorar “el estado de salud de toda la población” y a reducir “la brecha de inequidad”.

A este respecto, La Parra ha destacado que el estado de salud de las poblaciones está determinado por una serie de factores sociales, los cuales, a su juicio, siguen siendo adversos para el colectivo gitano, pues “se parte de una situación de discriminación histórica“.

“Ha habido mejoras en la sociedad española y una de las conclusiones en positivo del informe es que la sanidad pública, universal y gratuita en nuestro país ha servido para garantizar un acceso más igualitario hacia el sistema de salud”, del que se beneficia también la población gitana, ha dicho.

Sin embargo, “no hay un avance en la situación de la población gitana en relación con su estado de salud desde 2006, pues éste está condicionado por las experiencias de discriminación, el nivel educativo, las oportunidades económicas y laborales, el lugar donde vives…, aspectos que se mantienen aún desfavorables” para este colectivo, ha expuesto.

Niños de la étnia gitana bailan con otros niños en un colegio. EFE/Robert Ghement

El informe permite disponer de información actualizada para evaluar y planificar las intervenciones necesarias para conseguir la equidad en salud en el marco de la Estrategia Nacional para la Inclusión Social de la Población Gitana en España 2012-2020, aprobada por el Gobierno.

Según La Parra, “es el momento de poner en marcha políticas nuevas, más efectivas, más equitativas en todos los niveles de la gobernabilidad -local, autonómico, nacional y europeo- que mejoren el estado de salud de toda la población y reduzcan la brecha de inequidad, porque si no hacemos nada, se tiende a reproducir la situación”.