La distrofia muscular de Duchenne es una enfermedad degenerativa que lleva a los niños que la padecen a sufrir graves problemas médicos debido a la debilidad muscular progresiva que origina. La expectativa de vida promedio es de 30 años. Sus familiares viven hoy con la vista puesta en terapias prometedoras

Con ocasión del Día Mundial de la Distrofia Muscular de Duchenne (DMD), 7 de septiembre, EFEsalud ha hablado con Nuria Pérez, madre de Pablo, un niño de tres años y medio afectado por la dolencia; ha conocido la asociación que agrupa a 300 de los 1.000 casos que se estima hay en España; y ha entrevistado a la neuropediatra e investigadora Francina Munell.
No conoce fronteras: afecta a todas las culturas y razas
Duchenne es un desorden progresivo del músculo que causa la pérdida de su función y por lo tanto los afectados terminan perdiendo totalmente su independencia.
La enfermedad es causada por una mutación en el gen que codifica la distrofina, una proteína fundamental para los músculos.
Su ausencia provoca que las células musculares se dañen fácilmente. La debilidad muscular progresiva lleva a problemas médicos graves y los niños necesitan silla de ruedas alrededor de los 12 años.
La DMD se manifiesta principalmente en los varones debido a que el gen de la misma se encuentra en el cromosoma X.
La mutación del gen que causa Duchenne se transmite, generalmente, de la madre al hijo.
Sin embargo un 35% de los casos ocurren por mutación espontánea, y como refiere la asociación de familiares de afectados en su página web “puede ocurrir en cualquier familia, no conoce fronteras y afecta a todas las culturas y razas”.
Vídeo de Brain Pop/ Asociación Duchenne Parent Project
Descubrir la distrofia muscular fue “un mazazo”
Nuria Pérez es periodista y tiene un hijo de 11 años, libre del gen, y un segundo, Pablo, de tres años y medio, con Duchenne, porque ella es portadora, pero lo desconocía.
Supieron que su hijo estaba afectado por la distrofia muscular de Duchenne hace casi dos años, pero “ya con cuatro meses me dí cuenta de que algo no iba bien porque cuando estaba tumbado boca abajo no levantaba la cabeza…, pero claro cada niño lleva su ritmo”.
Cuando cumplió el año, Pablo no se levantaba del suelo, “no tenía fuerza”. Y ahí empezaron a insistir al pediatra, cambiaron de médico hasta que coincidieron con uno que le hizo un análisis de sangre …”ya tenía Pablo 15 meses, y le detectaron que la creatina quinasa, un indicador muy claro de que algo va mal en el músculo, estaba muy elevado”.
Posteriormente un neurólogo le hizo una prueba genética y le dieron el diagnóstico: “Allí sentados en la consulta fue un mazazo enorme ¿Y ahora yo como vivo?, es lo primero que te preguntas, porque en ese momento lo desconoces todo”.
“Te dicen que tu hijo tiene una enfermedad degenerativa que es la más grave y que no hay nada. Pero también, y al mismo tiempo, fue un alivio porque “por fin le poníamos cara” y saber lo que le sucede es fundamental… a partir de ahí a luchar”.
“Posteriormente te vas enterando de lo bien que vienen terapias como la fisioterapia, pero lo único que puedes hacer con lo que hay hoy en día es controlar un poco y retrasar el tiempo pero en ningún momento curarlo, ni detenerlo”.
Nuria es periodista y trabajaba antes de nacer Pablo. Tuvo que dejar el trabajo para poder hacerse cargo de su hijo, y “más en esta profesión en la que no hay horarios”.
Ahora está dedicada en cuerpo y alma a su vástago y también a la asociación. Trabaja para que viva el mayor numero de años posibles y sobre todo, y desde la asociación, trabajan para encontrar un tratamiento que alargue y detenga la enfermedad.
Duchenne Parent Project o el poder de los sueños
La asociación creada y dirigida por padres y niños afectados por esta distrofia y también por la distrofia de Becker, similar pero menos grave, quiere con ocasión de su Día Mundial que las personas publiquen en internet los sueños que tienen, para que los demás puedan conocerlos.
El eslogan de la campaña de este año está basada en el poder de los sueños” y se invita a contarlos con los siguientes hastags #desafioduchenne o #todosomosduchennebecker.
Y mientras comparten sueños, también comparten ayuda, fomentan la investigación y difunden información, con la colaboración de la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER).

En su completa página web explican que los síntomas de Duchenne más comunes son el retraso psicomotriz; la debilidad muscular; la dificultad para saltar, correr o subir escaleras; las caídas frecuentes; el atraso en el habla y los problemas de conducta.
También la necesidad de ayuda para levantarse del suelo; las pantorrillas con desarrollo exagerado (pseudohipertrofia) y los andares con marcha de pato.
Así explican que un niño de edad preescolar con esta distrofia muscular “puede parecer torpe y puede caerse con frecuencia”.
Al poco tiempo, tiene problemas para subir escaleras, levantarse del suelo o correr.
Al llegar a la edad escolar, el niño posiblemente camine sobre los dedos o la punta del pie, presentando una marcha un tanto rodante.
Su marcha es insegura y se contonea y puede caerse con facilidad. Para tratar de mantener su equilibrio, saca su barriga y empuja los hombros hacia atrás”
“Asimismo, tiene dificultad para levantar los brazos. Casi todos los niños con Duchenne dejan de caminar entre los 7 y 12 años. En la adolescencia, las actividades que involucran los brazos, las piernas o el tronco requieren de ayuda o de apoyo mecánico”.
En cuanto a las manifestaciones clínicas se registra atraso en el habla y problemas de conducta, la debilidad muscular, rigidez y contractura, encorvamiento de la espina lumbar y cervical, escoliosis, debilidad del músculo cardíaco y disfunción respiratoria.
Terapias prometedoras
Según la neuropediatra e investigadora Francina Munell, actualmente no existe cura para estas enfermedades, pero por primera vez, existen terapias prometedoras en investigación y tratamientos que pueden retardar la progresión o prevenir complicaciones secundarias.
Munell forma parte de un equipo de investigación del Valle de Hebrón Instituto de Recerca para estudiar la eficacia de los fármacos con capacidad de restaurar la expresión de distrofina en pacientes afectados por la distrofia muscular de Duchenne, pero con unas mutaciones muy especificas.

“Hemos mejorado la calidad de vida y tenemos varios ensayos de varias moléculas en marcha y esperamos que algunos de ellos realmente tengan un impacto contra la progresión de la enfermedad”.
“No sabemos el porcentaje del impacto, en que cantidad vamos a frenar el desarrollo de la enfermedad, pero si esperamos que tengan incidencia y sean efectivas”.
Actualmente se llevan a cabo numerosas y distintas estrategias en toda Europa, incluida España.
Muchos de ellos están destinados a disminuir la inflamación y la fibrosis.
Así refiere Munell que en el desarrollo de la enfermedad, la falta de distrofina “produce una rotura de la membrana muscular, la entrada de calcio, y la inflamación de la fibra muscular”
Esta inflamación de manera crónica, mantenida y exagerada, provoca a la larga fibrosis del músculo y éste deja de funcionar.
“Y si conseguimos mantener a raya esta inflamación, habría menso fibrosis y el tejido muscular se mantendría durante más tiempo, con lo que la fuerza muscular también se mantendría durante más tiempo, y en este sentido ya hay algunos fármacos en periodo de ensayos clínico y algunos que están en fase tres”.
De acuerdo con Francina Munell, estos ensayos suelen durar de un año y medio a dos.
En todos los ensayos siempre se hace la fase una y la dos, para ver la dosis del fármaco, si son seguros o si tienen efectos secundarios; y luego ya en la fase tres se comprueba la eficacia con un grupo escogido de pacientes, y si los resultados son los deseados se extienden al resto.
La curación en principio de esta distrofia muscular, apunta la doctora, vendría por corregir el defecto genético y corregirlo muy pronto.
“Nosotros lo que pretendemos es minimizar los efectos de la enfermedad y si pudiéramos transformar la distrofia muscular de Duchenne en lo que es una de Becker, que presentan la forma más leve de la dolencia, sería un buen avance”.
Los pacientes con Becker pueden tener una vida bastante normal, aunque hay afectados que en una fase más avanzada de la vida pueden tener debilidad importante y necesitar silla de ruedas.
Pero en Becker, explica la neuropediatra, todo es más lento y retardado y permite una vida bastante normal.
“Curar al cien por cien es difícil, pero mejorar la calidad de vida y retrasar al máximo todos los síntomas de la enfermedad son los objetivos”.
Junto a la investigación por desarrollar estos fármacos antifibrosis hay otras investigaciones de terapias encaminadas a restaurar mutaciones concretas y también se investigan terapias génicas para restaurar el gen.
Estas últimas, señala la misma fuente, van más lentas, “pero ya hay ensayos probados en los perros con buenos resultados. Realmente en la terapia génica se está avanzando no sólo en esta enfermedad sino en otras neuromusculares y ello ayuda al avance global, por lo que estamos muy esperanzados”.
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