Para plantar cara a los desafíos de la tuberculosis, tres mil profesionales debaten la mejor forma de combatir la enfermedad en la 45 Conferencia Mundial sobre Salud Pulmonar, que estos días tiene lugar en Barcelona, con el objetivo de poner freno a una patología que provoca 1,5 millones de muertes cada año en el mundo

La 45 Conferencia organizada por la Unión Internacional contra la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias (La Unión), la mayor a nivel mundial sobre salud pulmonar, busca “pensar en grande y mirar más allá en cuanto a la enfermedad”, destaca José Luis Castro, director ejecutivo de La Unión.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 9 millones de personas desarrollaron la enfermedad en 2013, de los cuales sólo 6 millones fueron realmente diagnosticados.
Estos datos afectan sobre todo a países en vías de desarrollo, ya que en entornos sanitarios evolucionados el número de pacientes desciende anualmente. Ejemplo de ello es el caso de España, donde la tuberculosis descendió en el año 2012 un 11% con respecto al año anterior, según la OMS.
A pesar de que el 85% de los pacientes de tuberculosis logran curarse, la conferencia, que comenzó ayer y se prolonga hasta el 1 de noviembre, aborda las prioridades para impedir que “sigan muriendo personas todos los días”, afirma.
La cara y la cruz de una situación complicada
La complejidad de la tuberculosis nace de su propio medio de contagio, ya que la infección a través del aire, hace que la enfermedad se propague en países con superpoblación, donde muchas personas comparten el mismo espacio.
“Un paciente de tuberculosis puede infectar a 15 personas a lo largo de su vida”, remarca.

A ello se suma la pobreza de ciertas zonas de África, India o Asia Central, lo que provoca que los enfermos no tengan acceso a un sistema de salud que permita identificarlos y tratarlos, impidiendo que continúen dentro de la comunidad contagiando a otras personas.
Ello genera un contexto de epidemia, relacionado con enfermedades como la tuberculosis o el ébola, que “nos enseña que los gobiernos que desmantelan sus sistemas de salud pública pagan un gran precio”, apunta José Luis Castro.
Frente a este entorno de superpoblación y pobreza, en la conferencia mundial sobre salud pulmonar se destacará un mensaje esperanzador desde la investigación científica, debido a:
- Un estudio preliminar que reduciría el tiempo del tratamiento de 24 meses a 9 meses.
- La aprobación de un ensayo clínico de una nueva medicina, para reducir aún más el periodo de curación.
- La publicación del primer informe que analiza la relación entre diabetes y tuberculosis.
De los 8.000 millones de dólares que se necesitan para luchar globalmente contra la enfermedad, sólo se obtienen 6.000 millones, según la OMS.
A la falta de financiación, el director ejecutivo de La Unión afirma que otro de los grandes problemas para frenar la enfermedad es el buen manejo de los programas de control “para que los pacientes tengan acceso a los medicamentos que permiten su curación”.
La tuberculosis y su relación con otras enfermedades
La importancia de la pobreza y del sistema sanitario se debe a que el debilitamiento del sistema inmunológico facilita la propagación de la enfermedad, debido al descenso de la defensas del cuerpo humano, lo cual también puede ser generado por enfermedades como la diabetes o el sida.
“La diabetes multiplica por tres las posibilidades de padecer tuberculosis”, señala.
Unas probabilidades que preocupan aún más dado el aumento mundial del número de diabéticos, que podrá llegar a los 592 millones de personas en el año 2035.
Estas previsiones obligan a una actuación rápida que impida a la diabetes facilitar la propagación de la tuberculosis, “tal como hizo el VIH en los años ochenta y noventa, lo que puede poner en peligro los avances de los últimos veinte años en la lucha contra la tuberculosis”, destaca.
De la misma forma que la diabetes, la infección del VIH aumenta las probabilidades de padecer tuberculosis al debilitar el sistema inmunitario, de tal manera que de los 1,5 millones de fallecimientos por tuberculosis en 2013, 360.000 convivían con el virus del sida.
Según la OMS, de los 9 millones de pacientes de tuberculosis, 1,1 millones eran seropositivos, ocurriendo 4 de cada 5 casos en África.
Aunque las cifras de fallecimientos relacionadas con ambas enfermedades se están reduciendo gracias al uso de antiretrovirales, la OMS destaca la necesidad de reforzar las medidas de prevención.
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