Las farmacias, desde todos sus ámbitos de actuación, “estamos contribuyendo a frenar la expansión del virus, pero podemos hacer más”, subraya el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de España, Jesús Aguilar Santamaría, quien defiende a la farmacia como un espacio de salud pública

En un artículo para EFEsalud, el presidente de los farmacéuticos españoles reclama que se obtenga mayor rendimiento de las farmacias y se ofrece a colaborar al máximo con las autoridades y otros profesionales sanitarios “en una mejor protección de la salud y el bienestar de todos los ciudadanos”.
Farmacias, espacios de salud pública
Por Jesús Aguilar Santamaría, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de España
Las 22.137 farmacias comunitarias se sumaron el pasado 22 de julio al Sistema Nacional de Salud en las labores de detección de la covid-19, una vez aprobado el decreto que eximió de la necesidad de receta a los test de autodiagnóstico.
De esta manera, y tras meses de espera, los ciudadanos pueden acceder desde entonces a estos test de autodiagnóstico para la covid-19, con las máximas garantías de seguridad, profesionalidad y cercanía que ofrecen la farmacia y el farmacéutico.
La incorporación de la red de farmacias, como espacios de salud pública, permite aumentar la capacidad diagnóstica del Sistema Nacional de Salud, en esta fase de la pandemia identificando de forma rápida sospechas de positivos y descongestionando las estructuras de Atención Primaria sometidas a una gran presión asistencial.
Este es solo un ejemplo más de lo que la profesión farmacéutica puede aportar, una labor sanitaria esencial desde todos los ámbitos en el que los farmacéuticos ejercen su labor asistencial: hospitales, farmacias, industria y distribución farmacéutica, salud pública, investigación y producción de medicamentos o en los laboratorios clínicos.
En todos ellos hemos contribuido y estamos contribuyendo con nuestro trabajo a frenar la expansión del virus desde la diversidad de ámbitos en los que actuamos, pero podemos hacer más.

En un contexto como el actual, cuando los contagios vuelven a estar en aumento, de nuevo hay que preguntarse –y preguntar a las autoridades sanitarias, nacionales y autonómicas- por qué no se ha recurrido a la red de farmacias y a los 54.555 farmacéuticos que desarrollan su labor en ellas para avanzar en materia de salud pública y servicios asistenciales.
Más aún cuando el dictamen de la Comisión de Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados, ante la que tuve la oportunidad de comparecer hace un año, reconoció que la farmacia “es un servicio más relevante de lo que hasta ahora se ha transmitido” y que se está trabajando “para sacar más provecho a las farmacias”, como importante activo de nuestro Sistema de Salud.
Nuestro modelo de farmacia comunitaria es, ante todo, una conquista social de los ciudadanos por la que merece la pena luchar y trabajar.
Y sobre ese planteamiento, los farmacéuticos presentamos a la Comisión de Reconstrucción cuatro soluciones concretas para mejorar el futuro del Sistema Nacional de Salud (SNS) y el Estado de Bienestar. Entre ellas, quiero destacar la orientada a potenciar a la farmacia como un espacio de salud pública, un centro sanitario desde el que combatir amenazas como la que estamos atravesando en esta dura pandemia.
En este sentido, el documento que presentamos en el Congreso recogía la necesidad de incluir a la farmacia en las políticas de salud pública, mediante iniciativas como su incorporación al Sistema de Vigilancia Epidemiológica, en programas de cribado, prevención y detección precoz o su integración en las estrategias de vacunación.
Se trata de convertir esos polos de información y sensores sanitarios que son las farmacias, en una auténtica Red de inteligencia sanitaria que genera la información necesaria para la toma de decisiones en materia de salud pública ante situaciones de emergencia, o, gracias a su ubicación, permite multiplicar el impacto de las acciones dirigidas al conjunto de la población y grupos específicos.
Según ha anunciado el Gobierno, la salud pública española tendrá tres reformas importantes en los próximos años, que se sustentan sobre tres ejes: una nueva estrategia de salud pública; impulso a la Red de Vigilancia en Salud Pública; y creación de un Centro Estatal de Salud Pública.
La profesión farmacéutica debe estar representada en todas ellas, desde el convencimiento de que, ante cualquier otra crisis sanitaria, el Sistema Nacional de Salud no debe desaprovechar ni una sola estructura sanitaria y ni uno de sus profesionales.
Por nuestra parte es rotundo el compromiso y la disposición de los farmacéuticos a colaborar al máximo con las Administraciones y con otros profesionales sanitarios en una mejor protección de la salud y el bienestar de todos los ciudadanos.
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