Son muchas las expectativas que despiertan las distintas aplicaciones que podría tener el metaverso en el mundo de la salud. De esta realidad paralela y sus utilidades se ocupará el I congreso que sobre este tema se celebrará el próximo 27 de octubre en España.

Metaverso y salud, un abanico de posibilidades
FOTO EFE/QUIQUE GARCÍA

Se trata también de uno de los primeros certámenes virtuales sobre esta temática a nivel mundial y, a decir de los expertos, el metaverso abre todo un abanico de posibilidades, especialmente para la formación de alumnos y/o, por ejemplo, el tratamiento de fobias y otros trastornos de salud mental.

Para saber qué es el metaverso y cuáles los beneficios concretos que puede tener en nuestra salud, hemos hablado con José Martínez Olmos, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública y ex secretario General de Sanidad en el Ministerio de Sanidad (2005-2011) .

Antes que nada decir que la palabra metaverso es un acrónimo compuesto a partir del prefijo griego «meta» (más allá) y de la contracción de universo (verso).

En la práctica se trata de un mundo digital al que se accede a través de dispositivos de realidad virtual y realidad extendida, de manera que la interacción dentro de este mundo es muy similar a la que tenemos en la realidad. 

Así este mundo virtual permite, por ejemplo, y mediante un avatar (identidad virtual), hablar con amigos, trabajar con nuestros compañeros, visitar lugares, o vivir experiencias totalmente realistas, sin necesidad de moverse del sitio.

Como uno de los responsables de la celebración de este I Congreso sobre la salud en el metaverso (HealthCare Congress en el metaverso ), Martínez Olmos apunta en primer lugar a la mejora de la humanización en la asistencia sanitaria.

Y esto es así porque el metaverso permitirá visitas virtuales de familiares a pacientes hospitalizados y viceversa, ya sea en hospitalización general o en unidades de cuidados intensivos.

Pensando en la covid, el metaverso hubiera sido muy útil en la época en la que ningún familiar podía visitar a sus enfermos o estos a su familiares.

La nueva realidad virtual, aplicada a la salud, tiene sobre todo una ventaja incuestionable en lo que respecta a la formación de los estudiantes.

Al igual que los pilotos aprenden en simuladores de vuelo, los estudiantes del sector sanitario tendrán también en esta realidad virtual sus “simuladores” para aprender como se lleva a cabo, por ejemplo, una intervención quirúrgica, o como proceder ante cualquier contingencia en una UCI.

Todo ello, claro está, sin ningún riesgo, ya que es un acto virtual, pero que se vive de manera muy muy real.

Pero el metaverso no solo es útil para los estudiantes de Medicina, Enfermería o Fisioterapia, también puede resultar muy práctico para los profesionales que ejercen su actividad en el sector sanitario; en el entrenamiento, por ejemplo, de los equipos de urgencia o de gestión de los hospitales ante posibles contingencias.

De hecho, uno de los asuntos incluidos en el programa del congreso, abordará como se puede generar asistencia de calidad en remoto ante la posibilidad de tener que cerrar o disminuir ocupación en plantas de hospital o unidades asistenciales, o simplemente cerrarlas, para ahorrar en climatización.

Esta medida podría permitir un ahorro en el consumo de energía ante las dificultades que nos podamos encontrar en invierno, por la guerra de Ucrania.

Navegando por el metaverso. FOTO EFE/ Quique García

Tratamiento de fobias

El metaverso también puede ser muy útil para apoyar a distancia el trabajo de enfermeras o auxiliares en zonas sin profesionales médicos o por escasez de estos recursos en un momento determinado.

Algunos de las aplicaciones indicadas ya se llevan a cabo en hospitales, como también el apoyo a las terapias de rehabilitación y fisioterapia, o en el tratamiento de fobias, adicciones o trastornos de salud mental.

Las terapias mediante avatares, apuntan los especialistas, ayuda a que estos pacientes tengan menos miedo o vergüenza.

Se está investigando también su aplicación en dolor oncológico y en los cuidados paliativos y como medio para entretener y reducir la ansiedad de los niños que se tienen que enfrentar a una actuación médica.

Los estilos de vida y la alimentación infantil son otros campos que pueden tener un buen futuro en el metaverso.

En opinión de Martínez Olmos, el metaverso tiene mucho potencial en el sector de la salud y estima que antes de cinco años habrá muchos hospitales con espacios metaverso.

También considera que en la medida en que esté más extendido en otros ámbitos, como es, por ejemplo, el ocio y el comercio, siempre será más fácil su implantación en otros sectores.

Y el de salud, apuntan los especialistas, es uno de ellos. Hay que tener en cuenta que también facilitará la participación y la interacción con otros profesionales y otros servicios hospitalarios diferentes al que se ubique el paciente y el equipo asistencial.

Además no hay que olvidar que el metaverso podrá beneficiarse en España del fondo europeo Next Generation, con el que se quiere impulsar la aplicación de la digitalización en toda la Unión Europea.

Actualmente empresas del sector de salud desarrollan numerosas iniciativas que serán explicadas en el congreso, que contará con un espacio de startups de innovación biomédica.

Metaverso y salud, primer congreso

HealthCare Congress en el metaverso es una iniciativa de Hospital Metaverso, bajo la dirección de un equipo compuesto por Leyre Martin como responsable de la Dirección Médica, Sara Martínez como CEO y José Martínez Olmos como responsable de Relaciones Institucionales.

Para su organización cuentan con la colaboración de Uttopion, el primer metaverso español pionero en segmentar su contenido en comunidades cualitativas.

Apadrinado por el empresario valenciano Juan Roig (Mercadona), Uttopion tiene actualmente dos espacios: Musichood España para la música y Sportsvilla España para el deporte.

En ellas, marcas y creadores de contenido de todos los sectores pueden conectar con su audiencia en espacios virtuales customizables que se adquieren como NFT (bien no fungible) y cuya propiedad está avalada por tecnología blockchain, que es la que genera una base de datos compartida a la que tienen acceso sus participantes.