La enfermera especialista en obstetricia y ginecología, Rosabel Molina Olías, matrona en el Hospital de El Escorial de Madrid, nos habla de los dos métodos farmacológicos que utilizan mayoritariamente las embarazadas con el fin de evitar o paliar el dolor que se llega a sufrir durante la fase activa del parto: la anestesia epidural y …

Epidural y óxido nitroso, medicamentos contra el dolor de parto

Epidural y óxido nitroso, medicamentos contra el dolor de parto

  • 9 de julio, 2019
  • Gregorio Del Rosario

La enfermera especialista en obstetricia y ginecología, Rosabel Molina Olías, matrona en el Hospital de El Escorial de Madrid, nos habla de los dos métodos farmacológicos que utilizan mayoritariamente las embarazadas con el fin de evitar o paliar el dolor que se llega a sufrir durante la fase activa del parto: la anestesia epidural y el óxido nitroso.

"Muchas mujeres no quieren sentir ningún tipo de dolor durante el trabajo de parto, ya sea en la fase de dilatación, cuando el cuello del útero se agranda hasta diez centímetros y las contracciones son reales, rítmicas y persistentes, o en la fase expulsiva del bebé, momento crítico de la parturienta. Solo pensarlo les provoca, como mínimo, angustia o ansiedad, y en no pocos casos auténtico pavor", apunta la matrona.

Anestesia epidural y óxido nitroso, como analgésicos

El uso de la anestesia epidural con el fin de reducir los dolores inherentes al parto ha sido un recurso habitual desde los años setenta del siglo XX. El objetivo es minimizar el dolor y no insensibilizar el cuerpo, puesto que es necesario que las mujeres puedan mover las piernas, que estén tranquilas y contentas, que puedan sentir las contracciones y colaboren en el alumbramiento.

La técnica de la analgesia epidural la lleva a cabo un médico o médica  anestesiólog@: introduce un catéter muy fino en el espacio epidural de la columna, entre dos vértebras lumbares, después de esterilizar la zona, que a su vez se ha insensibilizado con otro anestésico local. La punción se efectúa fuera de la membrana que rodea la espina dorsal y el fluido espinal.

Una vez que se establece el catéter, se suministra el fármaco anestésico de forma continua, de modo que no se bloquee el movimiento de los miembros inferiores. La epidural eliminará el dolor de la zona inferior del abdomen, incluido el útero y la vagina, tanto el que se produce por las contracciones como el que se genera por la distensión de los tejidos al pasar el feto por el canal del parto.

"El efecto calmante se notará a los diez o veinte minutos. Se trata de un método analgésico que tiene una alta seguridad tanto para la madre como para el feto", explica Rosabel Molina.

Generalmente, los médicos prefieren reducir o interrumpir las dosis de anestesia epidural cuando el cuello uterino está completamente dilatado y el bebé se dispone a nacer. Consideran que este procedimiento no se debe prolongar innecesariamente.

Ventajas y desventajas de la anestesia epidural

  • Alivio del dolor hasta el final del parto, incluso durante la curación de la episiotomía -incisión quirúrgica en la zona perineal-.
  • La madre es consciente de todo el proceso de nacimiento de su bebé.
  • Mejora la circulación sanguínea y por tanto el suministro de oxígeno al bebé.
  • Es improbable que se necesiten fármacos para estimular contracciones.
  • Favorece la dilatación y la utilización tanto de la ventosa obstétrica -instrumento que tira de la cabecita del bebé- como de los fórceps -palas para ayudar a girar al bebé cuando casi está fuera del útero materno-.
  • No afecta a la salud del bebé ni tiene que ver con el periodo de lactancia.
  • No aumenta el riesgo de cesárea y, si fuera necesario realizar una cesárea durante el parto por alguna circunstancia prevista o imprevista, facilita la misma ahorrando procedimientos; al igual que se aprovecha para una ligadura de trompas.
  • Desventajas: puede retardar la fase expulsiva -se debilita la puja-; descenso posible de la tensión arterial materna y, a su vez, reducción de fluido sanguíneo a la placenta, aspectos que se resuelven con suministro de suero; retención urinaria, que se soluciona con un sondaje para drenar la vejiga; posibilidad de fiebre superior a 38º, picazón o náuseas.

Existe una variedad de esta analgesia denominada "walking epidural", muy eficaz en las primeras fases del proceso activo de parto: es exactamente igual a la epidural convencional (que obliga a la mujer a permanecer en cama) salvo por que se emplea un fármaco anestésico de menor potencia analgésica.

"La gran ventaja radica en que la mujer puede caminar por la sala de partos durante el proceso de dilatación", apunta la matrona.

Contraindicaciones de la anestesia epidural: el especialista en anestesiología valorará cada riesgo y aplicará el procedimiento más seguro y efectivo para la madre y el feto. Padecer malformaciones en la columna vertebral, trastornos hemorrágicos y tensión arterial baja, como tomar medicamentos anticoagulantes y tener afecciones en la piel de la zona lumbar o tatuajes, pueden dejar sin anestesia epidural a la mujer embarazada.

mascarilla para óxido nitroso-efeAnalgesia con óxido nitroso: gas medicinal, alternativo a la anestesia epidural, que se presenta como método contra el dolor de parto. Es seguro, eficaz y minimiza el riesgo de un alumbramiento difícil y laborioso. Este gas es una mezcla de óxido nitroso y oxígeno en concentraciones de un 50% en el caso de las embarazadas.

"La mujer que se encuentra en fase activa de parto lo va inhalando por una mascarilla a lo largo de la dilatación, siguiendo nuestras instrucciones y recomendaciones para hacerlo adecuadamente. Proporciona un estado de relajación y alivio del dolor en muchas ocasiones suficiente para no tener que utilizar otros métodos más invasivos", expone Rosabel.

  • Ventajas: no es tóxico; ideal en la primera y segunda fase del trabajo de parto; reduce la ansiedad y el miedo; de rápido efecto y de rápida recuperación; no produce irritaciones; sin complicaciones postparto; no sobrecarga el metabolismo hepático y renal.
  • Desventajas: destacan la posibilidad de mareos, náuseas y somnolencia, así como la alteración de los recuerdos del periodo del trabajo de parto.

"En cualquiera de los casos -concluye Rosabel Molina Olías-, lo más importante es que la embarazada se informe y comprenda hasta el más mínimo detalle sobre estos dos métodos, a la vez que debe tener plena confianza tanto en el anestesiólog@ como en la matrona; dos profesionales que ayudarán a la mujer a dar a luz con todas las garantías sanitarias".

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