La vida no es un camino de rosas, pero está repleta de pequeños detalles que nos hacen disfrutar. Centrar la atención en el tráfico matutino, la bronca con el jefe o las diferencias con la pareja es un gasto de energía inútil que no lleva a ninguna parte. La receta para alcanzar la plenitud es invertir tiempo y ganas en aquello que funciona, ser coherente con los propios valores y saber aceptar las emociones negativas

Encauza tu energía
EPA/Giorgi Licovski
  • 17 de abril, 2013
  • MADRID/EFE/MARINA VALERO

Al mal tiempo, buena cara. Es la filosofía que propone Patricia Ramírez, psicóloga de la salud y del deporte y autora del libro Autoayúdate: tu vida es lo que tú decides (Espasa). Vivimos una etapa de miedo, frustración y desencanto. La crisis económica y política que azota nuestro país genera angustia y dibuja un futuro incierto. Ante semejante panorama, es difícil mantener la sonrisa. La psicóloga nos enseña a ‘cambiar el chip’.

¿Qué podemos aprender de la crisis?

Estas son las claves:

Patricia Ramírez, autora del libro Autoayúdate: tu vida es lo que tú decides. Imagen cedida por Espasa
  • Experiencia ante situaciones límite. La vida ‘fácil’ y predecible llegó a su fin. La única manera de superar las dificultades es buscar ideas creativas, ser innovador y adoptar otro punto de vista. Al estar en un estado de alerta constante, dedicamos mucho más esfuerzo a generar nuevas ideas, inventar y crear.
  • Solidaridad. Es hora de mostrar nuestra cara más humana y ayudar al prójimo. “Nos volcamos con la familia, con la gente que tiene un problema o se ha quedado sin recursos”, señala Ramírez.
  • Nuevos retos. Muchas personas que encaminaron su carrera profesional en una única dirección están sufriendo un cambio de rumbo. El paro ha llamado a sus puertas. ¿Y ahora qué? La psicóloga aconseja dedicarnos a todo aquello que nos apasiona y nunca tuvimos ocasión de hacer. Ahí es donde reside el verdadero talento.

“Hay que pensar que el desempleo es algo temporal. Debemos estar preparados para saber aprovechar las oportunidades, cuando lleguen. Quizá no es el momento para tener el trabajo de tu vida, pero sí para coger experiencia, cultivar relaciones, viajar y seguir formándote”.

Amor: dolores de cabeza, los justos

Para que una pareja funcione, el primer requisito es que quiera mantenerse unida. Cuando decidimos compartir un proyecto de vida con otra persona, es importante trabajar las diferencias para que no deterioren la relación. “Hay muchos aspectos negociables, como el reparto de tareas”, indica Ramírez. No obstante, otros factores de la personalidad no se pueden modificar.

“Si la otra persona es tremendamente despistada y le cuesta mucho cambiarlo, vamos a intentar no dar mucho valor al despiste. No podemos estar siempre reprochando lo que no nos gusta”. La psicóloga recomienda prestar más atención a los rasgos que nos atraen, aquellos que nos hicieron enamorarnos del otro. “Hay que centrarse en lo que nos une, y no en lo que nos separa”.

EFE/STR

Si la relación fracasa, lo mejor es separarse de la forma más civilizada posible para no hacernos más daño. El primer paso es aprender a convivir con emociones negativas y recuerdos. En sus 17 años de experiencia como psicóloga, Patricia Ramírez ha visto muy pocas rupturas sentimentales de mutuo acuerdo. Uno de los dos siempre sufre más. “El que ha perdido tiene que asumirlo. No debe humillarse intentando retener a una persona que no quiere estar con él o ella”, afirma.

Amistad de cristal

Los buenos amigos siempre nos arropan cuando estamos en apuros, intercambian información íntima y guardan secretos. Es complicado encontrarlos, y muy fácil perderlos. “Para que se genere confianza hace falta mucho tiempo, pero para romperla basta con una sola acción. Cuesta muchísimo recomponer una amistad después de una traición”, advierte la psicóloga.

El orgullo es el enemigo de las relaciones personales. “Actúa como una barrera que impide que tengamos relaciones felices”, señala Ramírez.

Familias conflictivas

Ante una fuerte discusión en la cena de navidad, casi siempre nos dejamos llevar por los impulsos y queremos verbalizar todo lo que pasa por la mente. La psicóloga propone abordar esa situación de la forma más habilidosa y asertiva posible: “Para y piensa que no es el momento de demostrar tu rabia. Ya llamarás a esa persona en otra ocasión para hablar con calma”. Pero no siempre hay interés mutuo en resolver el problema…

“En el caso de que el otro no te responda, tienes que decidir si mantienes el contacto o lo apartas de tu vida, incluso aunque sea un hermano. Es una decisión que hay que respetar, y la madre –quien más suele sufrir– debe entenderlo”, explica la psicóloga.

Cómo gestionar el sufrimiento

No podemos estar preparados para grandes dramas como una ruptura matrimonial o la pérdida de un ser querido, pero sí es posible construir una personalidad que nos permita tomar decisiones, resolver problemas, ser habilidosos y tener inteligencia emocional. Estas facetas nos ayudarán ante una situación difícil.

El consejo de Patricia Ramírez es centrar la atención en lo que dependa de nosotros y aprovechar el presente. Para todo lo demás, “lo que tenga que ser, será”.