Las lesiones derivadas del frío, como infecciones respiratorias, y del sobreesfuerzo, como roturas fibrilares y úlceras y ampollas en los pies, fueron los motivos principales de intervención sanitaria en la expedición Reto Pelayo Vida Polar 2017, concluida en Groenlandia, una aventura protagonizada por Encarna, Micaela, Lorena, Esther y Ana Belén. EFEsalud ha hablado con el médico de la expedición, Alberto Francés

El frío y el sobreesfuerzo, principales motivos de intervención médica en el Reto Polar
Alberto Francés con las expedicionarias/Foto facilitada por los organizadores
  • 26 de septiembre, 2017
  • GROENLANDIA/EFE/CARLOS DE TORRES

La expedición ha tenido unos condicionantes físicos que ya habíamos previsto. Le meteorología fue al principio muy dura, con una intensa lluvia que mantuvo mojados a todos los expedicionarios a baja temperatura, hecho que aceleró el enfriamiento durante la actividad”, ha dicho el médico encargado de mirar por la salud de los integrantes del Reto Polar.

Según el doctor Francés, jefe del Servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica del hospital Infanta Elena de Valdemoro (Quirónsalud), la carga del equipaje fue superior a lo previsto, lo que supuso un desgaste extra. “Llevamos un exceso de peso superior a los 15-20 kilos, y esto supuso un impacto en el gasto energético, ya que la disponibilidad del alimento durante la expedición es limitada por el peso”.

“Las cinco componentes asumieron el esfuerzo como deportistas que son, pero las caminatas de 10 horas fueron desgastando las fuerzas de manera acelerada. Resulta muy importante mantener un elevado tono físico para progresar en un terreno de hielo vivo, sobre todo en escenarios de grietas, ya que se requiere más esfuerzo, concentración y manejo técnico del equipo para avanzar con seguridad”, explicó.

Los problemas más comunes que tuvo que abordar el médico de la expedición en el mar de hielo surgroenlandés fueron los relacionados con úlceras de presión y ampollas en los pies.

“Caminamos con una bota rígida anclada a un crampón, (soporte dotado de pinchos adherentes al hielo), que fuerza la articulación del tobillo y del tarso, provocando zonas de contacto y presión no fisiológicos que empeoran aún más con la compresión de la bota y las alteraciones de la microcirculación asociados al frío”.

El tratamiento consistió en curas y aplicación de apósitos de silicona para disminuir la fricción local, pero la necesidad de continuar la marcha, sin descanso, el tratamiento resultó  efectivo de forma incompleta, según el facultativo.

“También hubo de tratar infecciones respiratorias sin afectación parenquimatosa pulmonar, contusiones por las frecuentes caídas (erosiones, hematomas en miembros inferiores y traumatismos costales”.

Fue de crucial importancia la hidratación durante la marcha, de muchas horas de duración y en ocasiones de perfil ascendente.

El doctor Francés/Foto facilitada por la organización

“La reposición hidroelectrolítica fue básica. El agua que nos rodeaba, por su pureza, carecía de sales, por lo que hubo que aportarlas mediante pastillas. Hay que considerar además que, aunque hiciera frío, la sudoración era abundante y la sensación de sed disminuyó en aquellas condiciones, lo que obligo a la continua hidratación”.

Alberto Francés refirió algún caso de deshidratación con disminución de la diuresis, lo que precisó de tratamiento médico. La falta de hidratación adecuada y aporte de sales fue motivo de calambres y contracturas musculares frecuentes.

Debido al sobreesfuerzo muscular continuado, sobre todo a la hora de afrontar largas pendientes, se produjo una lesión fibrilar del cuádriceps en uno de los componentes, lo que fue motivo de abandono.

Otras intervenciones de tipo medicamentoso fueron destinadas a alteraciones menores, como inflamaciones locales y alteraciones del sueño.

Sobre las condiciones especiales de la actividad en las pacientes que han sufrido cáncer, Francés subrayó la importancia de moderar la carga en las chicas en miembros superiores.

Imagen facilitada por los organizadores del Reto

“Hay que recordar que la cirugía del cáncer de mama asocia una resección de la cadena ganglionar axilar del brazo, alterando el retorno linfático y produciendo un cuadro llamado linfedema, que consiste en la hinchazón y estasis del brazo cuando se realizan ciertos esfuerzos”.

Por este motivo todas las participantes tomaban diariamente la medicación asociada a su proceso tumoral.

“Las participantes refirieron dificultades para algunas actividades relacionadas a los efectos secundarios que de forma crónica siguen tomando”, concluyó el médico del Reto Polar 2017.